El síndrome de Macbeth

Carlos y Daniel reflexionan sobre sus problemas cuando afrontan la noche

02 oct 2016 / 09:06 h - Actualizado: 02 oct 2016 / 19:42 h.
"Sevilla, abierta 24 horas"
  • Un 30 por ciento de la población adulta padece algún tipo de trastorno del sueño. / El Correo
    Un 30 por ciento de la población adulta padece algún tipo de trastorno del sueño. / El Correo

«Creí escuchar una voz que me decía: Macbeth, tú no puedes dormir, porque has asesinado al sueño. Perder el sueño, que desteje la intrincada trama del dolor, el sueño, descanso de toda fatiga: alimento el más dulce que se sirve a la mesa de la vida». Carlos, profesor de literatura, ha encontrado en la obra de William Shakespeare la mejor manera de describir lo que le sucede cada vez que apaga la luz e intenta dormir: «Me han asesinado el sueño». Desde hace seis años tiene muchísimos problemas para conciliar el sueño y ha adaptado su vida a un compañero de viaje que le acompaña desde el mismo momento en que cierra los ojos, el insomnio.

La Sociedad Española de Neurología (SEN) calcula que un 30 por ciento de la población adulta padece insomnio transitorio. El trastorno del sueño se considera crónico cuando se alarga más allá de los seis meses y afecta a un 15 por ciento de los españoles adultos. «Dormir, duermo, pero poco y mal. En épocas de estrés es cuando más se agudiza, pero he tratado de seguir unas pautas y rutinas para tratar que no afecte a mi vida normal. Hay noches en las que me cuesta mucho dormir, otras en la que me desvelo a mitad de la noche y ya me resulta imposible descansar».

«Tengo insomnio diagnosticado desde los 19 años, asociado a problemas neurológicos, sistema nervioso y ansiedad. El insomnio significa que no duermes, estás cansado, tienes sueño, pero no logras conciliar el sueño. Pasas la noche en blanco, y la siguiente y la siguiente. No sirve leer, no sirve ver la tele, no sirve contar ovejas. Para mí el insomnio significa dormir dos horas en una buena noche, 45 minutos o no dormir nada», explica Daniel.

Mientras que para muchas personas la noche significa ocio, diversión y relax, para otras es el momento en el que se inicia una batalla psicológica para tratar de dormir el mayor tiempo de horas posibles. «El tiempo, el reloj. Ambos se convierten en tus mayores enemigos cuando empiezas a no dormir bien. Te obsesionas por las horas en las que has o habrás dormido, el tic tac se mete en tu cabeza y te martillea. Desde hace mucho tiempo no hay un tic tac en toda mi casa», relata Carlos. «El insomnio incrementa las sensaciones: el ruido del silencio. Es insufrible, escuchas todo, hasta lo más nimio, y pronto crees que incluso la oscuridad es demasiado luminosa», cuenta Daniel.

Unos 700 sevillanos acuden al año a la Unidad del Sueño del hospital Virgen del Rocío de Sevilla. En el momento en que empiezan a ser tratados reciben lo que se llaman «pautas de higiene del sueño». A partir de estas normas, el paciente aprende, por ejemplo, que no es bueno practicar ejercicio físico de noche (puesto que activa el organismo), que leer en la cama no es una costumbre beneficiosa si se tienen problemas para dormir o que pasados 15 minutos sin conciliar el sueño es mejor levantarse y propiciar una nueva atmósfera de relajación antes que dar vueltas en la cama. La doctora Georgina Botebol de la Unidad del Sueño del centro sevillano ha publicado un ebook con el sugerente título de Haz las paces con tu insomnio. Botebol abre el debate sobre si este trastorno debe o no ser medicado, y su planteamiento parte de la base de que cualquier tratamiento debe ser puntual. «Durante los dos primeros años traté de combatirlo por mi cuenta o acudiendo al médico, que me recetaba infinidad de historias (infusiones, masajes, pastillas, muchas pastillas). Luego te sugieren «otras pastillas», que no están recetadas, pero que te dejan catatónico. Éstas ayudaban a dormir, pero el cuerpo no descansaba. Me levantaba con los mismos dolores de cabeza que cuando no dormía», asegura Daniel.

«¿Sevilla de noche? Sevilla de noche para mí es lo que veo a través del balcón de mi salón cuando me paso mucho tiempo en vela. Salvo en verano, que puedo relajarme algo más, el resto del año procuro a partir de las siete o las ocho bajar el ritmo. Mis amigos suelen decirme que entro en modo unplugged (desenchufado)», bromea Carlos. «Estoy seguro que muchas veces me duermo sin darme cuenta y sueño que estoy despierto. Y cuando de verdad despierto creo que no he dormido», plantea.

¿Y las relaciones personales? « Claro que afecta a tus relaciones, estás más irascible, hiperactivo por las mañanas, derrotado por las noches. El mayor error del insomne es tratar de aprovechar el tiempo en el que deberías estar descansando (leer, levantarte, comer –el insomnio genera obesidad–). Cuando no duermo, estoy tumbado, respirando despacio, desnudando poco a poco mis pensamientos...», reflexiona Daniel.

EL REMEDIO MILAGROSO: LA MELATONINA

La melatonina es una hormona producida por la glándula pineal. Al caer la noche, las señales neuronales que conectan la retina y el sistema nervioso central con la glándula producen una liberación de noradrenalina que induce la transformación de la serotonina en melatonina, la cual se secreta a la sangre y al líquido cefalorraquídeo. El sueño inducido por esta hormona es un sueño normal, no es como el producido por una droga del tipo benzodiacepínico ni nada parecido, simplemente provoca un sueño normal. Habitual en Estados Unidos, en España su comercialización se aprobó en el año 2013.