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El expresidente del Gobierno de España, Felipe González. / EFE
El expresidente del Gobierno Felipe González ha tildado de «inteligente» la «hoja de ruta» trazada por el líder del PSOE, Pedro Sánchez, para tratar de lograr un acuerdo para formar gobierno, aunque ha dicho que cree «posible, incluso probable» que se convoquen nuevas elecciones.
«La hoja de ruta me parece inteligente y bien planteada; se ha puesto un documento encima de la mesa con el que se puede estar más o menos de acuerdo, pero hay que agradecer que por lo menos haya habido iniciativas que desbloquean una situación que podría durar un año», ha afirmado González durante una entrevista en el programa «¿Y tú qué opinas?», de Canal Sur Televisión.
Aunque ha confesado que no ha leído «a fondo» el documento, ha opinado que la situación «está mejor que hace un mes», pues después de un «bloqueo» Sánchez ha tenido la iniciativa de «dar un paso al frente aceptando ir a una negociación».
No obstante, ha considerado «probable» que se convoquen nuevas elecciones tras señalar que tras el 20 de diciembre hay un «cuatripartidismo» igual de «imperfecto» que el bipartidismo, aunque en este momento es «mucho más difícil porque parte de los nacionalistas que pactaban ahora están en la ruptura».
Preguntado si el PP debería abstenerse en caso de que el PSOE y Ciudadanos llegaran a un acuerdo, ha opinado que sí, aunque ha reiterado que tanto los populares como los socialistas, si no son capaces de formar gobierno, no deben «imposibilitar la formación de gobierno del otro».
Sin embargo, cree que el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, debería haber dimitido, aunque ha asegurado que ya «está fuera de la política, fuera de la responsabilidad, aunque él todavía no lo sabe».
Sobre si sería posible un gobierno progresista con Ciudadanos y Podemos, ha dicho, tras rechazar que él haya «demonizado» a la formación morada, que le gustaría que, por lo menos, «se pusieran de acuerdo programáticamente».
«Le tengo el máximo respeto a los votantes de Podemos y tengo una relación fluida y, en algunos casos, de confianza, con algunos cuadros de Podemos», ha asegurado, aunque ha criticado la actitud del líder de esa formación, Pablo Iglesias, cuando, por ejemplo, le dio ya «compuesto el gobierno, sin encargo» al jefe del Estado y a Pedro Sánchez.
Sin embargo, ha indicado que le gustaría que Sánchez e Iglesias «hablaran para ver si se pueden entender en el programa», pero no está «seguro» de que sea posible porque un proyecto para España «significa que se tiene un proyecto para el señor de Almería, el de Vigo o el de Tarragona; un proyecto que tiene que tratar con igualdad de derechos y de obligaciones a todos los españoles».
Sobre qué gobierno prefiere, se ha limitado a señalar: «Un gobierno que sea capaz de hacer reformas en un sentido progresista».
Interpelado sobre si ha hablado con Sánchez, ha dicho que siempre está «disponible» para todos, pero no le gusta «interferir» y, desde que el jefe del Estado le encargó al líder del PSOE que intentara formar gobierno, no se han «sentado a hablar», como tampoco con Mariano Rajoy.
Tras matizar que el PSOE ha tenido los «peores» resultados «de la historia de la reciente democracia», ha admitido que el Partido Socialista ha cometido «errores», que ha resumido en que «no ha quedado clara la identidad de la respuesta socialdemócrata a la crisis», y ha lamentado no haber oído «ninguna crítica de esto».
«Ha habido críticas cruzadas que me preocupan porque tienen un fundamento escaso, como lo que se planteó en el Comité Federal del 28 de diciembre: se equivocaron todos, nunca tuve más sensación de estar en desacuerdo con unos y con otros», ha confesado.
Preguntado, en otro momento de la entrevista, por el caso de los ERE fraudulentos en Andalucía y el papel de los expresidentes de la Junta Manuel Chaves y José Antonio Griñán, ha afirmado que «todas las responsabilidades políticas que pudieran haber tenido las han asumido con super creces».
«Saben todos los andaluces que ni Chaves ni Griñán se han enriquecido nunca con la política», ha recalcado el expresidente del Gobierno, que interpelado también por la situación de la Comunidad Valenciana y, más concretamente, por la exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá, ha opinado que debería dejar el escaño, al tiempo que se ha mostrado partidario de «acotar» el aforamiento.