Hagamos un viaje en el tiempo a los años 90. Una década en la que los Spinner habrían perdido la batalla frente al Tamagotchi, tenías que rascarte la cabeza para mandar sms sin emoticonos, raro era el trabajo escolar que no se sacaba de la Enciclopedia Encarta o el día en el que las niñas imitaban en el patio del colegio a las Spice Girls, pero, sobre todo, fueron los años en los que una videoconsola, desde su lanzamiento en 1992, hacía furor: la SNES o comúnmente conocida como Super Nintendo. En una era donde las televisiones de alta definición eran inimaginables, tuvieron su apogeo los juegos a 16 bits, sobre todo si iban destinados a la consola de Nintendo. Casi cincuenta millones de unidades vendidas en todo el mundo avalan el éxito que tuvo Super Nintendo, máxime cuando por aquel entonces el principal y prácticamente único consumidor de videojuegos era el público infantil. Unos consumidores que han crecido y pueden volver a jugar a los títulos de su infancia gracias al lanzamiento de Super Nintendo Mini mientras que los más jóvenes pueden vivir la que fue una gran época en la historia de los videojuegos. Esta consola es nada más y nada menos que una réplica exacta de la Super Nintendo de los años 90 aunque con algunas diferencias. Haciendo honor a su nombre en clave ‘mini’ la consola se presenta en un formato reducido hasta el punto de que cabe en la palma de la mano. Nintendo ha aprendido de los errores cometidos con el anterior relanzamiento de una consola, como fue el caso de NES Mini en 2016, para lanzar un producto mucho más atractivo y moderno.

Por lo pronto y a diferencia de la consola anterior, Super Nintendo Mini incluye dos mandos, que son una réplica exacta de los usados en la consola original y con un cable de 1,5 metros de longitud, para jugar al mismo tiempo a los títulos destinados para dos jugadores como Street Fighter II Turbo o Super Mario Kart. La ranura para los videojuegos así como el botón para expulsarlos tienen funcionalidad decorativa ya que estos vienen instalados en la consola. Sí que cumplen su función los botones de reinicio y apagado. Los puertos de los mandos son diferentes ya que estos cuentan con otras conexiones, así que los originales de la consola no podrán usarse. Por otro lado la Super Nintendo Mini se conecta por cable HDMI al televisor, aunque también incorpora un cable USB pero no el adaptador de corriente, los adaptadores de móviles sí que son válidos como sustituto.

Funciones extra

Entre las nuevas funcionalidades que ha incluido Nintendo destaca la posibilidad de hacer un auténtico viaje en el tiempo, al menos en el juego, ya que existe la opción de rebobinar la partida cinco minutos para rejugar la partida desde el momento que se desee. Por otro lado cada juego contiene hasta cuatro puntos de guardado diferentes y, para los más puristas, se puede ver el manual de instrucciones de cada título de forma digital y en inglés.

La navegación por los menús y la selección del título que se desee jugar son muy intuitivas mientras que la visualización de cada aventura es un aspecto en el que Nintendo ha centrado esfuerzos para hacer de esta una experiencia nueva pero con tintes del pasado. SNES Mini permite disfrutar de sus juegos a una resolución de 720p con una tasa de imágenes por segundo de 60hz, la misma que en el modelo NTSC original, e incorpora tres filtros de imagen que permiten simular el aspecto de un televisor de la época hasta disfrutar de la resolución original en todo su esplendor. También se han añadido marcos opcionales como decoración de la pantalla.

Obras maestras

Al margen de diseño y funcionalidades, el aspecto que más influye a la hora de decidir si adquirir SNES Mini o no es su colección de juegos. La consola incluye 21 juegos ya instalados que no dejarán indiferente a nadie. Teniendo en cuenta que el catálogo de títulos de esta plataforma se contó por cientos, es indudable que no se ha podido cumplir con los deseos de todos los gamers. No obstante es posible encontrar con obras maestras de la época como Final Fantasy III, The Legend of Zelda: A Link to the Past, Donkey Kong Country o Super Mario World. El gran destacado es Star Fox 2, el cual nunca llegó a ver la luz hasta ahora. En definitiva, aventuras a 16 bits que harán las delicias del usuario y aseguran decenas de horas de diversión y nostalgia.