La versión más seria de los videojuegos

No son los juegos más demandados del sector ni cuentan con un presupuesto multimillonario para su desarrollo pero basta con que el usuario se quede pensando sobre la historia vivida, sus personajes y la temática tras jugarlos para que hayan cumplido su cometido. Los serious games son videojuegos completos diseñados con una finalidad más allá del puro entretenimiento como el aprendizaje, las simulaciones o el propósito de presentar un problema y crear conciencia. No hay que confundirlos con la gamificación, la cual utiliza elementos de los videojuegos, como rankings, niveles o avatares, en ámbitos reales alejados del ocio como la educación, el deporte o el ámbito empresarial para motivar la realización de tareas que en un principio parezcan poco atractivas. De esta forma los serious games y sus historias son una herramienta de aprendizaje perfectamente aplicables en nuestro día a día en temáticas muy variadas.

Violencia de género

¿Qué pasaría si andando por la calle encontráramos un móvil desbloqueado y tuviéramos la posibilidad de acceder a la vida su propietaria? Esto es lo que ocurre en Another Lost Phone: Laura’s Story, un juego para smartphone en el que la pantalla del móvil se convierte en la del dispositivo desconocido para mostrar todas las aplicaciones, los mensajes y las fotos. El jugador conoce detalles de la vida de Laura: con quien se relaciona, cómo es su vida profesional y sentimental y, sobre todo, los sucesos que han llevado a la pérdida de su teléfono. Todo esto para resolver una pregunta: ¿dónde está Laura?

Desde la pantalla del móvil se vive una investigación narrativa en la que para progresar hay que vincular las pistas que hay entre decenas de mensajes de texto, fechas de calendario, emails y fotos. La investigación permite al jugador rememorar la vida de Laura como si fuera propia ya que, al igual que ocurre en la vida real, el móvil actualmente es el diario digital de cada uno. Las relaciones, la búsqueda de trabajo y sus costumbres sociales pueden conocerse saltando de una aplicación a otra. De hecho llega a producirse en el usuario el miedo de hasta qué punto se deposita la vida propia en un dispositivo que, de llegar a manos desconocidas, revelará absolutamente todo sobre nosotros. Como buen serious game, Another Lost Phone: Laura’s Story tiene su enseñanza al tratar cuestiones más allá de mostrar la vida a través de la tecnología. Se abordan temas sociales como el ciberacoso, la violencia psicológica, las relaciones abusivas y el acoso sexual. ¿Por qué leer un manual sobre todos estos temas de actualidad si puedes ser espectador directo a través de un videojuego?

Supervivencia

Concretamente sobrevivir ante fenómenos naturales tipo inundaciones. Para ello existe el referente de Sai Fah: The Flood Fighter un juego cuyo desarrollo solicitó expresamente la Unesco a la desarrolladora Opendream como medio para divulgar entre la sociedad, la información necesaria para protegerse del peligro que ocasionan las inundaciones. El origen de este juego se remonta a 2011, año en el que Tailandia sufrió una serie de crecidas de agua en las que centenares de personas murieron. La labor educativa viene de la mano de Sai Fah, un niño tailandés que ve como las aguas suben y debe hacer todo lo que esté en su mano por sobrevivir. El jugador le acompaña desde que se da el aviso de inundaciones y durante la devastación natural así como en el final, donde se ven los estragos de la lluvia, a lo largo de los 22 niveles que componen el juego. Cada misión conlleva un mensaje preventivo y se aprende por ejemplo cómo hacer un muro consistente de sacos de arena que resista la crecida de las aguas, los suministros básicos de supervivencia, qué hacer en caso de que haya un saqueo en nuestro propio domicilio, la necesidad de apagar todos los aparatos eléctricos y taponar cada desagüe o cómo pedir auxilio si no hay línea telefónica. El hecho de que el juego esté en indonesio no impide avanzar y superar los desafíos propuestos Es a través de los problemas que se van presentando y su resolución la forma en la que se aprenden las técnicas de supervivencia. Un ejemplo más de que la práctica en determinados casos supera a la teoría.

Discapacidad

Todo videojuego siempre ha precisado de manos con las que agarrar el mando o dispositivo portátil y ojos para ver qué ocurre en la pantalla. Pero, ¿que ocurriría si se perdiera el sentido de la vista? A Blind Legend hace que la pantalla del dispositivo móvil se quede a oscuras, por lo que el jugador se queda ciego, y sea el sonido la única forma de poder avanzar. Tocando la pantalla, el dispositivo a modo de lazarillo indica si se va en la dirección correcta.

No se trata solamente de tomar el rol de un invidente, también hay una historia que completar. La trama es sobre el caballero medieval ciego que da vida el usuario y la búsqueda de su esposa. Una aventura en la que le acompaña su hija como guía para saber por donde moverse y no exenta de peligros y combates. Cuándo usar el escudo y la espada depende del ruido que hagan los enemigos al atacar o gritar. Podrá gustar este tipo de jugabilidad más o menos pero sin duda hace al jugador valorar un bien tan preciado como es la vista.

Inmigración

Mediáticamente el tema de la inmigración puede resumirse en la cantidad de personas que llegan a las costas europeas tras haberse jugado la vida en patera o la huida masiva de un lugar a causa de la guerra. La información sobre las razones que llevan a millones de seres humanos a dejarlo todo en busca de un futuro mejor y, sobre todo, el viaje que realizan son escasas. Ahí es donde entra la función educativa de los serious games al permitir al usuario poder meterse en la piel de esos inmigrantes para conocer su historia y el drama vivido. Por un lado está el ejemplo de Survival, desarrollado por el estudio gaditano Omnium Lab. Este es un juego lineal para entender las sensaciones que vive una persona que decide cruzar el Mediterráneo en busca de una mejor vida. Cada uno de los seis niveles que componen la historia son presentados con un texto explicando las distintas fases del viaje: captación por las mafias, cruce del Estrecho, supervivencia en las playas evitando ser localizados, entre otras situaciones. No importa que la mecánica de juego consista básicamente avanzar y saltar para esquivar enemigos, la historia y finalidad suplen todas las carencias.

Nada que ver, en cuanto a jugabilidad con Entiérrame mi amor, el cual cuenta la historia de la refugiada siria Nour y su marido Majd, cuando esta emprende un peligroso viaje hacia la seguridad en Europa. La diferencia radica en el hecho de que la forma de contar la historia y avanzar se basa en los mensajes de texto que se reciben de la protagonista y las respuestas dadas. En ningún momento se llega a controlar a personaje alguno. El jugador se convierte en el compañero de viajes de Nour a través de una aplicación de mensajería móvil, creándose la sensación de estar realmente hablando con una persona al otro lado del mundo a la que hay que ayudar a sobrevivir. El realismo va un paso más allá y se puede usar el modo tiempo real donde los mensajes se reciben cuando la protagonista tenga algo que comentar. Esto puede suceder en cualquier momento del día sin poderse prever cuando. También puede activarse un modo rápido para que la historia avance al ritmo del jugador, sin pausas. Por otro lado, gracias a la geolocalización el usuario conoce la ruta de viaje que sigue Nour. Las indicaciones que el usuario ofrece tienen su efecto en la historia pudiéndose visitar hasta 50 lugares diferentes y llevar a Nour a 19 posibles finales. Esto se debe a la infinidad de situaciones que se encuentra en su viaje cómo buscar hospedaje en una ciudad arrasada por la guerra, qué hacer si ha perdido el avión, reacciones ante un tiroteo en pleno viaje en autobús, entre otras, y de las que nos hace partícipes a través del intercambio de mensajes, emoticonos, fotos y selfis. Todo para vivir un viaje que es la historia real de millones de personas que intentan empezar una nueva vida en Europa escapando del horror.

Cáncer

¿Cómo se supera la muerte de un hijo? Las fórmulas clásicas son apoyarse en quienes nos rodean, escribir llegando incluso a publicar un libro sobre el tema o ir un paso más allá y desarrollar un videojuego. Esto hicieron Ryan y Amy Green cuando a su hijo de doce meses le diagnosticaron un cáncer en el cerebro que finalmente se lo llevó a los cuatro años. That Dragon, Cancer fue la opción que escogió este matrimonio para enfrentar el dolor. Catorce fragmentos de la corta vida de Joel donde se repasan los momentos más duros y emotivos de la experiencia e incluyendo narraciones de toda la familia Green, mensajes reales del hospital, grabaciones de audio de Joel, cartas y fotos. En definitiva, un juego, que al igual que los ejemplos anteriores, muestran de forma diferente dramas sociales en los que el ser humano va perdiendo la partida.