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Por un gran pacto de Estado en plena crisis de refugiados

La lucha contra el terrorismo yihadista, principal amenaza global, centra las propuestas de los partidos en relaciones exteriores, así como reforzar el liderazgo en Europa y la ONU

16 jun 2016 / 09:07 h - Actualizado: 16 jun 2016 / 09:07 h.
"Partidos Políticos","ONU","Internacionalización","Refugiados","Elecciones Generales 2016"
  • Arriba a la izquierda, homenaje a las víctimas de los ataques yihadistas del 13N en París. En la foto superior, colas de refugiados abandonan el campamento de Idomeni (Grecia). Sobre estas líneas, David Cameron, primer ministro británico, expone los motivos por los que su país somete a referéndum su permanencia en la Unión Europea. / Étienne Laurent, Nake Batev y Kirsty Nigglesworth (Efe)
    Arriba a la izquierda, homenaje a las víctimas de los ataques yihadistas del 13N en París. En la foto superior, colas de refugiados abandonan el campamento de Idomeni (Grecia). Sobre estas líneas, David Cameron, primer ministro británico, expone los motivos por los que su país somete a referéndum su permanencia en la Unión Europea. / Étienne Laurent, Nake Batev y Kirsty Nigglesworth (Efe)
  • Por un gran pacto de Estado en plena crisis de refugiados
  • Por un gran pacto de Estado en plena crisis de refugiados

El ataque en un pub gay de Orlando (EEUU) la madrugada del pasado sábado, en el que murieron 50 personas, devolvió a Occidente al horror del terrorismo yihadista –extremo aún no confirmado aunque Dáesh lo haya reivindicado–. Las largas colas de refugiados recorriendo Europa o la cifra insoportable de fallecidos en el Mediterráneo intentando alcanzar las costas europeas han evidenciado las lagunas de la política comunitaria y una de sus grandes debilidades pese a la supresión de las fronteras. Pero, además, más allá del temido Grexit, superado hace ya un año, la Unión Europea se enfrenta ahora al posible Brexit –los británicos votan en referéndum el próximo 23 de junio su permanencia en la UE– le obliga a replantearse su futuro y muestra la importancia de fijar las bases de las relaciones internacionales.

Sin embargo, estos asuntos suelen pasar casi desapercibidos en los programas que presentan los partidos políticos –siempre en el último capítulo–. Quizás se deba a que las Relaciones Exteriores siempre quedaban en manos del Gobierno, sin interferencias del Congreso de los Diputados, como corresponde a un asunto de Estado. De hecho, en el único debate a cuatro de esta campaña electoral –celebrado este lunes–, Pablo Iglesias (Unidos Podemos), Albert Rivera (Ciudadanos), Pedro Sánchez (PSOE) y Mariano Rajoy (PP) concluyeron que estas políticas deben recogerse en un pacto de Estado. Sólo la necesidad de combatir el terrorismo, especialmente el yihadista, y la recuperación del fondo para la Cooperación y Desarrollo –0,7 por ciento de los presupuestos según se acordó en los Objetivos del Milenio– y en el que España fue exponente internacional en la etapa del Gobierno de Rodríguez Zapatero –cuando alcanzó el 0,5 por ciento, actualmente está en el 0,14 por ciento– se cuelan en todos los programas electorales.

Pese a la percepción interna, España es una de las principales potencias mundiales. Así lo defiende, al menos, el catedrático de Derecho Internacional de la Universidad de Sevilla Pablo Antonio Fernández Sánchez: «España es más potente internacionalmente de lo que los españoles nos creemos». Por esto, entre los logros del Gobierno de Rajoy, el profesor destaca que ha conseguido «un escaño no permanente» en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas; ha participado en todas las grandes conferencias internacionales –la última, la Cumbre del Clima de París–; «somos el noveno contribuyente neto de la ONU», estamos en casi 400 organizaciones internacionales, el G20, las conferencias de paz; en el marco de la UE, somos la quinta economía pese a la crisis»... Una potencia media, en definitiva, que por su historia, su posición y su lengua mantiene una relación estratégica con la mayoría de países.

Pero, además, Fernández Sánchez destaca la aprobación de cuatro leyes de carácter interno que han pasado desapercibidas para la mayoría pero que califica de «fundamentales» en cuanto que determinan cómo debe ser la relación de España y las comunidades autónomas con el resto de países: la Ley de Acción Exterior, la de Tratados Internacionales –sólo existía una orden ministerial de 1972, última etapa del franquismo–, Navegación Marítima y Ley de Inmunidad. A nivel externo, «se ha recuperado el papel en Europa, cierto liderazgo en África, cierta primacía en Gibraltar y retomar el papel en América Latina y el Mundo Árabe».

Pero, al otro lado de la balanza se sitúa, en lo interno, la reducción de personal, «no se ha abierto ninguna nueva embajada ni reforzado las de Asia» y, sobre todo, subraya el catedrático, «se ha resentido tremendamente la cooperación al desarrollo en los últimos años, tanto que en el último presupuesto prácticamente no existe».

Precisamente por la importancia que a nivel internacional tiene España, Fernández Sánchez lamenta que los programas electorales «no vayan nunca más allá de reforzar aspectos» como el liderazgo en Europa, reconducir el tema de Gibraltar o mejorar las relaciones con el Mundo Árabe o con Iberoamérica –especialmente complicadas con el Gobierno de Maduro en Venezuela, por ejemplo–, aunque admite que la política exterior «sólo influyó en el voto en una ocasión»: en la primera elección de Zapatero como presidente del Gobierno, en 2004, tras los atentados del 11-M vinculados a la participación de España en la Guerra de Irak, y que, en realidad, los Asuntos Exteriores deberían estar blindados por un pacto de Estado que evite que dependan en demasía de los cambios de Gobierno. Pero, y pese a lo dicho en el debate, un acuerdo así se barrunta especialmente difícil en el fragmentado parlamento que las encuestas dibujan de nuevo tras el 26J. De momento, el PP propone «impulsar un debate anual en las Cortes sobre la estrategia española en política exterior». El PSOE aboga por la implicación de «todas las administraciones públicas», con «un papel destacado del Congreso de los Diputados» en la «acción exterior». «La política exterior que queremos se dirige a la ciudadanía, y se decide con la ciudadanía», afirma su programa.

Contra el yihadismo

De momento, en lo único que coinciden los programas de las principales fuerzas políticas que se presentan a estos comicios es en la necesidad de combatir el terrorismo yihadista, la principal amenaza global y que ha sufrido España muy de cerca –el 11M y ahora tras los atentados de París del pasado 13N– pero hasta en la forma de enfrentar a este enemigo común hay disparidad de criterios. Así, el PP se compromete a reforzar «la cooperación con nuestros aliados y los cauces de colaboración internacional para el intercambio de información y de capacidades técnicas y operativas», a la par que potenciará «la eficacia y el gran esfuerzo que están realizando nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en esta lucha mediante la mejora de su formación, especialización y dotación tecnológica». El PSOE ofrece «respuestas adecuadas que incluyan medidas decididas que atajen la violencia y garanticen la seguridad», pero también «mediación, diálogo y desarrollo para llegar a las causas más profundas». Podemos e IU, que concurren juntos a estas elecciones como Unidos Podemos, se mantienen fuera del pacto antiyihadista.

Para los socialistas, «España afronta diez desafíos principales en materia de política exterior, pero, en lo concreto, se compromete, dentro de una amplia batería de medidas, a volver a dedicar más recursos e interés a los asuntos internacionales, además a «ser referentes en solidaridad internacional, promoviendo y defendiendo los Derechos Humanos y fomentando la cooperación al desarrollo».

Ciudadanos lo resume todo en seis grandes ejes, tres centrados en la relación con la Unión Europea y otra en «consolidar la financiación para cooperación y desarrollo hasta alcanzar un 0,7 por ciento del PIB».

En los 50 pasos para gobernar juntos, firmados por Pablo Iglesias y Alberto Garzón para concurrir juntos a estas elecciones, se comprometen a «impulsar una reforma de las instituciones europeas que democratice la toma de decisiones políticas y económicas en la Eurozona», especialmente enfocado al Banco Central Europeo, para que, «bajo un verdadero control democrático», «pueda actuar como prestamista en última instancia de las autoridades fiscales». Pero, además, proponen eliminar el «objetivo de equilibrio presupuestario estructural» y «flexibilizar los objetivos de déficit, para que se adapten mejor a las necesidades de cada país».

Ante la situación de los miles de refugiados que están llegando a Europa por la guerra en Siria, Unidos Podemos, con la intención de garantizar el derecho a asilo y la dignidad para estas personas, quiere cerrar los centros de internamiento de extranjeros y recuperar la posibilidad de solicitar asilo diplomático en embajadas y consulados españoles, así como garantizar el «cese de las devoluciones ilegales».