Música, poesía y silencio para recordar a las víctimas de Barcelona

El acto cuenta con la presencia de varias de las víctimas, en primera fila, así como con los Reyes; el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el presidente de la Generalitat, Quim Torra

17 ago 2018 / 11:13 h - Actualizado: 17 ago 2018 / 15:02 h.
"Atentado en Barcelona","Año uno de los atentados de Barcelona"
  • Los familiares de las víctimas han protagonizado emocionada ofrenda floral ante el mosaico de Joan Miró en La Rambla. / Alejandro García (Efe)
    Los familiares de las víctimas han protagonizado emocionada ofrenda floral ante el mosaico de Joan Miró en La Rambla. / Alejandro García (Efe)

Flores amarillas, blancas, rosas y azules cubren este mediodía el mosaico de Joan Miró de La Rambla de Barcelona, convertido como hace un año, en un altar en homenaje a las víctimas de los atentados terroristas del 17 de agosto, en un lugar en el que hubo catorce muertos y decenas de heridos.

Miró siempre quiso que su obra fuera un elemento de bienvenida a los turistas que llegaban por mar y a los que quería invitar a pisar las losetas negras, azules, blancas, rojas y amarillas que luchó para que estuvieran colocadas de forma irregular.

Sin embargo, el año pasado se convirtió en el punto donde terminó su macabro recorrido la furgoneta que conducía Younes Abouyaaqoub, y donde de forma improvisada se quiso honrar entonces, como hoy con un acto sobrio y emotivo, a los fallecidos, heridos, y a sus familiares.

Algunos de los floristas del popular paseo, el más frecuentado de la capital catalana, han reconocido hoy a Efe que esta mañana ha sido «duro» levantar las persianas de sus paradas porque «vuelves a recordar de nuevo todo lo que vivimos en agosto del año pasado. No hay palabras para describir ese día», han apuntado.

Sin embargo, también han querido destacar que «la ciudad entera se volcó y mostró todo su apoyo».

Desde primera hora, además, no han parado de despachar ramos de flores, tanto a barceloneses como a turistas, que querían hacer su particular ofrenda a las víctimas del atentado.

Si a las diez de la mañana han sido los familiares y las autoridades las que han acudido hasta el Pla de l’Os, en horas posteriores miles de personas se han acercado a esta altura de la Rambla y tanto han depositado peluches o escritos en honor a los muertos como han encendido algunas velas.

También ha habido quienes han desplegado pancartas, como los miembros de la comunidad Yamaat Ahmadia del Islam en España, con el lema, en catalán y castellano, «amor para todos, odio para nadie».

Uno de sus portavoces, Khawar Khaliel Malik, ha remarcado que han acudido a la Rambla para mostrar su apoyo a las víctimas y porque son contrarios a «los actos terroristas y a cualquier tipo de violencia».

En inmediaciones del mosaico de Miró -en el que colaboró el maestro ceramista Joan Gardy-Artigas, junto con los Talleres Escofet- se podía leer asimismo en otra pancarta que «los compañeros y las compañeras musulmanas también son víctimas».

Tampoco ha pasado desapercibida una mujer contraria al aborto que ha aprovechado la jornada para hacer su reivindicación, mientras de fondo grupos de independentistas y de personas favorables a la unidad de España se enzarzaban en discusiones relacionadas con el «procés», con vivas a España mezcladas con las notas de «Els Segadors», acompañadas por la guitarra de uno de los presentes.

Como dejó sentado hace ya unos cuantos siglos el griego Heráclito, el fundamento de todo está en el cambio incesante, y la Rambla, una palabra de origen árabe -ramla, que sirve para designar un arenal o una riera-, no escapa a ello, aunque aquí las personas son siempre el paisaje.

La calle donde se celebran las victorias del Barça, donde durante años paseaban los impolutos marinos norteamericanos, la de las prostitutas y los travestis, o donde George Orwell vivió estupefacto las peleas entre las izquierdas en la guerra civil española, hoy es un río humano que no olvida y que quiere que esta sea «una ciudad de paz».