La aventura del misterio

Lugares insólitos y curiosos de la provincia de Sevilla

Recorremos varios municipios con misterios, además de lugares de interés histórico, arqueológico o cultural de nuestro entorno

10 mar 2019 / 08:00 h - Actualizado: 10 mar 2019 / 08:00 h.
"La aventura del misterio"
  • Lugares insólitos y curiosos de la provincia de Sevilla

En este viaje tan particular que les proponemos comenzaremos a visitar nuestro pueblos y algunos de los misterios que nos pueden presentar o lugares de interés histórico, arqueológico o cultural, el primero en que nos encontramos en este “Dietario del Misterio” es la localidad de Aguadulce, a unos 99 kilómetros de la capital hispalense.


Este pueblo se remonta a la época de los Turdetanos, un pueblo íbero que habitaba en la Turdetania, región que abarcaba el valle del Guadalquivir desde el Algarve en Portugal hasta Sierra Morena, coincidiendo con los territorios de la antigua civilización de Tartesios. Aparte de su rica historia es un lugar especial para aquellos que gustan de realizar rutas Cervantinas, ya que en este mismo pueblo pernoctó Miguel de Cervantes durante un viaje de Granada a Sevilla. Un lugar lleno de recuerdos evocadores del pasado glorioso de las letras españolas.

Tras Aguadulce encontramos la lejana localidad Alanís o Alanís de la Sierra, alejado de la capital en 106 kilómetros que se adentran en plena Sierra Norte sevillana. Quizás por ese alejamiento todavía tiene un halo de misterio a historia antigua. Alanís es un pueblo de casas blancas encaladas con sabor a un pasado de gran relevancia militar ya que en este estratégico pueblo se levanta un castillo que en 1.472, el Duque de Medina Sidonia, junto al adelantado D. Pedro Enrique, conquistó al Marqués de Cádiz. De planta hexagonal, con torreón y barbacana, hoy ya desaparecida. Sus muros dejaban un único acceso al recinto por su cara norte, desde donde se avista el pueblo. Fue atacado durante la ocupación francesa por tropas napoleónicas, quienes dinamitaron uno de sus muros, el suroeste, conservándose las ruinas en la actualidad.


En este lugar, al que los musulmanes lo llamaron Al-Haniz (que significa fértil, tierra próspera), podemos dirigirnos para visitar vestigios del más remoto pasado de la historia de España, como las tumbas romanas en el “Paraje de San Antonio”. No deje de visitarlo, es uno de los enclaves más desconocidos y ocultos de nuestra geografía y cuya importancia histórica denota su mismo hallazgo.


Repasamos nuestro dietario y comprobamos como la siguiente localidad a visitar se trata de Albaida del Aljarafe, a 20 kilómetros de Sevilla. Este pueblo tuvo gran importancia en la época romana, llegándose a acuñar monedas con su nombre. Tres sitios son los indispensables de ver; La Fuente Archena, La Fuente Salobre (con restos Árabes como galerías, acequias, etc.) y la Atalaya militar Torre-Mocha o torre de Don Fadrique, infante de Castilla e hijo de Fernando III “El Santo” y de Beatriz de Suabia, hermano de Alfonso X “El Sabio”. Todo un pedazo de historia que puede ser visitado por el curioso lector con ansias de saber más.

Albaida del Aljarafe también es una localidad que destaca por su alta incidencia en avistamientos de Objetos Voladores No Identificados, los OVNIs de siempre que gustan de visitar estas localidades del Aljarafe sevillano.


Alcalá de Guadaíra fue fundada en la época de los Turdetanos, por aquí pasaron los griegos, los romanos y los árabes, hasta que en 1248, como en tantos pueblos de esta tierra, Fernando III tomó la ciudad. Viniendo de una guía misteriosa, no podía ser menos, aquí visitaremos un castillo con fantasma... Si caminamos por sus calles y conversamos con sus gentes, nos hablarán de aquellos rincones íntimos, guardados en el secreto, que esconden historias misteriosas y ocultas, nunca antes conocidas... Pero vayamos hasta El Águila del Castillo. Según cuenta su historia, su patrona la Virgen de las Águilas fue hallada en el lugar por la intermediación de esta ave rapaz, que sobrevolaba en círculos el castillo, un lugar que fue arrebatado a los musulmanes y que en aquellas fechas estaba en manos cristianas. Cuando los avezados soldados cristianos acudieron llamados por la curiosidad, a ver qué era lo que sobrevolaba aquella bella águila, descubrieron como, realmente, les estaba conduciendo al lugar donde estaba enterrada la imagen de la Virgen y así fue como de esta “devota” ave tomo el nombre de su advocación, pasando a ser conocida como Nuestra Señora del Águila.

Si visitamos el viejo castillo alcalareño, observaremos una construcción preñada por la esencia del misterio... Es la llamada Sima del Castillo. Se trata de una construcción excavada en la roca, roca del popular albero de Alcalá. Según cuentan, se trataría de un depósito de agua del castillo... pero sin embargo parece no tener fondo, parece no tener final... Puede ser el inicio de una red de túneles, que esconden los fabulosos tesoros dejados por los musulmanes tras perder la ciudad o simplemente, un pozo de abastecimiento con el que sofocar la sed ante el acoso de tropas invasoras. Sin embargo la envergadura de la construcción indica que hay algo más. Dicen que en los pasillos y por las largas galerías del castillo, se pasea el fantasma de la princesa Aíra, que ve su alma vagar eternamente sufriendo de mal de amores. También dice su leyenda, que de su nombre tomó la ciudad la segunda parte de su nombre: Guadaíra.

Pero también encontramos la esencia de la criptozoología en sus inmediaciones, los animales imposibles o los animales que han cambiado para adaptarse al entorno. En Alcalá de Guadaíra existen, en sus galerías romanas subterráneas, peces mutados en Eas. Estas galerías abastecían de agua Híspalis y a la propia ciudad alcalareña. Su paso por la vieja ciudad, eran los famosos Caños de Carmona, cuyos vestigios aún encontramos en barrios como “Los Pajaritos” o “San Benito”. En estas galerías dicen que habita un tipo de pez albino, casi ciego, adaptado al medio y al entorno que le ha tocado vivir, un medio oscuro y subterráneo. Su carne blanca y jugosa dicen haberla probado algunos lugareños, destacando la exquisitez de la misma, según los relatos dejados por Francisco García Rivero.

Se conoce como Mesa de Gandul a una elevación de 110 m. sobre el nivel del mar que domina la vega donde se asentó un poblado prehistórico formado por cabañas. Con el paso del tiempo, este lugar se convirtió en un asentamiento más evolucionado. Este interesante lugar recibe el nombre de “La Ciudad Perdida de Gandul”. Algunos lo consideran dentro o parte de la mitología, pero los descubrimientos arqueológicos en la zona del Palmar de Gandul, nos “hablan” de una antigua civilización, cuyos vestigios reposan bajo el suelo alcalareño.

Por cierto, si visita Alcalá de Guadaíra tenga cuidado con un fantasma...Se le conoce como “El fantasma que lanzaba piedras” y puede ser blanco de uno de sus duros proyectiles.


Les recomendamos ir a Almadén de la Plata, aparte de sus sabrosas carnes y embutidos, por qué en esta localidad conserva en su pedigrí una gran historia partiendo del neolítico. Para los amantes de la arqueología, pueden visitar aquí una Necrópolis de la edad del bronce llamada “La traviesa”.

A 69 kilómetros de Sevilla también destaca el observatorio de Sevilla que en la limpieza celeste de la zona tiene su ubicación oficial.

OVNIs en Aznalcóllar... Juan Rodríguez Domínguez “El Palmareña” lo tuvo más claro un 12 de septiembre de 1971. Caía la tarde. Debían de ser en torno a las 19:00 h. y Juan estaba haciendo funciones de guardián en la finca “El Lunarejo”, en un melonar, cuando de pronto se vio sobresaltado por el crepitar del aterrizaje de una gran nave en medio del paraje donde él estaba. Juan apuntó con su escopeta a aquel extraño objeto que acababa de invadir la finca y pudo observar como de él se abrieron dos portezuelas de las que comenzaron a bajar unos pequeños seres uniformados con trajes azulados muy ajustados y algo sobre su cabeza. Estaban junto al pozo artesiano que surtía a la finca y al reparar en la presencia de Juan, seis de ellos comenzaron a ir tras nuestro asustado protagonista mientras le apuntaban a la cabeza con una extraña linterna que emitía un potente haz de luz, y que a Juan Rodríguez le dejó un insoportable dolor de cabeza...


Huyó despavorido mientras aquellos seres continuaban persiguiéndole. Alcanzó el pueblo tras correr algunos kilómetros y cuando miró atrás, los seres habían desaparecido. Los copropietarios del melonar, los Chícharos, sin dudar del relato de Juan, se desplazaron armados hasta el pozo artesiano. Allí vieron el dibujo en el suelo de las mudas pisadas de un ejército de diminutos pies.


Juan Rodríguez Domínguez denunció en la mañana del 13 de septiembre ante la Guardia Civil el acontecimiento vivido la tarde anterior.


Pasamos a la “B” en este dietario de lo curioso, lo anecdótico, los histórico o lo misterioso y nos detenemos en la localidad de Badolatosa, a 130 kilómetros de Sevilla. Se cree que el nombre de Badolatosa proviene del hebreo Valá Torá, y que en el pasado constituyó un importante enclave judío ortodoxo, dependiente de la cercana judería de Lucena instalado de manera monacal junto al Río Genil, centrados en el estudio de la Ley mosaica. En Badolatosa, en la Iglesia Parroquial, del siglo XVII, se encuentra posiblemente la única copia de la Sabana Santa de la provincia de Sevilla. Se conserva en una arqueta policromada de 0,60 m de ancho y de largo. Es una tela de seda, de color carmín, que fue entregada de orden de Don Andrés de la Barrera, Oficial Mayor de la Secretaría General del Archivo de Roma, durante el pontificado del romano Clemente X, el 14 de septiembre de 1.674.


Y para los amantes de los bandoleros, les recomendamos que hagan una ruta fantástica reviviendo la vida del bandolero más importante del siglo XIX, José María “El Tempranillo”. La ruta comienza en Jauja (Córdoba) y termina en Alameda (Málaga), lugar donde falleció “El Tempranillo”. Esta ruta también tiene parada en Badolatosa desde la cual podrán incorporarse a la ruta de José María “El Tempranillo”.

Benacazón, otras de esas localidades eternas de Sevilla en cuyas inmediaciones se paró el tiempo para Miguel Fernández Carrasco...

En los anales de la ufología patria hay una serie de casos que por su trascendencia e importancia han pasado a la pequeña Historia de los OVNIs en nuestro país, precisamente sobre todo ello y con un caso ejemplarizante quería volcar mi reflexión... Pero permítannos comenzar por el principio de esta historia e invitarlos a regresar conmigo desde esta tribuna en el Tiempo al año 1976...

Sígannos y sean parte de esta apasionante historia...

Acababa de comenzar ese año, no habían transcurrido más que unos días cuando a la primera plana de muchos diarios e informativos locales, regionales y nacionales iba a llegar una noticia que conmocionaría a la opinión pública: “UN LABRADOR DE BENCAZÓN AGREDIDO POR EXTRATERRESTRES” y el diario que publicaba con toda su trascendencia dicha noticia no era un diario baladí ... ni mucho menos, nada menos que el diario ABC en su edición de Andalucía y de la firma de no menos conocido Benigno González, esto en la España de la época, de la reciente dictadura y de la del miedo social, publicado en un diario con el peso y popularidad de ABC pues era poco menos que un dogma de fe... Y sucedió una fría noche de enero del 76, un 28 de enero de 1976 para ser exactos por qué fue la noche en la que Miguel Fernández Carrasco y la localidad sevillana de Benacazón entrarían a formar parte con letras de oro en ese libro de la Historia Ufológica de España.


En la “C” de nuestro dietario nos encontramos con la hermosa localidad de Castilleja de la Cuesta, a 5 kilómetros de Sevilla. Le cabe el honor de tener en sus calles el Palacio de Hernán Cortes, en este lugar falleció el 2 de diciembre de 1547, el que fue Conquistador español del imperio azteca.

La videncia, cartomancia, y la precognición son parte de las supuestas dotes de determinadas personas para estar más cerca de otras realidades y otros conocimientos recibidos en estados variables de conciencia en los que les son revelados datos, informaciones e imágenes de utilidad personal para persona por la que se intermedia. Pero son pocos los que realizan esta labor de forma altruista manteniendo una altura ética adecuada a sus artes.


De esta forma nos encontramos ante un conocido vidente sevillano al que acudió nuestro protagonista en agosto de 1988. Juan Rodríguez era un trabajador de una conocida marca de alimentación sevillana. Tenía una hija enferma desde hace meses y había acudido a los mejores médicos y especialistas. Nadie daba con el problema de Juan y de su hija, agotado y desesperado probó suerte en el campo de los sanadores. Fueron muchos los que le engañaron y estafaron, fueron muchos los que se aprovecharon de su desesperación..., del mal que aquejaba a su hija.

Cuando casi había perdido la fe le recomendaron visitar a un vecino de la localidad sevillana de Cantillana, a unos 40 kilómetros de la capital. El sanador tras hablar con nuestro exhausto protagonista le comentó: “Beben habitualmente de algo que no sea el suministro de agua corriente, del grifo” y nuestro protagonista en esta ocasión respondió que solo su hija lo hacía “de un botijo que mantenía el agua fresca”, sobre todo del rigor del verano andaluz. El vidente le respondió: “Vacíelo y dentro hallará la causa del mal que aqueja a su hija”. Así el descorazonado padre vacío el contenido del botijo nada más llegar a su casa, dentro vio a una salamandra en descomposición... Esa era la causa de los males de su hija, tal como indicó el sanador con exactitud apabullante. Impresionado comprobó, en los días sucesivos, como su hija recobraba la salud hasta sanar convirtiéndose hoy en día en una bellísima joven. El vidente no cobró nada ni aceptó nada.


Creímos que esta historia no era más que una leyenda urbana hasta que conocimos a Juan Pérez, padre de una compañera de trabajo de José Manuel García Bautista, amante de todo lo extraño y paranormal, artista e investigador de lo insólito, quién me ratificó con exactitud lo sucedido. ¿Habilidad, suerte, casualidad, análisis de situación ante un cuadro médico, verdadera videncia o dotes sanadoras? En este caso me quedo con lo último pero esto sólo es una raya en el agua.

Historias eternas de Sevilla, historias para el eterno recuerdo...