‘Mens sana in corpore sano’

La fama del go crece a ritmo de vértigo. Una sevillana fue a los Juegos Olímpicos Mentales de Pekín 2008 y Lille 2012. El go ha sido durante años un juego que se ha aprendido en la universidad.

04 oct 2016 / 08:34 h - Actualizado: 04 oct 2016 / 08:40 h.
"Sevilla en forma"
  • Unos jugadores participan en uno de los torneos de go organizados en Sevilla. / Asociación Andaluza de Go
    Unos jugadores participan en uno de los torneos de go organizados en Sevilla. / Asociación Andaluza de Go

Mientras miles de personas con zapatillas de deporte y crono como elementos distintivos decoran el paisaje de los parques periurbanos de Sevilla, otra legión de jóvenes y adultos practican sus hobbys preferidos a cielo raso. En pleno siglo XXI, aquellos juegos o ejercicios que fomentan la salud mental han contribuido a desmitificar la realidad de una sociedad que se había entregado en cuerpo y alma al culto de las abdominales y los glúteos. Es sábado y en La Carbonería, uno de los centros culturales más singulares de la ciudad, decenas de personas se afanan en armar su jugada perfecta en el tablero de go, una tradición milenaria que nació en Asia hace 4.000 años como una especie de religión popular y que ya se ha propagado por los diferentes barrios de Sevilla. Según los cálculos de la Asociación de Go de Andalucía, unos 1.000 individuos bucean por este juego de tablero estratégico de 19X19 en la urbe más poblada de Andalucía.

Emmanuel Lasker, campeón del mundo de ajedrez, emitió una frase lapidaria a principios del XX: «El ajedrez se circunscribe a los habitantes de la tierra, pero el go, de alguna manera, supera esta dimensión. Si hay seres racionales en algún otro planeta seguro que conocen el go». Su popularidad creció en Suramérica en plena década de los 70, cuando Jorge Luis Borges se rindió a su práctica, y en España ha ido ganando adeptos con el transcurso de los años. Hasta José Rodríguez de la Borbolla, expresidente de la Junta de Andalucía, se ha atrevido con un tablero que para un neófito es una relación de piedras interpuestas sin aparente relación pero cuya realidad es, sencillamente, un complejo entramado de lógica, control mental y organización espacial.

Sevilla ha sido, por méritos propios, la capital del go en Andalucía. En 2014, La Carbonería fue escenario de la fase final de clasificación para la MLily Cup, la mejor Liga del mundo con sede en China. Andalucía recibió a los jugadores más brillantes de Europa. La Asociación de Go de Andalucía se ha afanado en los últimos años en promover y fomentar la práctica del juego de origen asiático. Gracias al apoyo de la Diputación de Sevilla ha creado un torneo de vocación provincial que en 2017 cumplirá su vigésima edición e, incluso, ha sido capaz de derribar la frontera de la ignorancia y convertir el go en un ejemplo de análisis y estudio académico.

El go ha sido asignatura de libre configuración en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Sevilla durante siete años. Precisamente, su aterrizaje en las aulas, y por ende el incremento de su popularidad entre los más jóvenes, ha incentivado el crecimiento del número de adeptos a un placer que en Sevilla reúne actualmente a 1.000 personas.

Una de las jugadoras más prestigiosas de go en España es de origen sevillano y acudió a los Juegos Olímpicos Mentales que se celebraron en Pekín, una de las cunas de la modalidad, en 2008 y en Lille en 2012. Sabina Rodríguez Cabrera es la embajadora de una actividad que en el Sur se ha consolidado gracias a la insistencia de otro amante de una tradición milenaria, José Manuel Vega, hoy presidente de la Asociación Andaluza de Go. ¿Acaso no es un reto para una mente inquieta? En La Carbonería fluirá la respuesta.

Una curiosa fusión entre pensamiento y ejercicio

Otra de las actividades de origen asiático es el taichí, primitivamente un arte marcial ideado para el combate cuerpo a cuerpo y que ha derivado en un curioso ejercicio espiritual. Su nuevo propósito es potenciar las bondades mentales y físicas del cuerpo humano. Según los expertos, el taichí ha perdido totalmente su concepción de arte marcial para transformarse en una técnica de meditación en movimiento. La asociación Taichi y Chikung CFQ es una de las activas de la modalidad. El colectivo, al que pertenecen unas 50 personas, practica la meditación pública en un parque contiguo a la estación de Santa Justa.

Los adeptos al taichí y al yoga, otro tipo de meditación más contemplativa, han crecido de manera sobresaliente en Sevilla. La demanda de los ciudadanos de entre 30 y 60 años ha aumentado de una forma tan relevante que hasta han surgido centros en los que se imparten técnicas como taichí, yoga, chikung o mindfulness. Uno de los más populares es el Centro Sensei, enclavado en la calle Manuel Chaves Nogales.