Fenómenos extraños en la Feria de Sevilla

Cuando el visitante de Sevilla llega a la ciudad en Feria, en abril se dispone a disfrutar de la ciudad efímera, de la ciudad que tiene sólo una semana de vida y que cada momento en ella se vive intensamente. Sin embargo son pocos los que se preguntan que había allí antes de ser el lugar elegido para ubicar la Feria.

12 may 2019 / 12:52 h - Actualizado: 12 may 2019 / 17:01 h.
"La aventura del misterio"
  • Fenómenos extraños en la Feria de Sevilla

Así nos vamos a encontrar historias tan singulares como sorprendentes. La Feria antigua se encontraba en el llamado Prado de San Sebastián, cerca de un entorno llamado el Prado de Espantaperros y que, hoy, es ocupado por la Diputación de Sevilla. Pero ese marco tiene un negro pasado.

Su emplazamiento del Prado de San Sebastián era el de unos parajes abandonados, a los que nadie quería acercarse por qué en él se decía que lo habitaba la muerte quizás por ser este un lugar donde en otros tiempos se encontraban el cementerio del Prado de San Sebastián y el cementerio de los Pobres, en él se contaban historias de apariciones y aparecidos, además de ese evocador y lúgubre recuerdo del lugar había una nueva objeción. El lugar al cual se accedía lo llamaban el Paseo del Luto y el propio José María Blanco White (Crespo) en sus Cartas de España hablaba de otro triste incidente que él vivió allí.

Desde el Prado de San Sebastián se podía ver el resplandor de las llamas “purificadoras” de la Inquisición en el hoy lugar donde tenemos la Feria en Los Remedios... Otro de los quemaderos de la Inquisición en Sevilla, lugar habitual de ajusticiamientos pues se hacía sobre un patíbulo de tablas, de ahí Tablada. Hoy día donde hay una Feria está el vestigio mudo de la muerte y la desolación, que la alegría ahogue a las penas. Sobre ello la historiadora María Lara decía: “El inquisidor hispalense Diego López de Cortegana fue el máximo represor, y hay constancia escrita de que fueron quemadas vivas seis personas en el entonces paraje de Tablada, el quemadero principal. En total, entre 1481 y 1524 hubo 5.000 quemados y 20.000 reconciliados en la ciudad. En el siglo XVI en Sevilla, y en toda España, había una enorme devoción por todo lo macabro, los autos de fe eran seguidos masivamente y despertaban una gran pasión. Ir a ver los ajusticiamientos era algo similar a acudir a disfrutar de un entremés teatral”.

El nuevo emplazamiento de la Feria, en Tablada, en el barrio de Los Remedios, donde está el Real, no le va a la zaga. Era otro de los quemaderos de la Inquisición en Sevilla, lugar habitual de ajusticiamientos pues se hacía sobre un patíbulo de tablas, de ahí Tablada.

Hoy día donde hay una Feria está el vestigio mudo de la muerte y la desolación, que la alegría ahogue a las penas.

Historia desconocida de Tablada y la Feria

Pocos son los que conocen que los vikingos, temibles y aguerridos, pasaron por Sevilla y dejaron su imborrable huella no sólo en el recuerdo sino en la genética de nuestra tierra...

Corría el año 844 y fueron ya rechazados en España por el rey Ramiro de Asturias, frustrados costearon y entraron por la desembocadura del Guadalquivir, comenzaron a remontar el río y el 1 de octubre de ese año estaban ante las murallas de la ciudad.

Como horda salvaje y cruel no iban a tener compasión de la ciudad... Un ejército de 16.000 vikingos arrasó la ciudad y destruyó la mezquita mayor así como incendiando parte de la ciudad... El único edificio que se libró del pillaje fue el del gobernador.

En la zona de Tablada tuvieron lugar varias batallas, pero los vikingos no querían echar raíces en Sevilla, simplemente saquear. Se replegaron y se retiraron a Punta Verde donde pactaron cambiar prisioneros por viandas... Fue en Tablada donde se les planta cara y donde se derramó la sangre en defensa de la ciudad, un río de sangre junto al río de Sevilla, el día que sus aguas se tornaron rojas para impedir la barbarie de los normandos, de los vikingos. Sevilla quedó maltrecha y, producto del abuso y el pillaje, generaciones posteriores fueron pelirrojos, sin dudas el vestigios genético de aquellos vikingos normandos, de los llamados “hombres del norte”.

Cosas de la Feria, cosas relacionadas con el lugar donde hoy disfrutamos de nuestra semana más colorida y vitalista, allá donde hoy hay alegría hubo en otros tiempos, mucho dolor y, quizás, sea la causa de determinados fenómenos inexplicables que en la zona suceden... ¿Quién sabe?

ENCUENTROS PARANORMALES EN LA FERIA, EN TABLADA

La zona de Tablada, cercana a donde hoy disfrutamos de las instalaciones de la Feria de Sevilla ha sido escenario de diferentes sucesos que entran dentro de lo paranormal, que entran dentro de lo inexplicable. Se trata de un punto de Sevilla con indudable Historia y, también, con una innegable fenomenología paranormal.

El ensotanado de la Feria, el ensotanado de Tablada

Son muchas las historias que se cuentan en torno a lugares que han sido –o son- colegios, hospitales y antiguos cuarteles militares, no hay ninguno –o casi- donde no falte un fantasma, una aparición, una mala partida de ouija o un ahorcado en una garita de vigilancia. Son las muchas leyendas urbanas que tienen este tipo de edificios y que se mantienen a lo largo del tiempo como parte ya del mismo.

Uno de esos lugares emblemáticos en Sevilla es el cuartel de Tablada, justo en las inmediaciones del llamado “campo de la Feria” que es donde, actualmente, se ubica la “Feria de Abril” de Sevilla en el barrio de Los Remedios. Allí nos detenemos para ser partícipes de una nueva historia de apariciones y aparecidos. La debemos encontrar en el interior del recinto militar y nos habla de una sombría figura que hace acto de presencia algunas noches y que parece lucir un capote contra el frío o una especie de sotana, de ahí el evocador nombre de “el ensotanado de Tablada” que me he permitido ponerle.

Cuentan antiguos militares, que sirvieron dentro del cuerpo de castadores del cuartel de Tablada, la PM (Policía Militar) o cuerpos de intervención, que “hay noches en las que nos llamaban los soldados que hacían guardia en las garitas y, asustados, nos decían que habían visto una especie de sombra muy voluminosa pasearse por determinados lugares junto al muro. Nosotros pensábamos que era el miedo de estar la noche en guardia y la leyenda que corría por el cuartel de que hacía años un soldado de remplazo se ahorcó dentro de una de ellas sin saber cuál exactamente, eso y el miedo de la persona hacía el resto...”

Pero una noche, nuestro testigo, tuvo una experiencia personal: “Era Feria en Sevilla, te puedes imaginar que el jaleo se siente desde el cuartel y que se está un poco más alerta por qué nunca se sabía quién se podía colar en el recinto. No solía pasar nada pero se extremaban las precauciones. Fue una noche en la que nos encontrábamos de guardia cuando nos llamaron de uno de los puestos, de las garitas, acudimos, el chico estaba blanco como la pared y nos dijo que había tenido a cinco metros de él a una sombra que simplemente estaba allí, como observándolo. Al chaval se le iba a salir el corazón por la boca. Nos pusimos a mirar pero no vimos nada. Mi compañero tiró para un lado y yo para otro creyendo que se trataría de otra víctima del miedo, pero cuando me metí por detrás de uno de los añadidos me di de frente con aquello. Era una especie de sombra corpulenta, era un volumen negro, como una sombra. Me quedé paralizado, ni pensé en usar el arma... Aquello no se movió, pasados unos segundos, tal vez cuatro o cinco, se movió hacia un lado y desapareció por el añadido...”

Al salir de esa zona su compañero notó su rostro cariacontecido y le preguntó: “¿Has visto a un fantasma?” y su respuesta fue contundente: “Algo he visto, lo que no se es que es lo que es”.

Otras personas, otros testigos, que tienen por viviendas los edificios que se encuentran justo en frente de este cuartel también afirman haber visto al sombrío personaje e, incluso, haberlo visto deambular tanto dentro como en el muro exterior del recinto militar calando hondo su particular “indumentaria” de “ensotanado de Tablada”.

Tablada además era una zona donde antaño se realizaban las ejecuciones de Sevilla, próxima al quemadero de la Inquisición del lugar y donde de ajusticiaba a los malhechores de otras épocas en la ciudad hispalense, además lugar de batallas donde se libraron no pocas guerras por el control y dominio de la capital del sur. Puede que todo se relacione, que la leyenda tenga una semilla de verdad o que su propia Historia se ponga de manifiesto con esta curiosa aparición en Tablada... Todo es posible.

Extraño incidente OVNI en Tablada

Hablamos de sucesos paranormales en la zona de Tablada, desde apariciones y espectros, leyendas urbanas y, por supuesto, el fenómeno OVNI tan vinculado a nuestra ciudad.

Uno de esos sucesos OVNI sucedió el 29 de septiembre de 1986 sobre las 3:30 horas y tuvo una duración de 15 segundos, aquel informe dice: “SUCESO OCURRIDO EN EL AERÓDROMO DE TABLADA” (Sevilla), y se extiendo con todo lujo de detalles en lo inexplicable del caso: “El relato es de un policía de dicha base y le fue comunicado al autor del informe.

Habiendo iniciado el despegue un avión de transporte C-130 de la pista de cemento de dicha base, en la cabecera de la mencionada pista bajó y subió por dos veces una luz blanca y destelleante como una bengala de gran tamaño y formada por dos esferas tangenciales, una de ellas algo mayor, que provocó el asombro de los responsables de la torre de control.

Sin embargo el avión no se detuvo y despegó cuando la luz estaba alta e inmediatamente se colocó a la cola hasta que éste se perdió en la lejanía.

Toda la policía fue alertada y formada para recibir instrucciones. El contingente era de treinta hombres y fueron unos veinte los que presenciaron parte o la totalidad del fenómeno. El testigo pudo ver el final, es decir, cuando la luz iba en la cola del avión. El propio comandante les advirtió que si alguno mencionaba algo de lo ocurrido sería severamente sancionado por tener el asunto consideración de secreto militar. Naturalmente hubo otro tipo de amenazas muy a la usanza del vocabulario militar y producto del nerviosismo propio del caso.

Al día siguiente muchos pudieron ver la llegada a la base de un grupo de militares norteamericanos, siendo su presencia poco usual y relacionándola, con mucha lógica, con el suceso de la noche anterior”. Firmaba el informe el investigador Manuel Filpo.

Acosado por un OVNI

Sucedió un 11 de Agosto de 1980 en el trayecto desde La Antilla (Huelva) a Sevilla. Ese día un médico, José Luis Torrella López, fue perseguido por una misteriosa forma luminosa durante el trayecto, el médico lo manifestaba así al periodista del diario ABC Javier de Pablos:

-Mira, yo salí de La Antilla a las tres menos cuatro de la madrugada del domingo al lunes, igual que hago normalmente todos los fines de semana. Entonces, una vez pasado Niebla, camino de Villarrasa, vi una luz muy pequeña, distinta a las estrellas, que se movía zigzagueando, estando a una altura de trescientos metros, no tardando en desaparecer. Pasé La Palma del Condado y, antes de llegar a Manzanilla, de nuevo la volví a ver, mucho más grande, hasta que la perdí de vista.

-¿Qué es lo que pensaste en un principio?

-En los primeros momentos pensé que podía ser una estrella fugaz, pero en seguida deseché la idea, ya que estaba demasiado baja para ser una estrella y, además, éstas no pueden hacer movimientos los movimientos que este objeto realizaba.

-¿Cuándo volvió a surgir?

-A las cuatro y media, cuando me incorporé a la autovía, ya que iba por la carretera vieja; la vi con mucha mayor claridad a la derecha del coche.

-¿Cómo era ese objeto volante no identificado?

-Tenía tres aristas y una luz central que era amarilla intensa, siguiendo a mi lado hasta el cruce de Umbrete. Desde ese momento empecé a ponerme nervioso y lo que hice fue apretar el acelerador y correr a toda velocidad. Cuando llegué al cementerio de Castilleja se trasladó a mayor distancia y hacía movimientos de derecha a izquierda y sobre su propio eje,

-Una vez llegaste a Sevilla, ¿qué sucedió?

-Al entrar en la ciudad, por el camino de Tablada, la perdí de vista, pero cuando llegué se me apareció frente por frente. Aparqué el coche en el portal y el OVNI estaba prácticamente encima del automóvil, con una luz tenue, cerca de un descampado, antiguo almacén de maderas.

-¿Subiste a tu casa?

-Subí las escaleras corriendo, muerto de miedo y con la cara pálida, según me dijo mi padre, que se asustó al verme, creyendo que me había pasado algo. Se lo expliqué y salió conmigo a la calle en paños menores, al igual que un vecino, que también bajó con nosotros.

-¿Seguía el OVNI allí o había desaparecido?

-Estaba allí, pero mucho más alto que cuando yo lo dejé. Dio la casualidad que pasó un avión comercial, calculando, por la altura que normalmente suelen llevar éstos, que el objeto estaría a unos cuatro mil metros. Me había bajado la máquina de foto y saqué unas cuantas fotografías, que no sé si saldrán. Desde las cinco hasta las seis se quedó fijo y, a medida que fue amaneciendo, se fue elevando, siendo ya muy difícil de identificar. A la noche siguiente estuve estudiando gran parte de la madrugada y me asomaba de vez en cuando, pero no había nada.

-¿Esa luz amarilla intensa que el objeto emitía, deslumbraba al mirarla?

-Producía cierta hipnosis cuando te quedabas mirando fijamente. Verla daba una sensación placentera.

-¿No llamaste a la Policía?

-No lo pensé. Hay tantas personas, según oyes en los programas de radio y ves en televisión que ven estos objetos que creí que nos les interesaría.

-¿Creías en la existencia de los OVNIs?

-Racionalmente sabía que era factible que los hubiera, pero siempre lo veía como experiencia de otras personas.

-¿Y ahora?

-Ya veo que existen estas cosas, qué están ahí y que habrá que estudiar y analizar. Me parece absurdo que los Gobiernos lo sigan ocultando.

La zona de Tablada y el “campo de la Feria” también tiene su particular Historia, enclave mágico de esta ciudad donde no pocos sucesos se han producido y que muchos habitantes de Sevilla, en la actualidad, seguro que desconocen.

EL CARRO ENCANTADO DE LA FERIA

Las historias paranormales en torno a la Feria de Sevilla no son demasiado habituales, exceptuando el popular “fantasma de la Feria” de la calle Ignacio Sánchez-Mejías es “el Real”, pocas vivencias inexplicables más hay en la Feria.

Pero, ocasionalmente, hay algunas relacionadas con ella. Una de esas me llegó por azar gracias a un amigo que quiso hacerme partícipe de algo que ocurrió en su familia: “José Manuel, yo era pequeño pero recuerdo perfectamente todo lo que sucedió en aquellas fechas” comenzaba a relatarme. “En mi familia teníamos un carro tirado por un caballo con el que íbamos a la Feria y nos paseábamos. Era la atracción de la familia, nos encantaba. Pues bien, en torno a ese carro sucedió algo terrible... Una noche de Feria estaba junto a mis padres un amigo de la familia, Juan Ignacio, aquella tarde-noche había sido de excesos y de copas, lo normal en la Feria. Pero aquel amigo de la familia se comenzó a sentir mal, tanto que le dio un infarto en la Feria, sentado en el carro y murió allí mismo de forma instantánea. De nada sirvió lo que los médicos trataron de hacer por él. Era demasiado tarde”.

Tras aquel incidente la vida de la familia continuó: “Pero fíjate que en casa siempre hemos tenido una mujer que nos hacía las cosas y demás, y la mujer decía que tenía ciertos poderes paranormales. Lo cierto es que creíamos que era para entretenernos hasta que pasó algo: comenzó a decir que veía en el carro a un señor que todas las mañanas la saludaba”. Aquello hizo que le preguntaran por la apariencia de ese hombre e hiciera una descripción detallada del amigo fallecido y la ropa que lucía, precisamente, la noche que murió... Se aparecía, además, en el mismo lugar donde falleció.

Una anécdota extraordinaria más en torno a la Feria de Abril de Sevilla.