Los crímenes del ‘Huerto del Francés’

Comenzaremos nuestro viaje por la crónica negra de Sevilla dando un salto en el tiempo hasta el 15 de noviembre de 1904, allí Juan Mohedano, en La Rambla (Córdoba) recibe un telegrama en el que la mujer de su primo le anuncia que éste lleva dos días desaparecido y nadie sabe dónde está...

18 may 2016 / 14:15 h - Actualizado: 18 may 2016 / 14:39 h.
"Sucesos","La aventura del misterio"
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Todas las ciudades atesoran dentro del recuerdo histórico los más horribles crímenes y asesinatos que en los márgenes de la ciudad o de la provincia han sucedido. Hechos oscuros y luctuosos que llaman la atención por su crueldad y ensañamiento. Son quizás estos sucesos olvidados, o premeditadamente olvidados, aquellos de los que ninguna ciudad se encuentra orgullosa y prefiere tapar con la loza del tiempo y del silencio.

Comenzaremos nuestro viaje por la crónica negra de Sevilla dando un salto en el tiempo hasta el 15 de noviembre de 1904, allí Juan Mohedano, en La Rambla (Córdoba) recibe un telegrama en el que la mujer de su primo le anuncia que éste lleva dos días desaparecido y nadie sabe dónde está. Alarmado por la noticia el herrero sale hacia Sevilla, Miguel se había marchado con 28.000 reales correspondientes de una venta de trigo pero nadie se atreve a denunciar la desaparición a la policía hasta que no estuvieran seguros que le podría haber sucedido algo malo. Juan Mohedano requiere los servicios de Laureano Rodríguez, ex policía y amigo. Ambos se ponen tras la pista del desaparecido y en la ‘Fonda del Betis’ descubren que la primera noche salió acompañado por un individuo de Peñaflor llamado José Muñoz Lopera, la segunda noche con alguien apellidado Borrego. Con estas primeras pesquisas ambos parte hacía Peñaflor, a unos 78 kilómetros de Sevilla, en los límites de la provincia. Allí José Muñoz Lopera le comenta que: “Efectivamente estuvimos juntos tratando de llegar a un acuerdo para la venta de una ruleta pero Miguel no estaba dispuesto a pagar demasiado”. Conociendo a Miguel Rejano desde la infancia algo no cuadraba en toda esta historia de compra-ventas y en Sevilla, de nuevo, el ex policía informa a Juan Mohedano que la segunda persona con la que Miguel salió aquella noche se trataba de José Borrego, conocido por ser un habitual “gancho” en partidas normalmente amañadas. Ambos estuvieron en el Café Novedades junto a un tercer individuo llamado Pepe Moya, alías “El Peana”, otro habitual de timbas ilegales en la capital o en la provincia, y que al parecer estaban interesados en jugar en una misteriosa partida...

Todo parecía bien armado, existía un móvil y un incauto jugador con ganas de “dinero fácil”, ganchos y expertos jugadores por otro... ¿Qué pintaba el pueblo de Peñaflor en esta historia? Allí recordaron que se encontraba José Muñoz Lopera, el primero de los “sospechosos” y nuevamente se desplazaron a la localidad sevillana. En el Café Los Ecijanos se pusieron tras la pista de unas partidas misteriosas e ilegales que se jugaban en el denominado Huerto del Francés y que era, precisamente, José Muñoz quién las organizaba. Las cosas no pintaban bien a estas alturas: partidas ilegales, un desparecido, 28.000 reales, y una versión insostenible...

Con todos los datos recabados se ponen en conocimiento de la policía y del gobernador civil, pero la Justicia es lenta y los familiares se desesperan. Laureano Rodríguez recrea lo sucedido aquella noche para un relato en el diario El Liberal de Sevilla y comienza a crearse una gran expectación en toda la provincia. El juez de Lora del Río requiere la presencia de José Muñoz y el 9 de Diciembre Juan Andrés Aldije Monmejá, alias “Francés”, hace lo propio ante el cabo de la Guardia Civil en Peñaflor, el cabo Aldaya.

Las pesquisas policiales no conducían a ningún sitio pero sucedió algo que cambiaría el devenir de esta negra historia: a Francisca Márquez se le pide un rescate por la vida del desaparecido Miguel Rejano, cincuenta duros y sería libre. Los acontecimientos se precipitan y una noche una información es filtrada a la desconsolada esposa: “deben buscar en Peñaflor, en el Huerto del Francés, allí está enterrado”.

El 14 de Diciembre se decidió rastrear concienzudamente el Huerto del Francés y tras una jornada de búsqueda agotadora, en las cercanías de unas conejeras, hallaron el cuerpo sin vida de una persona que no era el desaparecido. Alarmados siguieron cavando y comenzaron a aparecer cadáveres, los desaparecidos en jornadas anteriores: José López Almela, Benito Mariano Burgos, Enrique Fernández Cantalapiedra, Federico Llamas, Félix Bonilla y Miguel Rejano.

Se dictaron órdenes de prisión contra José Muñoz Lopera y su hermano Manuel, que resultaría inocente, también contra Juan Andrés Aldije y su hijo Victor Aldije, quién también resultaría inocente. Se encarceló a Eloisa Menéndez y ese fue el motivo para que el “Francés”, que había huido, detuviera su huida a Portugal, al saber de la inocencia de Eloisa, y entregarse a las autoridades regresando para ello a Peñaflor. Tras el interrogatorio los acusados confesaron que todo el móvil era económico. José Muñoz Lopera engañaba a los incautos jugadores bajo la promesa de ganar “dinero fácil” desplumando a un rico hacendado, en este caso Juan Andrés Aldije el “Francés”, una vez acompañaban a los jugadores al lugar de la partida y aprovechando la soledad del paraje y de la noche se les golpeaba al llegar a un determinado lugar, siempre gritaban: “Pepe, cuidado con la cañería” y al agacharse el golpe mortal caía sobre la víctima... Ahí finalizaba la partida.

El proceso judicial condeno a seis penas de muerte a ambos inculpados y un 31 de diciembre de 1906, a las siete de la mañana, José Muñoz Lopera era ajusticiado entre horribles sufrimientos en el “garrote vil”. El “Francés” tampoco tuvo demasiada suerte con su verdugo quién falló en su primer intento, el “Francés” le dijo entonces: “¿No te dije que apretaras fuerte?” Fueron sus últimas palabras, las últimas palabras del último inculpado en los crímenes del “Huerto del Francés”. Hoy día en Peñaflor aún se recuerda esta historia de dinero y asesinatos, una historia que difícilmente podrá ser olvidada.