El testamento de piedra del morisco

Una exposición recuerda el patrimonio gótico-mudéjar en los pueblos de Sevilla

02 jul 2015 / 19:33 h - Actualizado: 03 jul 2015 / 10:01 h.
"Cultura","Arquitectura","Historia","Patrimonio","Fernando Rodríguez Villalobos"
  • Santuario de Consolación. / Salvador Criado
    Santuario de Consolación. / Salvador Criado
  • Santa María de la Mota en Marchena. / Gregorio Barrera
    Santa María de la Mota en Marchena. / Gregorio Barrera
  • Torre de la iglesia de San Pedro en Carmona. / Javier Díaz
    Torre de la iglesia de San Pedro en Carmona. / Javier Díaz
  • Monasterio de San Isidoro del Campo en Santiponce./ David Estrada
    Monasterio de San Isidoro del Campo en Santiponce./ David Estrada
  • Convento de Santa Clara en Carmona./ Paco Cazalla
    Convento de Santa Clara en Carmona./ Paco Cazalla
  • Ermita del Castillo en Lebrija. / Gregorio Barrera
    Ermita del Castillo en Lebrija. / Gregorio Barrera

Un estilo artístico único en el mundo, mezcla de lo musulmán y lo cristiano, define buena parte de los monumentos medievales de Sevilla. Se trata del gótico-mudéjar, la manera de hacer templos cristianos (a menudo sobre antiguas mezquitas) con mano de obra –y dirección de los trabajos– mudéjar o morisca: los musulmanes sometidos a Castilla.

Por eso una exposición de fotos rescata las mejores joyas arquitectónicas dispersas por 59 localidades de la provincia. Se puede visitar hasta el día 19 en la Casa de la Provincia.

Pero la exposición y la guía editada por el organismo turístico Prodetur (Construida por la Historia II, el gótico-mudéjar por la provincia de Sevilla) no son sino un reclamo para recorrer estas localidades y descubrir sobre el terreno estos tesoros que esconden buena parte de las respuestas a la mestiza identidad andaluza.

«En el siglo XIII lo normal, como pasa hoy sólo con el Estado Islámico, es que los vencidos fueran pasados a cuchillo. Fernando III y Alfonso X, al conquistar Sevilla, ordenan que no se toque ningún monumento. Para salvar la monumentalidad de la ciudad salvan la vida de los derrotados. Hasta el nieto del conquistador, Pedro I el Cruel, viste con chilaba y vive en el Alcázar», explica el técnico de Prodetur y coautor de la exposición y la guía Anselmo Valdés..

El primer volumen de Construida por la Historia estuvo dedicado al legado del barroco. «El gótico-mudéjar refleja una época en la que la sociedad va dejando de ser musulmana para hacerse cristiana», apostilla. Por eso el gótico-mudéjar es tan especial.

La exposición fue inaugurada ayer por todo lo alto por el presidente de la Diputación, Fernando Rodríguez Villalobos, acompañado por un puñado de alcaldes de municipios sevillanos con monumentos de este periodo.

Y es que el turismo cultural supone hoy todo un estímulo a las economías rurales. El gerente de Prodetur, Amador Sánchez, también presente en la muestra, indica que, más allá de la monumental capital, el 13% del producto interior bruto (PIB) de la provincia corresponde al turismo cultural, según estimaciones del organismo a falta de estadísticas concretas. «El turístico es un sector dinámico y ha creado empleo. Además en la provincia no hay grandes hoteles y la riqueza se reparte entre pequeños negocios familiares. Y casi la mitad de las pernoctas (44%) corresponden a extranjeros. En este tipo de turismo, de europeos continentales, aunque es el que más interesa a los norteamericanos que nos visitan», desgranó el gerente.

La guía, que ha tardado tres meses en prepararse, repasa iglesias muy luminosas que heredan la iluminación de antiguas mezquitas, monumentos excepcionales y casi desconocidos al no estar en la capital sevillana.

«San Isidoro del Campo, en Santiponce, es una maravilla: tiene el estilo gótico- mudéjar, también barroco... y es que es un monumento muy bien conservado porque era el lugar de enterramiento de los familiares de Guzmán el Bueno», evoca Valdés.

En otras poblaciones han sido las hermandades las que han conservado intactas, relucientes, iglesias que siguen mirando a los siglos XIII y XIV: Cantillana, La Rinconada, Alanís... aunque sin duda los platos fuertes (la guía se puede adquirir gratis en la oficina de Turismo de la Provincial en la plaza del Triunfo) están en Utrera (con el santuario de Consolación al frente), Carmona –la iglesia de San Pedro, hermana menor de la Giralda, entre otras muchas–, Sanlúcar la Mayor, Marchena y sus iglesias, Lebrija, Écija...

La exposición, tras su clausura en Sevilla el día 19 recorrerá otras poblaciones de la provincia, aunque por buenas que son las fotos, los monumentos originales están a la espera de que los descubran los sevillanos. Están muy cerca. La entrada a casi todo es gratis o mínima y sólo en casos muy concretos (Gelo o Talhara) hay que concertar la visita antes.