El ministro de Economía, Luis de Guindos, dijo ayer que, según el análisis que su departamento ha hecho del impacto de una secesión de Cataluña, la independencia supondría «un empobrecimiento de entre el 25 y el 30 por ciento» para esa comunidad autónoma, cuyo paro «se duplicaría».
Guindos, en una entrevista que ayer publicó el diario Abc, manifestó que no habrá referéndum en Cataluña y afirmó que la secesión «no sólo es ilegal, sino, además, totalmente irracional».
El ministro indicó que la independencia sería negativa para el conjunto de España, «pero mucho más para Cataluña», que no sólo se quedaría fuera del euro y de todos los acuerdos comerciales de la UE, sino que perdería el uso del euro como moneda.
«Dadas las circunstancias del sistema financiero en Cataluña, eso supondría que tendrían que pasar a tener su propia divisa», que, según el ministro, «tendría una devaluación enorme con el euro, lo que produciría un empobrecimiento importante de los ahorradores catalanes y generaría una tasa de inflación elevadísima».
Según Guindos, la secesión de Cataluña se traduciría en una caída de su Producto Interior Bruto (PIB) de entre el 25 y el 30 por ciento, un impacto «brutal» sobre el paro ya la aparición del fenómeno de la hiperinflación, y aseguró que el Gobierno «no va a dejar que eso ocurra en la sociedad catalana».
En el mismo sentido, el 74 por ciento de los ejecutivos cree que el secesionismo catalán «está dañando la economía», según un sondeo realizado entre 265 compañías que emplean a más de 800.000 personas.
Un informe realizado por la consultora Deloitte para el diario El País refleja que esa cifra de desconfianza con la independencia baja al 43 por ciento entre los empresarios de Cataluña. La preocupación es superior en el sector turístico. Tres de cada cuatro hosteleros ven a sus empresas directamente dañadas por el auge del secesionismo.
Ante la pregunta de cómo estima que afecta el nacionalismo catalán a la economía española, el 74 por ciento de los ejecutivos responde que negativamente; el 20 por ciento, que no afecta; y el 1 por ciento, que de forma positiva.
Respecto a la misma cuestión, pero referida a «su empresa», el 59 por ciento estima que no influye; el 34 por ciento, que de forma negativa; y el uno por ciento, que de forma positiva.
También pregunta la encuesta de Deloitte sobre cómo evalúa al Gobierno en las cuestiones que económicamente pueden afectar a su negocio. En este apartado, el 41 por ciento, afirma que es indiferente; el 24 por ciento, mala; el 23 por ciento, buena; el nueve por ciento, muy mala; y el tres por ciento, muy buena.
El 43 por ciento de los encuestados se muestra convencido de la recuperación económica de España.
El 81 por ciento opina que la evolución general de la situación ha mejorado en el primer semestre y el 73 por ciento considera que también lo hará en el segundo semestre de este año. Un 18 por ciento cree que siguió igual en la primera mitad del año y un uno que empeoró, mientras que el 26 por ciento responde que en los próximos seis meses no cambiará y el uno por ciento que lo hará a peor.
Respecto a la corrupción, un 84 por ciento dice que la misma sí que afecta a la actividad económica.