Históricos dirigentes de ETA reclaman un nuevo estatus para el País Vasco

Cuestionan la separación de poderes y la democracia española y piden aunar esfuerzos «al hilo del ‘procés’ catalán»

13 abr 2018 / 15:37 h - Actualizado: 13 abr 2018 / 15:43 h.
"ETA"
  • Imagen del acto celebrado hoy en Donosti. / Efe
    Imagen del acto celebrado hoy en Donosti. / Efe

Los exlehendakaris Carlos Garaikoetxea y Juan José Ibarretxe y dirigentes de la izquierda abertzale y de Podemos, junto algún histórico de ETA, han suscrito el manifiesto de la plataforma Demokrazia Bai! que, bajo el título ‘Urgencia democrática’, reclama un nuevo estatus para Euskadi y Navarra que les «reconozca explícitamente como pueblo, como nación» y aboga por la «bilateralidad en términos de igualdad» entre el Estado y cada una de estas dos comunidades.

Ibarretxe y Garaikoetxea han estado presentes en la presentación en San Sebastián de este manifiesto junto al ex secretario general de LAB, Rafa Diez Usabiaga, el abogado Iñigo Iruin, los exconsejeros del Gobierno Vasco Joseba Azkarraga y Anjeles Iztueta, el senador de Podemos Josetxo Arrieta, o el sindicalista Jesús Uzkudun, entre otros. Todos ellos, junto a 70 personalidades de la universidad, la cultura, la política o el periodismo, entre los que se encuentran el ex gobernador civil de Vizcaya Daniel Arranz, el exrector de la UPV/EHU, Iñaki Goirizelaia, o los miembros de la izquierda abertzale José Luis Elkoro, Tasio Erkizia, o Eugenio Etxebeste ‘Antton’, exdirigentes de ETA, suscriben el texto y forman parte de este colectivo plural que comparte la inquietud por la situación política actual.

En el manifiesto, destacan que «el sistema español, que ya venía enfangado por la corrupción y sus políticas antisociales ante la crisis, por una erosión escandalosa del principio de separación de poderes y otros males no menores, revienta por todas sus costuras significativamente al hilo del ‘procés’ catalán».

Proceso de regresión

«Observamos una ofensiva sin precedentes de una justicia politizada por las corrientes ideológicas más autoritarias y conservadoras, el encarcelamiento de las ideas y de quienes las defienden», lamentan, al tiempo que muestran su preocupación por que «este proceso de regresión, esta corriente involucionista del régimen monárquico español cuente, por acción u omisión con el aval de Europa».

Tras advertir de que si el Estado español se mantiene en «la vía de la imposición» continuará siendo «un Estado fallido e inestable, un socio poco o nada recomendable», confían en que Europa «entienda esto más pronto que tarde» y contribuya a «introducir el régimen español por la senda de la democracia a la hora de resolver sus seculares carencias».