-
-
Llorente celebra un gol con la Juventus. / EFE
Que el Sevilla no se va a quedar con solo dos delanteros para una temporada tan exigente es obvio. Que Monchi, con casi todos los deberes hechos desde hace bastantes días –y a falta de casi un mes para que se cierre el mercado–, quiere ponerle al equipo una guinda de alto nivel, también. Esa es la intención del director deportivo desde hace tiempo y para ello trabaja casi en el más absoluto secreto para tratar de poner a disposición de Unai Emery a un tercer delantero de diferentes características a las de Immobile y Gameiro. Un nombre planea por la mente del de San Fernando desde hace semanas: Fernando Llorente. A día de hoy, según ha podido saber este periódico, el Sevilla se ha limitado a ponerse en contacto con el entorno del jugador para conocer su disponibilidad y transmitirle los condicionantes para que se pudiera hacer efectivo el fichaje. Estos no son otros que reducir el salario que el riojano percibe en la Juventus y que el club italiano otorgara la carta de libertad al delantero.
Aconteciendo este contacto en julio y ante estos parámetros, Llorente no deja de ser un sueño imposible para el Sevilla. O casi. Monchi para nada tira la toalla. Restan varias semanas para el cierre del mercado y el jugador ha pedido tiempo para conocer realmente las pretensiones de la Juventus –el diario Marca establece en 10 millones su precio– y cuales otras opciones aparecen para una temporada que el ex delantero del Athletic considera clave –la Eurocopa sigue entre sus objetivos, como posible último gran torneo que podría disputar con España a sus 30 años–.
El Sevilla le ha comunicado al hermano de Llorente, que actúa como su representante, que estaría capacitado para pagarle más de tres millones de euros netos por cada una de la tres temporadas que le ofrece –en la Juve le restan dos a razón de 4,5 kilos–. Pero no es el estilo del Sevilla pagar un traspaso como el que pretendería la Juventus por un jugador con 30 años, de ahí que la importantísima inversión que efecutaría con la ficha del delantero la compensara con una carta de libertad que debería exigir el propio Llorente. La experiencia de la negociación por Isla –el club italiano no cedió ni un ápice en sus altísimas pretensiones económicas– tampoco invita a pensar en que este sueño veraniego de Monchi, esta guinda que planea el Sevilla, se vaya a poder efectuar. Pero el verano es largo...