Uno de los primeros entretenimientos que entregamos a los niños hoy en día es un smartphone o una tablet. Ya sea para que se diviertan con un juego, que vean unos dibujos animados, a Peppa Pig o al Pocoyo de turno, lo cierto es que desde bien pequeños aprenden que ese aparatito que sus mayores les ceden desprende una luz mágica que les absorbe.
Vaya por delante que no nos postularemos acerca de la conveniencia o no del uso de dispositivos para los niños en edad temprana, ni entraremos en analizar cuánto tiempo deben tenerlos. En este artículo veremos cuál es la edad recomendada para que un niño reciba su primer smartphone, así como cuestiones relativas a las condiciones de uso, la responsabilidad que conlleva, aspectos relacionados con la seguridad de los menores, etc. informan desde la página web Think big.
Primer smartphone a los 12-13 años
Según los datos de 2014, el 30% de los niños de 10 años tienen un móvil: a los 12 este porcentaje alcanza el 70%, llegando al 83% a los 14.
Los 12 o 13 años son una buena edad para acceder a su primer smartphone, cuando ya han alcanzado cierto grado de madurez y responsabilidad, al tiempo que empiezan a necesitar cierta independencia e intimidad. A esta edad los niños ya han formado un grupo de amistades en el colegio, en los deportes, las actividades extra escolares y sus necesidades de relacionarse empiezan a cambiar (además, entran en escena los grupos de WhatsApp). Por ello, retrasar demasiado el acceso al smartphone podría aislar al menor de sus amistades y perjudicar sus relaciones, sin duda muy importantes para ellos en esta etapa.
Concienciación, educación y seguridad
Este acceso de los menores a su primer smartphone será “en propiedad relativa”. ¿Qué quiere decir esto? Que será propio del niño o niña, pero con ciertas normas, condiciones y control que determinarán para cada caso los padres o tutores. Pero no todo son reglas. Los usuarios de smartphone (niños y mayores) deben conocer los riesgos a los que les expone su uso para poder detectarlos, enfrentarlos o evitarlos.
Evitar estos riesgos es el leitmotiv de numerosas plataformas y servicios que han surgido para educar, concienciar y ayudar en el uso de Internet, las nuevas tecnologías y los dispositivos.
Familia Digital es un portal de referencia para padres y educadores donde se da respuesta a dudas e inquietudes relacionadas con las tecnologías e Internet. También es un espacio donde se pueden compartir experiencias y testimonios, además de mantenerse al día de las oportunidades, retos y dificultades que surgen de los rápidos cambios tecnológicos y la aparición de nuevos servicios.
Pantallas Amigas es una iniciativa surgida en 2004 para extender el uso responsable y seguro de las TIC. Su trabajo se centra en sensibilizar y divulgar; informar y formar a padres, docentes, niños, adolescentes; investigar y elaborar de sistemas de apoyo, seguimiento y alerta online.
Qustodio es una herramienta de control parental sobre el uso que se hace de Internet. Funciona instalando la app en cada uno de los dispositivos que se quieren proteger y se gestiona desde el portal. Ofrece bloqueo de contenidos inapropiados, de determinadas aplicaciones y juegos, seguimiento en redes sociales, control de llamadas y mensajes (donde se pueden bloquear números), seguimiento de ubicación y otros servicios que pueden interesar a los padres.
Movistar Protege supervisa la actividad de los niños en Internet a posteriori. Su funcionamiento es similar al de Qustodio, con el añadido de que muestra cuánto tiempo pasa el menor en cada página y cómo navega en ella; dispone de la opción “búsqueda segura” para evitar que se muestren resultados inapropiados; se pueden crear distintos perfiles para personalizar las opciones de uso de Internet de cada menor y muchas otras funcionalidades.
Recomendaciones
Aunque cada padre o tutor tendrá sus propias directrices, más o menos permisivas en cuanto al uso del smartphone, aquí os dejo unas pocas recomendaciones:
Establecer tiempos de uso y límites, como apagarlo después de la cena y hasta el día siguiente.
El móvil no estará presente cuando se sienten a la mesa.
Establecer un límite de gasto mensual, para que sean conscientes y responsables del consumo que hacen.
Los mayores pueden fijar una contraseña en el smartphone para que no puedan hacer compras en apps y juegos sin supervisión.
La hora de ir a dormir, el teléfono quedará en una zona común de la casa. Evitará que los niños hagan un uso excesivo y se creen problemas de adicción, ansiedad, trastornos del sueño y descenso en El rendimiento escolar.
Estará apagado en las horas de clase.