Fallece el expresidente del Tribunal Supremo Carlos Dívar

Ha sido velado en el Tanatorio de la M-30 y su funeral tendrá lugar el próximo jueves a las 20.00 horas en la parroquia de Los Jerónimos

11 nov 2017 / 19:26 h - Actualizado: 11 nov 2017 / 19:29 h.
"Obituario"
  • Imagen de archivo de Carlos Dívar. / EFE
    Imagen de archivo de Carlos Dívar. / EFE

El expresidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) Carlos Dívar ha fallecido esta madrugada en Madrid a causa de una enfermedad, han informado a Efe fuentes del alto tribunal.

Dívar, que habría cumplido 76 años el próximo 31 de diciembre, ha sido velado en el Tanatorio de la M-30 y su funeral tendrá lugar el próximo jueves a las 20.00 horas en la parroquia de Los Jerónimos.

Tras conocer la noticia, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha expresado a través de Twitter su “sentido pésame a la familia y amigos de Carlos Dívar” y ha apuntado que con su muerte “nos deja un gran jurista y una gran persona”.

El ministro de Justicia, Rafael Catalá, quien ha acudido al tanatorio a dar el pésame en persona, ha asegurado que el fallecimiento de Dívar es “una triste noticia para todos los que le conocimos, para todos los que supimos de su cualificación, su profesionalidad y su dedicación intensísima a la justicia”.

Por su parte, el presidente de la Audiencia Nacional, José Ramón Navarro, ha destacado el “alto nivel profesional como jurista” y el “carácter conciliador” que, en su opinión, le hicieron “ganarse el respeto y afecto” de sus compañeros.

A las puertas del tanatorio, Navarro ha recordado que Dívar fue un magistrado respetado por todos los miembros de la Audiencia Nacional, tribunal del que fue juez instructor durante 21 años y luego presidente de 2001 a 2008.

También el vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) Fernando Grande-Marlaska se ha acercado hasta el tanatorio, donde ha asegurado: Dívar “es para mí un compañero, un buen amigo y una persona que siempre respetó mi trabajo y mi persona, y eso no hay de muchos que se pueda decir”.

Grande-Marlaska ha recordado cómo entró en la Audiencia Nacional en 2004 como juez instructor cuando Dívar era presidente del tribunal, por lo que coincidieron trabajando juntos cuatro años, hasta que Dívar fue nombrado presidente del Supremo y del CGPJ en 2008.

Nacido en Málaga 1941, Dívar fue nombrado en 1980 magistrado de la Audiencia Nacional y luego pasó a ser presidente de este tribunal de 2001 hasta 2008, cuando fue elegido presidente del Supremo y del CGPJ, cargos que ostentó hasta que dimitió en 2012.

Dívar ingresó en la carrera judicial en 1969 y ejerció como juez en Castuera (Badajoz), Durango (Vizcaya), Orgaz (Toledo) y San Sebastián.

En 1980 pasó a ocupar la plaza de magistrado del Juzgado Central de Instrucción 4 de la Audiencia Nacional, donde estuvo 21 años, hasta que en 2001 fue nombrado presidente de este tribunal especial.

Como presidente de la Audiencia Nacional recibió las reclamaciones hechas, en 2004, por personal laboral del tribunal ante el “miedo” provocado a raíz de la desarticulación de una célula terrorista islamista que pretendía atentar contra la Audiencia.

En 2007 se le otorgó el Premio Diálogo a la Amistad Hispano-Francesa, que reconoce la labor de la justicia en ambos países.

Dívar fue elegido por unanimidad presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Supremo el 24 de septiembre de 2008.

Durante su mandato, en febrero de 2009, tuvo lugar la primera huelga de jueces de la historia de España y meses más tarde tuvo que enfrentarse a las tres causas abiertas en el Supremo contra el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón.

El fin de su carrera judicial se produjo en 2012, cuando hizo frente a una denuncia y una querella contra él por supuestos delitos de malversación de fondos públicos y estafa, esta última por los gastos en sus viajes a Marbella (Málaga).

Ambas fueron rechazadas, sin embargo, ante la petición de que cesara de su cargo por parte de cinco vocales y la falta de apoyo del mundo judicial, Dívar hizo pública su dimisión y subrayó no haber hecho “nada malo” y haber sido víctima de una campaña cruel y desproporcionada.