La masacre de Cataluña, caso abierto un año después

El juez de la Audiencia Nacional mantiene en prisión a tres de los presuntos autores de la muerte de 16 personas y más de 300 heridos

15 ago 2018 / 18:28 h - Actualizado: 15 ago 2018 / 21:17 h.
  • Furgoneta que se usó en Barcelona para el atentado. / Efe
    Furgoneta que se usó en Barcelona para el atentado. / Efe

Un año después de que una célula yihadista atacase a las centenares de personas que paseaban por La Rambla de Barcelona la tarde del 17 de agosto y, pasadas unas horas, por el paseo marítimo de Cambrils (Tarragona), la Audiencia Nacional continúa investigando activamente estos atentados, reivindicados por el Daesh, que dejaron en total 16 víctimas mortales y más de 300 heridos de varias nacionalidades.

Actualmente, tres personas se encuentran en prisión provisional por su presunta participación en los hechos: el que alquiló la furgoneta utilizada en el atropello masivo en Barcelona; un herido en la casa que saltó por los aires en la que se estaba preparando la acción terrorista; y otra persona vinculada con la compra del material explosivo. El resto de los miembros del grupo yihadista fueron abatidos por los Mossos d’Esquadra en Cambrils o fallecieron la noche anterior en la explosión de una vivienda en Alcanar (Tarragona).

Aun así, el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, que levantó a finales del mes de julio parte del sumario de la causa, sigue indagando en los hechos. Según las últimas diligencias conocidas, el magistrado pidió en junio información para conocer si los yihadistas se financiaron con microcréditos y en febrero puso bajo vigilancia a personas cercanas a la célula.

España no había sufrido ningún atentado yihadista desde el 11 de marzo de 2004 –en el que perdieron la vida 202 personas–. Los del 17 y 18 de agosto de 2017 se suman a los perpetrados en Europa (Niza, Berlín, Estocolmo, París o Londres) en los dos últimos años siguiendo el mismo modus operandi: atropellos múltiples y el uso de armas blancas.

Esta forma de actuar fue advertida por los Mossos d’Esquadra –por entonces dirigido por el mayor Josep Lluís Trapero, ahora procesado por dos delitos de sedición y organización criminal en relación al referéndum ilegal del 1 de octubre en Cataluña– en un primer informe del 17 de agosto de 2017 en el que se solicitó al juez Andreu –que en ese momento se encontraba de guardia– la autorización para proceder a registrar los domicilios de un grupo 12 amigos y hermanos (de entre 17 y 24 años), sobre los que se sospechaba su implicación en los atentados de Cataluña.

Sobre las 16.30 horas de ese día, una furgoneta blanca, con el logotipo de una empresa de alquiler, recorrió más de 500 metros causando el pánico entre los viandantes que en ese momento se encontraban en el paseo situado en el centro turístico de la ciudad condal. En ese momento, 13 personas perdieron la vida y otros centenares resultaron heridos, incluso de gravedad, de tal modo que una de ellas falleció después en el hospital.

La alarma volvió a saltar en la madrugada del 18 de agosto cuando un coche con cinco personas en su interior, con cinturones de explosivos falsos y armados con cuchillos y hachas, esquivan un control policial y consiguieron entrar en el paseo marítimo de Cambrils. Tras abrir fuego contra ellos, el vehículo vuelca y sus ocupantes salen de él tratando de apuñalar a los transeúntes, matando a una mujer. Un agente logra abatir a cuatro de los terroristas y el quinto muere tras resultar herido.