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Una caseta con televisor para la ocasión. Nadie quiso perdérselo. / Inma Flores -
Emoción y sufrimiento durante noventa minutos. / Inma Flores -
También hubo sevillistas en San Petersburgo. Y no dejaron de animar. / SFC -
La afición volvió a disfrutar un jueves de Feria. / Inma Flores
Cuando se supo que el equipo de Unai Emery tendría que jugar el 23 de abril, todo el mundo coincidió al mirar el calendario: ¡jueves de Feria! No hizo falta decir más. Entre los grandes recuerdos que guardan los sevillistas brilla aquel inolvidable jueves de Feria de 2006, el día en que el conjunto nervionense logró su primera clasificación para una final europea. En aquel duelo contra el Schalke 04, Antonio Puerta escribió su nombre con letras de oro. Letras que perdurarán siempre y que, coincidiendo con este Zenit-Sevilla en jueves de Feria pero de 2015, estuvieron muy presentes.
Fueron pocos los seguidores que desafiaron el largo viaje a San Petersburgo y se dieron cita en un estadio gélido que vio a un Sevilla competitivo. Pero allí estuvieron, apoyando y sufriendo como el equipo de Emery, que supo rehacerse de sus errores para meterse en semifinales y dar una gran alegría a la afición.
Todo ello sabiendo que, a muchos kilómetros, el Real de la Feria y sus alrededores sería un auténtico hervidero. Como así fue. Muchos sevillistas vieron a su equipo a través de dispositivos móviles o en televisores desplazados al epicentro de la fiesta para la ocasión.
Entre baile por sevillanas, rebujitos y alegría, sufrimiento. Ese sufrimiento que acompaña a este Sevilla pero que nunca consigue tumbarlo. Cinco victorias y un empate dan lustre su bagaje en estas durísimas eliminatorias, en las que ha dejado en la cuneta nada menos que al Borussia Mönchengladbach, al Villarreal y al Zenit. Tres equipos que, por su innegable nivel deportivo, perfectamente podrían haberse plantado en las instancias finales de la presente edición del torneo.
Un motivo más si sabe de satisfacción para el sevillismo, que celebró por todo lo alto su pase a semifinales. Y muy especialmente, en el Real. Un jueves de Feria más. No como aquel del gol de Puerta, porque es incomparable, pero sí recordando su espíritu, ese espíritu de lucha, entrega por una camiseta, por un escudo... Justo el que sacó en San Petersburgo el Sevilla de Emery cuando más difícil lo tenía. Así es este Sevilla.