Los 24 ‘top’ sevillanos de la Guía Michelín

Existe vida y buenos platos fuera de las estrellas, como demuestra el gran número de restaurantes y bares registrados en la guía gastronómica más famosa

03 dic 2015 / 12:19 h - Actualizado: 02 dic 2015 / 12:02 h.
"Gastronomía"
  • Una de las tapas recomendadas por el Big Gourmand ‘El gallinero de Sandra’.
    Una de las tapas recomendadas por el Big Gourmand ‘El gallinero de Sandra’.
  • Ovejas Negras.
    Ovejas Negras.
  • Los 24 ‘top’ sevillanos de la Guía Michelín
  • Robles Placentines
    Robles Placentines
  • La casa de la viuda.
    La casa de la viuda.
  • Tribeca.
    Tribeca.

No todo lo que reluce en la Guía Michelín son estrellas. Si no, que se lo digan a los veinticuatro bares o restaurantes que aparecen este año entre las páginas más famosas de la gastronomía mundial. Aunque Abantal es el único centro de cuchillo y tenedor de la galaxia estrellada, son muchos chefs los que están recomendados como ‘establecimiento Michelin’, algo que sólo alcanzan unos pocos.

Mientras en la provincia destacan algunos como el palaciego Manolo Mayo, que alcanza el podio del Big Gourmand, esta serie está dedicada a los restaurantes ‘capitalinos’, que se concentran principalmente en el Casco Antiguo. Éstos son los que están pero no alcanzaron la estrella:

Uno de Delicias. Los de Michelín lo tienen claro y lo califican como un «negocio de aire rústico-colonial e industrial, pues presenta altísimos techos y los tubos de ventilación a la vista. Cocina tradicional-actual basada en el producto fresco». Las tapas tienen un precio medio de 3.5 €, las raciones oscilan entorno a los 10 €.

Don Juan de Alemanes. Este moderno bar de tapas, ubicado junto a la Catedral, «se presenta como un espacio ecléctico donde intentan aportar una oferta gastronómica diferente, más fresca y orientada a un público urbanita. Cocina tradicional actualizada», según la guía. Tapas a 5 € y raciones a 9 €, como media.

• Egaña Santo. Este restaurante sevillano siempre está entre los eternos aspirantes a la estrella Michelin. Con un precio medio de entre 50 y 60 €, la guía considera su cocina como «tradicional vasca sin engaños, de buen producto y experta ejecución».

Ovejas Negras. Este bar de tapas relativamente nuevo en Sevilla es uno de los destacados. Un pequeño local cuyo ambiente «desenfadado» ha llamado la atención de los inspectores gastronómicos que recomiendan «platitos» como el atún vuelta y vuelta, la mini hamburguesa o las mollejas crocantes con huevos rotos. Precio medio entre 12 y 20 euros.

Taberna del Alabardero. Establecimiento enmarcado en el apartado de restaurantes de «alto standing con encanto o carácter especial». Platos tradicionales con un precio entre 45 y 65 euros.

Oriza. Un «guiño a la cocina vasca» envuelto en una bonita sala con un «agradable» ambigú. ¿Quién no conoce este local que es la puerta de entrada a la calle San Fernando? La Michelín también se ha fijado. Comer aquí cuesta entre 45 y 70 euros.

Robles Placentines. Con una «sugerente» carta de tapas y raciones, este restaurante con apariencia de mesón está plenamente dedicado a la tauromaquial, así que no dude en probar la cola de toro. Entre los 9 y los 15 euros.

Casa La Viuda. Un clásico de la comida andaluza con un precio más que asequible: de 6 a 11 euros de media. «Su amplia carta de raciones se enriquece, diariamente, con un guiso y un arroz» comentan los inspectores. Recomiendan el bacalao.

El Burladero. Enclavado como local de «cocina moderna». De nombre taurino, su carta es una perfecta mezcla de clasicismo y modernidad. Una cita habitual para muchos sevillanos y foráneos.

Puratasca. En pleno barrio de Triana destaca este bar, el único del barrio de la guía, sirve tapas de «platos actuales y creativos», que destacan por su generosidad en cantidades. Precio medio de entre 15 y 25 euros.

Dos de Mayo. Uno de los grandes clásicos del Centro de Sevilla, en general, y de la plaza de la Gavidia, en particular. Su «historia y tradición» destaca en la clasificación. El bacalao es su «gran especialidad».

El Rinconcillo. Años y años de tradición culinaria en el bar más antiguo de Sevilla. En su planta superior dispone de comedor, en el que sus platos oscilan entre los 25 y 55 euros.

Tribeca. En plena avenida de la Buhaira, este icono de la modernidad gastronómica de la ciudad más actual. Lleva un par de años situándose en la carrera final para conseguir la ansiada estrella. Aunque todavía no lo haya logrado, la guía recomienda todos sus pescados. Precio: de 40 a 59 euros.

El Rinconcillo bar. Las tapas de este histórico bar, con su pavía y espinacas a la cabeza, también han conquistado a la Michelín. Y, además, comer es baratito: entre 7 y 12 euros.

El Gallinero de Sandra. Tiene una de las calificaciones más altas. Puede presumir de ser uno de los dos Big Gourmand que posee la capital, es decir, posee una «muy buena relación calidad precio por menos de 31 euros». Su original decoración a base de gallinas junto con una variada carta de cocina mediterránea, han conquistado a los Michelín.

Becerrita. «Carta de tapas en el gastrobar, sabrosas especialidades regionales y completa bodega». Un precio medio de entre 30 y 50 euros.

Az-Zarit. En plena plaza de San Lorenzo, este restaurante toma su nombre de un vocablo árabe que significa «jugo de aceituna» (aceite). La Michelín destaca su «sugerente servicio de tapas a la entrada y una carta bien equilibrada, entre la cocina internacional y los platos tradicionales de tintes creativos». Entre 35 y 52 euros. Es un Big Gourmand.

La Fábrica. Un restaurante de factura reciente, que destaca por su «eclecticismo» y por una escueta carta de tapas muy interesantes. De 12 a 20 euros.

Eslava. Otra apuesta conocida y tradicional de la ruta gastronómica de la ciudad. Tanto su restaurante como su bar destacan en el universo Michelín. Ésta destaca del establecimiento que es «reconocido por el público y la crítica, no en vano ha sido galardonado con varios premios en diferentes certámenes gastronómicos». El bar tiene un precio de entre 8 y 14 euros. El restaurante, algo más caro, entre 30 y 50 euros.

El Espigón. Es el palacio del buen comer marino. Destacado por sus pescados y mariscos, este restaurante es frecuentado por gente de negocios. Ocupa una casa sevillana del barrio residencial del Porvenir. Entre 40 y 69 euros.

Tradevo. A pesar de su corta trayectoria, la espera para conseguir mesa en este bar del barrio de Nervión supone un soplo de aire fresco. Su nombre nace de fusionar ‘Tradición’ y ‘Evolución’. Ya no hay más que decir. Su carta varía según temporada y mercado. Precio entre 10 y 17 euros.

Manolo Vázaquez. Situado en la Huerta de Santa Teresa, es uno de los pocos sitios reconocidos por la Guía Michelín. A pesar de su «decoración algo recargada», la guía destaca una carta «cantada» y clientela de negocios. Entre 31 y 49 euros.

El Asador de Aranda. En la avenida Luis Montoto, en una casa señorial, su especialidad es el lechazo. Precio medio de 35 a 50 euros.