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Familiares de las víctimas colocaron flores para recordar a los fallecidos en el ataque terrorista de La Rambla. / Alejandro García (Efe) -
Los reyes y Sánchez presidieron el acto junto a Quim Torra. / A. D. (Efe) -
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El mosaico de Miró, lleno de flores en memoria de las víctimas. / Efe
Barcelona no olvida. Un año después, La Rambla volvió a convertirse en un altar en memoria de las 14 víctimas mortales de los atentados terroristas que sembraron el miedo. El mosaico de Joan Miró se cubrió de flores amarillas, blancas, rosas y azules que evocaron aquellas fatídicas horas de rabia, dolor, indignación e impotencia.
El artista catalán quiso que su obra fuera un elemento de bienvenida a los turistas que llegaban por mar invitándolos a pisar las losetas de colores colocadas de manera irregular a conciencia. Sin embargo, el año pasado fue el macabro escenario de un ataque perpetrado por Younes Abouyaaqoub, quien conducía una furgoneta con la que atropelló a diestro y siniestro provocando 14 fallecidos y decenas de heridos.
Algunos de los floristas del popular paseo, el más frecuentado de la capital catalana, reconocieron ayer que fue «duro» levantar las persianas de sus paradas porque «vuelves a recordar de nuevo todo lo que vivimos en agosto del año pasado. No hay palabras para describir ese día», añadieron. Sin embargo, también quisieron destacar que «la ciudad entera se volcó y mostró todo su apoyo». Desde primera hora, además, no pararon de despachar ramos de flores, tanto a barceloneses como a turistas, que quisieron hacer su particular ofrenda a las víctimas del atentado.
Fueron miles las personas que se acercaron al lugar de los hechos para depositar peluches, escritos o encender velas en honor a los muertos. También hubo quienes desplegaron pancartas, como los miembros de la comunidad Yamaat Ahmadía del Islam en España, con el lema –tanto en catalán como en castellano– «amor para todos, odio para nadie». Uno de sus portavoces, Khawar Khaliel Malik, mostró su apoyo a las víctimas y remarcó que los musulmanes son contrarios a «los actos terroristas y a cualquier tipo de violencia».
El homenaje, al que asistieron los reyes Felipe VI y Letizia; el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; su homólogo catalán, Quim Torra; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, o el presidente de Aragón, Javier Lambán, comenzó con El cant dels ocells –El canto de los pájaros–, un oficioso himno de la paz compuesto por Pau Casals. Además, se interpretaron otras canciones como Imagine, de John Lennon; Somewhere over the rainbow, de El Mago de Oz; Hallelujah, de Leonard Cohen, y Qualsevol nit pot sortir el sol, de Jaume Sisa.
Sin embargo, lo que debía ser una jornada de recuerdo y memoria, también fue escenario del debate y la polémica en el plano político, a pesar de que los familiares de las víctimas pidieron que no se politizara el dolor. No obstante, las formaciones políticas quisieron estar presentes en el lugar donde se produjo el atentado terrorista para mostrar su respeto a las víctimas.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aseguró a través de Twitter que «la unidad de toda la sociedad española nos hace fuertes contra el terror y la barbarie» y añadió que «este 17A y siempre estaremos en Barcelona, junto a las víctimas, solidarios con su dolor, unidos en el recuerdo». «Firmes ante la sinrazón del terrorismo. Barcelona, ciudad de paz; España, país de paz», agregó el jefe del Ejecutivo.
En una declaración institucional desde el Palau de la Generalitat, el president catalán, Quim Torra, manifestó su «sincero» reconocimiento a los profesionales de los Mossos, así como los de seguridad, sanidad y emergencias en el 17A por su «vocación de servicio». Asimismo, Torra expresó su «recuerdo, apoyo y solidaridad» hacia las víctimas de un atentado que calificó de «barbarie». El molt honorable no desaprovechó la oportunidad para ensalzar la figura del exconseller de Interior, Joaquim Forn, «injustamente» en prisión, y al que fuera major de los Mossos, Josep Lluís Trapero.
El presidente del PP, Pablo Casado, manifestó que todas las fuerzas políticas están «unidas contra el terrorismo» para pasar a arremeter contra el «uso torticero» del homenaje por parte de los independentistas. Su homólogo en Ciudadanos, Albert Rivera, subrayó que la «obligación» de los demócratas es la «unidad sin fisuras» y «sin politización» contra el terrorismo, si bien la líder de la formación naranja en Cataluña, Inés Arrimadas, se quejó de que algunos independentistas aprovecharan los actos del 17A para expresar «su rechazo a España y no al terrorismo».
Quien quiso rehuir de la afrenta política fue el secretario general del grupo socialista en el Congreso de los Diputados, Rafael Simancas. El dirigente socialsta aseguró que no era día «para la controversia política» e hizo un llamamiento a hacer del 17A «un día para expresas toda la solidaridad, todo el afecto y el respeto hacia las víctimas del atentado. En la misma sintonía se expresó el secretario de Organización del PSC, Salvador Illa, quien indicó que el día de ayer sirvió «para mostrar respeto y un acuerdo emocionado» a las víctimas y sus familiares.
Desde Unidos Podemos, la portavoz adjunta del grupo parlamentario en el Congreso, Ione Belarra, alabó «el orgullo de una Barcelona que quiere mirar adelante» y dijo que el homenaje de ayer fue «muy, muy emotivo», donde las víctimas fueron «las principales y únicas protagonistas». «Frente a quienes quiere extender el odio y el miedo, nos reafirmamos en los valores de amor y convivencia dentro de la diversidad», añadió.
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