La Sábana Santa: respuestas a la polémica

Dos expertos italianos en medicina forense han llegado a la conclusión que al menos el 50% de las manchas de sangre de la Síndone, de la Sábana Santa, son falsas

29 jul 2018 / 13:20 h - Actualizado: 29 jul 2018 / 13:30 h.
"La aventura del misterio"
  • Imagen de la obtención de la Sábana Santa. / El Correo
    Imagen de la obtención de la Sábana Santa. / El Correo
  • Un momento de la investigación de la Sábana Santa. / El Correo
    Un momento de la investigación de la Sábana Santa. / El Correo
  • Exposición de la copia de la Síndone. / El Correo
    Exposición de la copia de la Síndone. / El Correo
  • Cabeza reflejada en la Sábana Santa. / El Correo
    Cabeza reflejada en la Sábana Santa. / El Correo

Ocasionalmente la prensa suele rescatar temas de archivo de sucesos o investigaciones que ya tienen su tiempo y que no son actuales pese a que la información lo parezca. El último caso de todo ello lo tenemos en torno a una reliquia controvertida y polémica, sobre todo entre aquellos que abogan por su autenticidad y los que opinan que es todo lo contrario. Es el misterio, en todos los sentidos, de la Sábana Santa. La Sábana Santa, a día de hoy, sigue siendo un misterio, se venera en la ciudad de Turín, al norte de Italia, y presenta la imagen frontal y dorsal de un hombre que ha sido cruelmente torturado al modo que narran los Evangelios sobre la Pasión de Jesús de Nazaret, además tiene propiedad impropias como ser un negativo fotográfico parcial entre otras.

La prueba del C14 (Carbono 14), en 1988, arrojó datos sobre las muestras tomadas que decían que se trataba de un lienzo de entre 1260 y 1390, pero hay muchas dudas sobre la correcta datación y la contaminación de los hilos tomados de ella. Mucho se habrá de investigar aún sobre el lienzo para afirmar o negar categóricamente nada y, más aún, hasta que no permitan trabajar directamente sobre la tela, todo lo demás es papel mojado o hipótesis más a favor o en contra de la misma. La noticia ha saltado a diferentes medios de comunicación nacionales e internacionales en la cual se afirma que dos expertos en medicina forense italianos, Matteo Borrini, de la Liverpool John Moores University, y Luigi Garlaschelli, del Comité para el Control de las Afirmaciones sobre las Pseudociencias (CICAP) y destacado escéptico, han llegado a la conclusión que al menos el 50% de las manchas de sangre de la Síndone, de la Sábana Santa, son falsas.

Así lo indican en un estudio que ya fue publicado en el Journal of Forensic Sciences y el diario italiano La Stampa recoge parcialmente: «Hay muchas contradicciones que indican que el Santo Sudario no es auténtico, y de que se trata de una representación artística o didáctica de la pasión de Cristo realizada hacia el siglo XIV», decían ambos expertos sobre la presunta tela que habría servido, según los creyentes, para envolver el cuerpo de Cristo.

Grave: No analizaron el tejido original

Según Borrini y Garlaschelli: «Simulamos la crucifixión con cruces de distintas formas, de diversos tipos de madera y con diferentes posiciones del cuerpo: brazos horizontales, verticales, sobre la cabeza», ambos creen que la sangre acumulada bajo la cintura no son concordantes con la posición y que la sustancia que aparece «son como creadas en forma artificial, con un dedo o un pincel» el problema de su estudio es que carece de algo vital dentro del campo científico –que resulta chocante dada su formación– y que es analizar el tejido original y analizar la sustancia que formó las manchas, algo que no hicieron y resulta grave. En contraposición a esta conclusión de los científicos italianos encontramos la opinión de Emanuela Marinelli, experta que ha dedicado cuatro décadas el estudio de la Síndone y que critica, abiertamente, el poco rigor científico de los anteriores y sus conclusiones, pues se usó anticoagulantes para las pruebas alterando el resultado o no tener en cuenta el estado de la piel tras que la persona recibiera un tormento de esas características o, nuevamente, no trabajar con el tejido original.

Desaciertos del estudio

Emanuela Marinelli decía: «Para hacer un experimento creíble desde el punto de vista científico no se puede usar sangre líquida que fluye como el agua. Este es el primer error. Después, han hecho otro procedimiento poco creíble con la herida de la muñeca en el que, obviamente no crucificaron a una persona para demostrarlo, pero para el que usaron un poco de sangre en una muñeca y presionaron encima con un trozo de madera durante diez segundos». No se puede hacer un experimento usando un modelo o maniquí, son muchas las características a tener en cuenta y la principal es la exclusividad del cuerpo: «No es una cosa seria. No es en absoluto comparable a las investigaciones científicas hechas por quienes han estudiado la Síndone de verdad. Estos dos señores, los autores de este estudio, no han visto la Síndone de cerca nunca y seguramente de lejos tampoco. Además, quienes niegan que la Síndone sea real tienden a banalizar el tema».

Debido a ello los científicos que investigan la Sábana Santa con el rigor y la metodología necesaria creen correcta una respuesta contra el cúmulo de errores de los expertos italianos. El doctor Sánchez Hermosilla, médico forense, indica al respecto: Respuesta del doctor Sánchez Hermosilla al artículo «A BPA APPROACH TO THE SHROUD OF TURIN» de Matteo Borrini, Luigi Garlaschelli. El artículo presenta numerosos errores formales y conceptuales que le alejan de la credibilidad científica.

En primer lugar, ninguno de sus autores es Médico Forense, por lo que carecen de la experiencia y conocimientos necesarios para afrontar exitosamente cualquier tipo de investigación con manchas de sangre humanas. Los «experimentos» se han realizado con un ser humano vivo, sano y sin lesiones traumáticas de ningún tipo, y con un maniquí que recuerda vagamente un torso humano. Pero no con un ser humano vivo que haya sufrido las mismas lesiones y con la misma cronología que el Hombre de la Síndone, y tampoco con un cadáver que cumpla los mismos requisitos, luego el «experimento» NO reproduce, ni siquiera aproximadamente las circunstancias en las que se produjeron las manchas de sangre.

Además, el sujeto voluntario sobre el que se realizó el «experimento», no presentaba vello cutáneo en los antebrazos, al menos eso es lo que se aprecia en las fotografías del artículo, y el Hombre de la Síndone podía tenerlo o no. No tenemos datos científicos sobre este punto. Pero de tenerlo, los tallos capilares suponen obstáculos al paso de cualquier fluido, modificando su trayectoria. Esta circunstancia no se ha tenido en cuenta. El «experimento» se ha realizado con sangre humana procedente de donante, anticoagulada y conservada en frío, y fluye por la aguja de una cánula, mientras el «voluntario» está inmóvil. Pero no con sangre viva fluyendo de una herida abierta y con latido cardíaco que la impulse, y con una persona que se mueve, se debate por una respiración estertorosa y agitada. Tal y como es previsible que ocurriese en el caso del Hombre de la Síndone.

Las cualidades físicas de la sangre anticoagulada son muy diferentes de la sangre viva sin anticoagular, sobre todo su viscosidad y tensión superficial, es decir, que su comportamiento como fluidos que son, es muy diferente en ambos casos. Por otra parte, las cualidades físicas de la sangre anticoagulada, también son muy diferentes de las de la sangre cadavérica. Que a su vez, es muy diferente de la sangre viva.

Pero es que además, la sangre del Hombre de la Síndone era patológica, estaba muy diluida como consecuencia de las hemorragias sufridas, y su ph era ácido, consecuencia de la asfixia, por lo que su comportamiento también es muy diferente del de la sangre viva y permítaseme la expresión: sana. Si esto no fuese suficiente, por la herida del costado, no sólo fluyó sangre cadavérica, sino además, coágulos de sangre postmortem, líquido pleural, líquido pericárdico, (ambos consecuencia de la flagelación), y líquido de edema pulmonar, consecuencia de la asfixia. Es improbable que todos estos fluidos saliesen mezclados de forma homogénea. Lo más probable es que lo hicieran de forma heterogénea. Nada de esto se ha reproducido en el «experimento».

El público en general, y muchos «expertos» también, cree que los cadáveres humanos NO sangran. Esto es falso. Cuando hay heridas profundas, los cadáveres presentan hemorragias postmortem, sobre todo si se movilizan, y el cuerpo del Hombre de la Síndone fue movilizado y manipulado, luego sangró abundantemente por sus heridas y orificios naturales. Y dicha sangre era sangre cadavérica, no sangre viva, ni sangre anticuagulada químicamente. El «cinturón de sangre» no se produjo al fluir la sangre entre el cadáver y el lienzo de la Síndone, sino que al colocar el cuerpo sobre la tela, éste sangró y vertió un reguero de sangre que reproduce perfectamente la trayectoria relativa entre el cadáver y el material textil que absorbió dicha sangre. Esta circunstancia tampoco ha sido tenida en cuenta.

Conclusiones

El «experimento» no reproduce ni remotamente las condiciones en las que se produjeron las manchas de sangre de la Síndone de Turín. En estas circunstancias, las conclusiones del artículo carecen totalmente de valor científico. Los autores del artículo, dada su inexperiencia y su falta de los conocimientos mínimos necesarios, han cometido graves errores en la planificación e interpretación de los resultados de su «experimento». El artículo no debería haber sido publicado en un medio científico especializado, se supone que las personas que han evaluado la idoneidad de dicho artículo SI deberían tener los conocimientos y la experiencia necesarios. En el caso que nos ocupa, o no la tienen, o la han obviado por motivos que se desconocen.

Alfonso Sánchez Hermosilla (Médico Forense, Antropólogo Forense)

La metodología científica y el rigor son tan necesarios en un tema tan sensible como este en el que, como queda de manifiesto, el estudio de los dos expertos italianos es inexacto y plagado de errores, tal vez por qué parte de una idea preconcebida allá donde la Ciencia debe estar libre de subjetividades o de Fe. Relacionado con la sangre de la Sábana Santa encontramos también otros estudios y datos que no fueron menos polémicos en día, el hecho de haber contenido el cuerpo de Jesús de Nazaret y que contenga su fluido vital es lo suficientemente sugerencia para motivar todas las controversias.

El estudio del tejido y la sangre de Carlino y Fanti

Por ello en 2017 un grupo de científico del Instituto de Materiales de Trieste y del Instituto de Cristalografía de Bari, del Centro Nacional de Investigación de Italia, indicó que el tejido de la reliquia contiene trazas de sangre humana y que estuvo en contacto con una persona que fue torturada. Se trabajó con la parte de la huella dorsal de la Sábana Santa, de la zona baja, del pie, así el jefe de la investigación, Elvio Carlino, señaló que el método empleado para el estudio hacía sido el de «microscopía electrónica en transmisión de resolución atómica y difracción de rayos X con amplia angulación». El trabajo fue publicado en la revista científica norteamericana Plos One, en el mismo se detallaba cómo en la fibra de lino «había creatinina, con unas dimensiones de entre 20 y 90 nanómetros, también había diminutas partículas de hidrato de hierro, de dimensiones de entre 2 y 6 nanómetros, típicas de la ferritina».

Otro dato es el que refleja Giulio Fanti, profesor de la Universidad de Padua, junto con los profesores Liberato De Caro y Cinzia Giannini, que explicaba como la presencia de partículas de ceratinina junto con las de hidrato de hierro son típicas de un organismo torturado con «un fuerte trauma múltiple sufrido por el cuerpo envuelto en el lino». «El estudio indica que el hombre envuelto en el sudario fue víctima de duras torturas antes de una muerte cruel».

Otras polémicas

Las polémicas no son nuevas en la Historia de la Síndone, ya en el siglo XIV, una carta al Papa procedente de Pierre D´Arcis, obispo de Troyes, hablaba de una falsificación que un artista pintó en tela siendo su autor conocido de su predecesor en el obispado; pero la Sábana Santa de Turín no es una pintura aunque son muchas las copias que hay en el mundo. En la época se realizaron una gran cantidad de ellas. Resulta extraño que si fuera una copia o falsificación, con una técnica tan revolucionaria, no se imitara ni quedaran otras muestras de la misma, en la Historia del Arte no hay una representación igual, tal vez en su exclusividad tengamos su inexplicabilidad, valga el juego de palabras. Tampoco es explicable como en el siglo XIII o XiV se logró un negativo fotográfico parcial que tenga las mismas características que la Síndone amén de los excelsos conocimientos demostrado por el artista que eran ignorados hasta siglos más tarde.

De su primera ostensión se sabe que fue en 1357 por la documentación de la época, pero en el año 944 hay referencia de ella y ostensiones, basados en los testimonios escritos del obispo de Constantinopla. Aunque la mayor arista de su autenticidad, como lienzo del siglo I d.C., contemporáneo a Jesús de Nazaret (con ello no quiero decir que perteneciera a él), es la prueba del carbono 14 realizada en 1988 que arrojó una desalentadora datación de entre el año 1260 y el 1390, si bien todo queda en jaque por errores de diferente tipo al realizarla. Argumentos a favor y en contra de un lienzo que, aunque pase el Tiempo, jamás dejará indiferente a nadie, es la Sábana Santa, la Síndone de Turín.