La maldición de las películas basadas en videojuegos

El estreno de la nueva película de ‘Tomb Raider’ saca a relucir los viejos temores hacia las adaptaciones de los videojuegos en la gran pantalla mostrándose en este artículo motivos por los que este género no triunfa en el cine

21 mar 2018 / 06:28 h - Actualizado: 21 mar 2018 / 06:28 h.
"Videojuegos"
  • ‘Tomb Raider’ y Alicia Vikander como Lara Croft permiten revivir en la gran pantalla el videojuego de la saga lanzado en 2013.
    ‘Tomb Raider’ y Alicia Vikander como Lara Croft permiten revivir en la gran pantalla el videojuego de la saga lanzado en 2013.
  • La adaptación cinematográfica de ‘Assassin’s Creed’ mostró un inicio diferente de la saga.
    La adaptación cinematográfica de ‘Assassin’s Creed’ mostró un inicio diferente de la saga.
  • ‘Prince of Persia’ es de las pocas películas basadas en juegos aprobadas por la crítica.
    ‘Prince of Persia’ es de las pocas películas basadas en juegos aprobadas por la crítica.
  • Seis películas protagonizadas por Milla Jovovich hicieron falta para terminar ‘Resident Evil’.
    Seis películas protagonizadas por Milla Jovovich hicieron falta para terminar ‘Resident Evil’.

Arqueología, misterios, acción y el regreso de uno de los personajes más famosos de los videojuegos a la gran pantalla. Podría parecer que la nueva película de Tomb Raider lo tiene todo para triunfar sin embargo el gran reto que tiene Lara Croft en esta ocasión no está en una tumba sino en superar la maldición que rodea al ocio interactivo cuando se adapta al formato de película.

La nueva película de Tomb Raider se basa en el videojuego con su mismo nombre que salió a la venta en 2013, un reinicio de la saga original para contar los orígenes de uno de los iconos del mundo del ocio interactivo. Alicia Vikander toma el testigo que en su día dejó Angelina Jolie para convertirse en una Lara Croft inexperta que reniega de su apellido para vivir su propia vida pero con una curiosidad y ganas de resolver misterios inconmensurables. Al igual que su homóloga digital, la protagonista viaja a la isla de Yamatai en pleno Triángulo del Dragón para investigar sobre la Reina Himiko, de quien se dice que tenía al poder de dominar la vida y la muerte a su antojo, siendo éste el último paradero de su padre desaparecido.

Teniendo en cuenta que el videojuego en el que está basado llegó a vender 11 millones de copias según informo Square Enix, la compañía encargada de su desarrollo, y es el título más vendido de la franquicia de Lara Croft cabría pensar que su adaptación cinematográfica tendría una valoración similar. Nada más lejos de la realidad.

Crítica inmisericorde

Siguiendo la estela del resto de películas basadas en videouegos, la adaptación de Tomb Raider protagonizada por Alicia Vikander está suspensa para la crítica. Simplemente hay que observar la calificación que le da Metacritic, una web que recopila todas las puntuaciones y reseñas de un producto de entretenimiento y le saca la media. El regreso de Lara Croft a la gran pantalla por su parte ha obtenido un 46/100. El dato positivo es que esta película es la que mayor nota tiene de entre las tres que componen la franquicia: protagonizadas ambas por Angelina Jolie, Lara Croft: Tomb Raider se llevó un 33/100 mientras que su secuela, Tomb Raider: La cuna de la vida, mejoró sustancialmente con un 43/100.

Los suspensos se obtienen sin importar el género al que pertenezca el videojuego original. Adaptaciones del terror como son Silent Hill y su secuela fueron destrozadas por la crítica como reflejan su 31/100 y 16/100 respectivamente. No importó que nombres como Sean Bean o Kit Harington (Jon Snow en Game of Thrones) formaran parte de su reparto. Los prácticamente diez años de videojuegos que llevaba en sus espaldas y ser una de las sagas más famosas del momento no hicieron que Assassin’s Creed tuviera mejor suerte en la gran pantalla (36/100) a pesar de contar con Michael Fassbender como protagonista y estuviera acompañado de ganadores del Óscar como Marion Cotillard o Jeremy Irons.

Conducción como Need for Speed (39/100) o acción como Hitman –dos han sido los intentos de crear una franquicia en el cine (47/100 y 28/100)– tampoco escaparon demasiado bien. Por su parte ninguna de las seis películas que componen la saga cinematográfica de Resident Evil alcanzaron el aprobado. Finalmente, si los productores se pensaban que por llevar al cine uno de los videojuegos con mayor número de jugadores de la historia como es World of Warcraft iban a obtener el mismo éxito, se equivocaron. La película que cuenta el origen de la guerra entre orcos y humanos apenas llegó a un 32/100.

Pocas son las películas que se salvan de la hoguera, aunque no quiere decir que estén en alta estima por la crítica. La adaptación de la saga de Ubisoft, Prince of Persia, con nombres reconocidos en su reparto como Jake Gyllenhaal, Gemma Arterton o el ganador del Óscar, Ben Kingsley, alcanzó solamente 50/100. Es Mortal Kombat el film que mejor sale parada con un 58/100, al contrario que su secuela, Mortal Kombat Aniquilación, considerada como una de las peores adaptaciones como refleja su 11/100. La cuestión que hay que plantearse en este punto es: ¿por qué las películas basadas en las sagas más exitosas de videojuegos y aclamadas por la comunidad gamer tienen tan poco éxito teniendo en sus filas un reparto de renombre y un presupuesto multimillonario?

Destinatario confuso

El primer gran pecado que tienen muchas de las adaptaciones de videojuegos en la gran pantalla es que se realizan con la mentalidad de la gallina de los huevos de oro. Dicho de otra forma, se piensa que como el juego tiene éxito, la película, simplemente por llevar su mismo nombre, tendrá la misma acogida. Por el camino se olvidan de un aspecto fundamental: el factor humano.

Muchas de estas películas dan la impresión de no tener un destinatario claro. No se sabe si están hechas como reclamo para el jugador y que este pueda ver una historia inédita de su saga de videojuegos favorita o para atraer a un nuevo público que no sabe nada del juego en que se basa pero se le quiere atraer para que se haga seguidor de la franquicia. Esto queda reflejado en los argumentos de las películas muchos de los cuales están destinados a ambos públicos. Eso es un problema ya que el jugador que se convierte en espectador no quiere ver la misma historia resumida de algo a lo que lleva años jugando. Mientras que el desconocedor de la saga al final se queda con la impresión de que tiene una película más del género de acción o terror. Se intenta contentar a dos públicos diferentes y al final no captan a ninguno.

Productos diferentes

Por otro lado, estas son películas basadas en sagas con muchos títulos y años a sus espaldas. Giran alrededor de una idea muy concreta a través de la cual desarrollan todo un universo: World of Warcraft son batallas de rol entre diferentes especies, Silent Hill es miedo psicológico por lo que no sirven los típicos sobresaltos y sustos del género cinematográfico de terror mientras que Assassin’s Creed es asesinos contra templarios con mucho parkour de por medio. Alterar la esencia de estas sagas hace que su destinatario original no reconozca el producto al que lleva años jugando y reniegue de él. De nada sirve la tendencia de dejar el final abierto en un intento de crear expectación hacia una secuela que en la mayoría de los casos nunca llega.

A esto hay que sumarle el factor tiempo. Hay que tener claro que es imposible llevar una historia totalmente calcada a la del videojuego por la simple razón de que el formato interactivo requiere en muchos casos de varias decenas de horas para vivir toda la trama (por no hablar de las historias secundarias). Eso es imposible en un formato que como mucho tiene una duración de tres horas. ¿Cual es la solución a este problema? O se eliminan partes de la historia original o se intenta contar la saga de cero rehaciendo la saga. Precisamente este fue el gran pecado de Assassin’s Creed, mantiene la esencia del parkour y la lucha entre templarios y asesinos pero se quiere contar la trama en la que se sustenta una saga de diez años de videojuegos con unos hechos diferentes.

Para concluir este artículo con un buen sabor de boca hacia el cine de videojuegos es necesario decir que la nueva película de Tomb Raider sí mantiene la esencia del título interactivo en el que se basa tanto en el argumento como en la protagonista, pudiendo verse a Lara Croft en Alicia Vikander. En algunos momentos se toman algunas licencias respecto al juego aunque al mismo tiempo hay mucho homenaje al jugador con escenas que éstos reconocerán de haber vivido con el mando en la mano. Sin embargo, lo mejor que puede hacer el espectador es olvidarse de las críticas e incluso de este artículo y ver la película ya que al final la opinión más importante es la que uno mismo se forma.