Decidiendo el futuro de la IA con ‘Detroit Become Human’

Asistimos a la presentación del próximo exclusivo de PlayStation 4 en Madrid y entrevistamos a Adam Williams, guionista principal del videojuego, y a Rafael Conde, experto en Inteligencia Artificial

24 abr 2018 / 12:34 h - Actualizado: 24 abr 2018 / 12:37 h.
"Videojuegos"
  • En ‘Detroit Become Human’ los androides son la tecnología del momento y han transformado la sociedad.
    En ‘Detroit Become Human’ los androides son la tecnología del momento y han transformado la sociedad.
  • La historia se cuenta desde el punto de vista de sus tres personajes principales.
    La historia se cuenta desde el punto de vista de sus tres personajes principales.
  • El juego muestra a androides que han desarrollado la capacidad de tener sentimientos humanos.
    El juego muestra a androides que han desarrollado la capacidad de tener sentimientos humanos.
  • La captura facial y de movimientos hace que los personajes luzcan como sus homólogos de carne y hueso.
    La captura facial y de movimientos hace que los personajes luzcan como sus homólogos de carne y hueso.

¿Androides con sentimientos humanos? Con esta pregunta en la cabeza se vuelve un servidor de Madrid después de asistir a la presentación de Detroit: Become Human, videojuego desarrollado por Quantic Dream –creadores de títulos como Heavy Rain o Beyond: Dos Almas– y que no solamente pretende ser un producto de entretenimiento sino una forma de que el jugador reflexione sobre lo que nos hace ser humanos.

El origen de este videojuego tuvo lugar en 2012 cuando Quantic Dream lanzó el vídeo Project Kara, una demostración técnica de su motor gráfico cuya historia se basaba en cómo se construía un androide llamado Kara. Esta máquina, ante la posibilidad de ser desmontada, empezó a sentir miedo, un hecho que llamó la atención de los espectadores y la comunidad gamer, quienes quisieron saber más sobre esto. Ante la reacción del público, la compañía dio el pistoletazo de salida para hacer de este vídeo algo más. Una historia más profunda.

Como su nombre indica, Detroit Become Human estará ambientado en la ciudad de Detroit en el año 2038. «Este futuro es muy similar al que vivimos actualmente pero con una diferencia importante: los androides, máquinas que se parecen a los seres humanos, se han convertido en la tecnología del día a día. Al igual que el smartphone o internet, esta tecnología ha transformado la sociedad», explica Adam Williams, guionista principal del juego. Como pudo verse, los androides trabajan en todas las áreas incluida la educación o la sanidad. También pueden ser nuestros acompañantes, se pueden programar para que sean hechos a medida y ser el amigo perfecto. Sin embargo, este avance ha provocado que se divida a la sociedad. Algunas personas se han beneficiado y ganado dinero pero hay otros que ya no tienen trabajo ni tienen un lugar en esta sociedad moderna.

En este contexto, Quantic Dream ha introducido un giro de tuerca más. «Algunos androides empiezan a comportarse como si sintieran las emociones humanas y a revelarse contra las ordenes de los humanos», añade Williams. A este tipo de tecnología se la conoce como desviados porque «se han desviado de su propósito original». La historia de Detroit es la historia de estos desviados.

Aunque contiene elementos propios del género de la ciencia ficción vistos en productos como Blade Runner o Yo, Robot, una de las mayores fuentes de inspiración fue Frankenstein. La obra de Mary Shelley «cuenta la historia de algo que el hombre ha creado y esa creación llega más lejos de lo que el hombre había esperado». Sin embargo, los protagonistas de estos libros son diferentes a los del videojuego de Quantic Dream ya que «los androides no son unas criaturas fantásticas sino una forma real de poder hablar de los problemas reales y sociales del mundo. Son más humanos y realistas y nos recuerdan a la sociedad en la que estamos».

Tres androides, una historia

La trama está contada desde tres puntos de vistas, tres arcos argumentales que corresponden a cada uno de los personajes que se podrán controlar. Por un lado encontramos a Marcus, quien se convierte en el líder de un grupo de desviados. El jugador debe decidir en qué momento la violencia es justificada para defenderles. La respuesta a esta incógnita la determina la decisión de cada uno. Sin embargo hay que tener en cuenta que las consecuencias de nuestras acciones, no afectan solo a la propia historia del personaje sino que determinarán la toda la sociedad.

En segundo lugar encontramos a Kara, una androide que acaba ocupándose de una niña humana, Alice. Con ella se ve una perspectiva del mundo diferente. Mientras que Marcus es un personaje poderoso y fuerte, Kara lucha para sobrevivir y proteger a esta niña que quiere.

Finalmente, el tercer pilar de Detroit es Connor, un androide muy diferente a los demás. Él es un prototipo hiperavanzado y diseñado por un solo propósito: encontrar y destruir a los desviados. Este personaje muestra la crisis desde la perspectiva de la humanidad. La desviación de estos androides es un problema que se debe solucionar para que todo siga su curso normal.

De esta forma el jugador encuentra tres personajes cuyas historias y personalidades son diferentes entre sí. Marcus apunta a ser épico, Kara personifica esos sentimientos que reflejan los androides y que preocupan a la humanidad, mientras que Connor es la frialdad que se espera de una máquina. Cuestionado sobre la posible complejidad de contar una historia desde tres puntos de vista diferentes, Williams aclaró que «la clave fue hacer que esos tres personajes estuvieran mirando a una historia central. La pregunta que encontramos en esta historia troncal es si un androide que siente emociones sigue siendo una máquina».

Connor, Marcus y Kara son tres de los más de 300 personajes a los que han dado vida sus correspondientes actores en carne y hueso para desarrollar las hasta 37.000 animaciones que componen Detroit Become Human. A cada uno de los actores les fotografiaron las caras desde todos los ángulos posibles para luego convertirlos al formato digital y recrear el rostro de los personajes. Asimismo, se procedió a la captura de movimientos o Mocap para hacer lo propio con las acciones. Se grabaron a los actores realizando las acciones para trasladarlas al ordenador. El resultado es un realismo que da la sensación en el jugador de estar frente a una película interactiva.

Retos de la IA

La evolución de la Inteligencia Artificial tal y como Quantic Dream la presenta en su juego no ha pasado desapercibida para especialistas en la materia. Rafael Conde, director del área de Estrategia, Innovación y Evolución tecnológica en Vector ITC Group, confiesa que «este videojuego nos incorpora un debate muy interesante sobre los limites que puede tener en un futuro y cómo podría llegar a abordar la IA ciertas capacidades humanas como son la conciencia. Es bueno que estos videojuegos nos abran estos debates».

Aunque pueda sonar a un concepto futurista, la IA es algo presente en la actualidad y que todos usamos sin que nos demos cuenta al estar incluida en aplicaciones como las redes sociales o los asistentes virtuales a los que pedimos ayuda para que nos ofrezcan determinada información o solucionen un problema. El reto en los próximos años a nivel nacional es «trasladar estas capacidades a la industria y a las empresas. Muchas de las tareas que se están dando en ambos sectores pueden sustituirse por IA y en muchos casos a mejorar su precisión gracias a la potencia que nos da al ser capaz de manejar un gran volumen de datos», explica Conde quien no oculta su optimismo al recalcar que «en España tenemos unas compañías tecnológicas de máximo nivel y un talento tecnológico similar y podemos realmente liderar esta carrera por la implantación, la aplicación práctica de la IA en ambos sectores».

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce en relación con la IA. Detroit muestra como los avances tecnológicos pueden provocar, por ejemplo, desempleo, aunque simplemente hay que echar la vista atrás en la historia de la humanidad para ver esto como una oportunidad. «También la Revolución Industrial lo hizo hace muchos años con las tareas manuales que se hacían en la industria y lo que hace es que va a evolucionar a hacer ciertos trabajos más cualificados», destacó Conde para afirmar que «no hay que tener miedo, aunque sí que tenemos que analizar cuál es el impacto que tiene esta revolución en la sociedad y cómo podemos ayudar a las personas a subirse a esta nueva tendencia que lo único que nos va a hacer es traer progreso».

Detroit puede ser visto como un reflejo de la falta de empatía que adquiere el ser humano con sus semejantes a causa de la tecnología y cómo nos conduce al individualismo. No obstante el guionista del juego prefiere verlo como una forma de enseñar como la tecnología nos influye y nos controla. «Actualmente pasamos más tiempo con los dispositivos, las máquinas, que con los seres humanos. El futuro que planteamos en Detroit no nos parece tan descabellado. No es nuestro papel decirle al jugador qué está bien o mal. Es el jugador el que escribe su propia historia. Nuestra tarea como guionistas es hacer las preguntas correctas para que los jugadores pudieran contestarlas».

Respecto a los videojuegos y su relación con la IA, el experto en la materia destaca la posibilidad de que en el futuro el «juego aprenda de nosotros y que esa evolución esté basada en nuestra propia experiencia», es decir, que el juego se vaya creando en función de nuestras acciones. El videojuego pasaría a ser una «vida virtual donde el jugador interactúa al cien por cien en un entorno virtual». Para ver esto aún deben pasar unos cuantos años, sin duda menos para decidir el destino de la humanidad y de estos androides desviados, concretamente a partir del 25 de mayo cuando salga a la venta Detroit Become Human para PlayStation 4. Hasta la fecha, si este artículo comenzaba con una pregunta, es pertinente acabarlo con otra. En vista de lo que se sabe del juego, si una máquina es capaz de desarrollar sentimientos propios del ser humano, ¿cómo se explica la falta de empatía de la humanidad con sus semejantes?