Ciudadanos se desinfla en la pugna del voto útil con el PP

La formación de Albert Rivera pierde el pulso en su llamamiento para frenar el avance de Unidos Podemos y cede ocho escaños y casi 400.000 votos

27 jun 2016 / 01:25 h - Actualizado: 27 jun 2016 / 02:04 h.
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  • El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ayer rodeado por la líder del partido en Cataluña, Inés Arrimadas, y Marta Rivera. / J.J. Guillén (Efe)
    El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ayer rodeado por la líder del partido en Cataluña, Inés Arrimadas, y Marta Rivera. / J.J. Guillén (Efe)

La formación de Albert Rivera sufrió ayer un duro revés en estos segundos comicios, en los que empeoró sus resultados respecto a diciembre. Al cierre del escrutinio, Ciudadanos cosechó 32 escaños frente a los 40 conseguidos en la cita electoral del pasado diciembre, fruto del respaldo del 13,05 por ciento de los votantes, casi un punto menos. Aun así, como incidió el líder del partido, consiguió el aval de 3,12 millones de personas, unas 400.000 menos.

El partido naranja fue víctima del trasvase de votos en favor del Partido Popular, cuya estrategia de llamamiento al voto útil para frenar el avance de Unidos Podemos surtió el efecto deseado y desinfló las expectativas de Ciudadanos, que se vio penalizado además por la ley electoral.

La formación de Rivera se deja por el camino de estos seis meses ocho diputados –lo que supone un 20 por ciento de la representación parlamentaria que logró el 20D– que fueron a engrosar las cuentas de los populares, los vencedores sin paliativos de la cita con las urnas.

El mayor varapalo lo sufrió en Castilla-La Mancha, comunidad en la que se queda sin representación al perder los tres diputados que tenía. En Castilla y León la formación mantiene un escaño tras dejarse dos, mientras que en Andalucía, Madrid y Galicia retrocede en un parlamentario, respectivamente.

Ciudadanos pierde así fuerza en su objetivo de erigirse en bisagra, en un partido decisivo para articular la conformación de Gobierno, que la aritmética continúa antojando complicada porque, además, si le diera su respaldo al PP, éste resultaría insuficiente. La suma de las dos fuerzas del bloque de centro-derecha alcanza tras esta segunda vuelta los 169 escaños (hacen falta 176 para la mayoría absoluta).

El primer reflejo del nuevo panorama redundará en la merma de la capacidad que Rivera tendrá para presionar y forzar el relevo de Mariano Rajoy al frente del Partido Popular, condición a la que vinculaba su apoyo a la formación conservadora como símbolo de regeneración en una nueva etapa política.

Los resultados constatan que no ha calado el mensaje que durante la campaña ha intentado imbricar en los votantes. Rivera, que en este tiempo ha defendido la gran coalición –PP, PSOE y Ciudadanos– apartando a los de Pablo Iglesias, ha centrado su campaña y su discurso en el reparto de críticas a los partidos de los extremos, Unidos Podemos y PP, al que lanzó el órdago de que solo sería posible un eventual acercamiento si Rajoy se echaba a un lado y daba paso a otra generación al frente del PP.

En la factura que ha pagado el partido de Rivera, se abre también otra reflexión. ¿Cuánto ha pesado el pacto de legislatura sellado con el PSOE tras las elecciones del 20D? Tanto la formación naranja como los socialistas han sufrido un castigo en las urnas (de ocho y cinco diputados, respectivamente), con lo que los votantes han penalizado ese acuerdo y no han valorado el intento de desbloqueo de la situación de desgobierno tras el no de Rajoy a presentarse a la investidura al no contar con los apoyos suficientes.

«Lo primero es cambiar esta injusta ley electoral»

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, arremetió ayer contra la «injusta» ley electoral, que ha provocado que con el 13 por ciento del apoyo de los votantes y un punto menos que el 20D, la formación naranja haya perdido ocho escaños. «Si hubiéramos conseguido un punto más, tendríamos diez escaños más», lamentó Rivera, que aseguró que lo primero que hay que hacer en la próxima legislatura será cambiar esa ley electoral que les penaliza para que todos los votantes «sean iguales».

«Hay más de tres millones de españoles que nos han dado un mandato: regenerar la vida pública española, que no quieren corrupción ni populismos». Por esta razón señaló que el partido que representa es «nuevo, que no novato» y aseguró que Ciudadanos es una formación de centro que «ha venido para quedarse», que quiere seguir creciendo y a la que no ha favorecido la baja participación.

En la única mención a qué puede pasar a partir de ahora, el líder naranja incidió en que «si el señor Rajoy o el señor quieren hablar de sillones, que no cuenten con nosotros, estaremos en la oposición».