A destriparse por inercia

«Si no sacamos la rabia de las tripas, acabaremos desangrados», avisa López ante unas ‘bélicas’ primarias del PSOE. Díaz se multiplica en Cataluña, feudo ‘pedrista’

Iñaki Alonso @alonsopons /
07 may 2017 / 09:29 h - Actualizado: 07 may 2017 / 09:29 h.
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  • Susana Díaz culminó su maratoniana jornada en Cataluña visitando el Real de la Feria de Barcelona. / Quique García (Efe)
    Susana Díaz culminó su maratoniana jornada en Cataluña visitando el Real de la Feria de Barcelona. / Quique García (Efe)
  • Pedro Sánchez llenó un polideportivo en Elche. / Manuel Lorenzo (Efe)
    Pedro Sánchez llenó un polideportivo en Elche. / Manuel Lorenzo (Efe)

Patxi López lleva unos días siendo el Pepito Grillo del socialismo más que un candidato. No le van unas primarias que se han convertido en una contienda bélica, donde se aprovecha cualquier movimiento para zancadillear al rival, pese a que, a partir del 21 de mayo, será compañero de partido. El exlehendakari, tercero en liza con los avales por delante, se abona al perfil de hombre tranquilo para rebajar un tono que, en redes sociales, pero también en algún mitin, llega al nivel pelea de barrio. A sabiendas de lo que se juega el partido, invitó a no jugar al «suicidio» de ver «si matamos a Pedro [Sánchez] o a Susana [Díaz]». «La división es suicidio y ahora está en juego la supervivencia del PSOE», afirmó.

«La tripas piden sangre. Si no sacamos la rabia, acabamos todos desangrados», se reafirmó López en Valencia. El mensaje queda claro, pero se difumina en una maraña de mensajes malintencionados: desde el perfil «perdedor» de Sánchez, con sus dos batacazos electorales a cuestas, hasta las críticas a Díaz por mantener al PP de Mariano Rajoy en el Gobierno.

En las trincheras, el equipo de la presidenta andaluza escribió a Sánchez en las redes sociales para pedirle que «no falsee los hechos» que ocurrieron durante la crisis interna de octubre que llevó a su destitución como secretario general del partido. «Dimitió por perder una votación para un congreso planificado a su medida y a celebrar a 20 días», le recriminó en Twitter Eduardo Madina, que demostrará sus nuevos colores hoy en un acto de Susana Díaz en Asturias. Con esto, contestó al mensaje de Sánchez en un mitin en Elche (Alicante) en el que pedía el voto y que lo ocurrido en octubre del año pasado «sea la última vez que un secretario general tenga que dimitir por cumplir con la palabra dada», una lectura de los hechos que no coincide con la de Madina. Además, la maquinaria de Susana Díaz reprobó otro tuit de Sánchez (que luego borró) en el que aseguraba que ganaría «con dos triples», en alusión a la poca diferencia de 6.273 militantes que hay entre ambos. «Son todos militantes y la misma afición», cuestionó el responsable de comunicación de la campaña de Díaz, José Cepeda. Un guion que reprodujeron hasta la saciedad en internet todos los aliados de la andaluza.

Mientras tanto, Díaz bastante tenía para cuadrar su apretada agenda por Cataluña, tierra aciaga para sus intereses. Al menos avales por delante, donde Sánchez contaba con 6.058 apoyos frente a los 975 de Díaz. «Como partimos de un resultado en avales inferior, tenemos mucho terreno por delante por ganar, y estoy segura de que así será», cortejó la candidata en sus actos por Sant Boi de Llobregat, Hospitalet, Badalona, Cànovas i Salamús y terminar con un paseo por la Feria de Abril de Barcelona. En estas citas, abogó por una España federal que «respete» los territorios y las personas. En clave interna, evitó tentaciones a alianzas con otros candidatos. «Nunca le voy a pedir el apoyo a un socialista para ir contra otro socialista», indicó, recordando que será, si gana, cuando empezará a hablar de integración con los otros dos aspirantes.

Sánchez llena en Elche

Antes, Sánchez había triunfado en un polideportivo en Elche que congregó a 2.000 personas –15 días antes, Díaz pinchó con 600 asistentes–. En este escenario, se mostró satisfecho de un número de avales que auguran unas primarias con «muy buena pinta». «Estamos en las puertas del nacimiento de un nuevo PSOE», afirmó el exsecretario general de los socialistas, no sin antes decir que esa transformación permitirá pasar de un partido «de cuatro o cinco» a ser «de la militancia». Frase por la que le llovieron más críticas aún desde los susanistas.