La diferencia entre el FC Barcelona y el Baloncesto Sevilla es enorme. Seguramente, nunca en la historia de estos duelos hubo tanta, dadas las circunstancias del club sevillano. No es óbice para que los chicos de Luis Casimiro no ofrezcan lo mejor de sí mismos y tenga que ser el grupo de Xavi Pascual, que recupera a Carlos Arroyo, el que, con su tremendo arsenal, se vea en la necesidad de subir el listón hasta donde los verdirrojos no lleguen. Deberían tener el precedente de la visita al Real Madrid, donde ofrecieron una imagen lastimosa, facilitando sobremanera un plácido paseo de los de Pablo Laso.
Un revolcón como aquel pasa factura, y seguramente desviaría al equipo de la buena línea que recuperó ante el Fuenlabrada, clasificado para la Copa y al que ha ganado los dos partidos de liga. La visita al Palau llega precisamente ante del parón por la cita copera de Coruña, y que el Caja quiere aprovechar para cerrar la contratación del sustituto de Uros Slokar.
Fuentes del club sevillano aseguraban ayer a este periódico que el fichaje de Cedric Simmons, exjugador de Estudiantes (30 años, 2.06) está cerca. Es un fichaje de riesgo, pero seguro que por ello se ha puesto a tiro. El problema de este estadounidense con pasaporte búlgaro es que sufrió una importante lesión de rodilla en diciembre de 2014, que le tuvo de baja hasta agosto del pasado año. Entonces firmó un contrato de 14 días que no renovó con el Royal Hali Gaziantep de Ankara (Turquía). Y ha estado sin equipo hasta que firmó otro contrato de dos semanas el pasado 28 de enero con el Maccabi de Tel Aviv, con el que sólo ha jugado 11 minutos. No obstante, con el preceptivo examen médico y dos semanas por delante sin partidos para entrenar, en el Baloncesto Sevilla entienden que es un jugador experimentado y poderío que puede ayudar a asegurar la permanencia en el tramo final de la temporada.