Las ferias de arte contemporáneo tienen desdichados precedentes en Sevilla, la última de ellas, la Bienal de Arte Contemporáneo (BIACS) se fue al traste dejando un inmenso agujero económico detrás. Los promotores de Arts quieren hacer borrón y cuenta nueva, por eso se colocan el epígrade de I Feria de Arte Contemporáneo de Sevilla.
El empeño cuenta como principal aliado con la Universidad de Sevilla, quien celebrará un congreso temático, lo cual supone, según Fernando Rodríguez, director del evento, «un valor añadido»: «Muchos galeristas nos cuentan que las ferias como hasta ahora se las concibe están en declive, por eso nosotros apostamos por un modelo que integra la parte expositiva y comercial con la universitaria y docente», ha dicho esta mañana durante la presentación de la cita en Fibes, donde se celebrará -entrada para el público general, ocho euros-.
Arts irrumpe en el panorama cultural local con cierta modestia. Sólo 19 galerías participan en ella -entre ellas la Black Cube de Barcelona, Herraiz de Madrid y Factoría Santa Rosa de Chile-, pero son muy pocas las galerías sevillanas que se han sumado al encuentro, punto este que lamentó Rodríguez y que esperan remediar en el futuro.
La continuidad del evento, depende, de las cifras que arroje. De las cifras de venta y de las de público. Y en este último punto no esperan estar por debajo de las 20.000 visitas. En cuanto a la posibilidad de adquisición, se encontrarán aquí obras en una horquilla de precios que puede oscilar, aproximadamente, entre los 250 euros de una obra gráfica de Víctor Pulido a los 30.000 euros de una escultura de Natividad Navalón. Nombres como Chillida, Picasso y Tàpies también estarán presentes, aunque el responsable de Arts no dudó en marcar distancias, evidentes por otra parte, con la todopoderosa ARCO: «Aquí no va a venir la gente para ver cuatro instalaciones y un vasito de agua», dijo en referencia directa a la obra del artista Wilfredo Prieto que despertó una gran polémica durante la pasada edición de la cita madrileña.