Megalitismo y lugares de poder en Sevilla

Viajemos al corazón más ancestral y mágico de la provincia de Sevilla, aquello que tenemos al alcance, que seguramente hemos pasado junto a ello y que desconocemos la razón oculta de su ubicación

07 sep 2016 / 10:06 h - Actualizado: 07 sep 2016 / 11:13 h.
"La aventura del misterio"
  • Monumento megalítico de Stonehenge. / El Correo
    Monumento megalítico de Stonehenge. / El Correo

El reciente descubrimiento de un Stonehenge ibérico en Carmona los ha puesto de moda. Viajemos al corazón más ancestral y mágico de la provincia de Sevilla, aquello que tenemos al alcance, que seguramente hemos pasado junto a ello y que desconocemos la razón oculta de su elección al ubicarlo allí. Pero me explicaré. Sevilla en sí podría ser un lugar de poder, un lugar cuyo influjo nos embarga y nos sorprende, nos llena de vitalidad y nos dan esa fuerza para vivir allá donde el ser humano se siente flaquear. Es Sevilla una de esas “pilas” que reanima al ser humano, pero dentro de nuestra provincia y de nuestra ciudad encontramos ubicaciones específicas que no debería dejar de visitar y dejarse llevar por su mágico influjo. Quizás el lugar de poder más fuerte de la ciudad sea su Catedral, símbolo de la fe, del fervor, del saber, a la cual dedicamos la Guía Secreta de Sevilla: Esoterismo en la Catedral. Allí uno siente que puede ser llevado a los límites de su mente... Pero existen otros lugares que les queremos mostrar en este viaje que ahora vamos a comenzar.

¿Qué es un lugar de poder?

Imaginad un bosque frondoso, entre las brumas de la noche una antorcha emerge en la oscuridad, portada por un anciano druida que junto a un dolmen invoca a dioses y ancestros en un ritual tan mágico como eterno, el transcurrir de los siglos haría que en ese mismo lugar se edificara un templo a Venus por los romanos, un templo pagano por los visigodos y finalmente una lustrosa y gótica catedral por los cristianos, manteniendo como nexo de unión en el espacio y en el tiempo la inequívoca magia del lugar. Pero, ¿qué es un lugar de poder? Los encontramos diseminados por toda nuestro mundo, en él podemos encontrar fastuosos lugares donde el tiempo parece haberse detenido y las leyes del universo no tienen influencia. Lugares donde se producen todo tipo de fenómenos extraños de diferente índole pero sobre todo de lo que podríamos calificar como de alteraciones espaciotemporales, y el más importante: una acción directa y beneficiosa sobre la salud de las personas, aunque en algunos de ellos puede ser perjudicial.

¿Dónde estaban los lugares de poder?

Los lugares de poder son a menudo citados en diferentes textos desde las primeras civilizaciones, el oráculo de Delfos era uno de ellos y a él acudía el mismo Alejandro Magno para que le fuera pronosticado el futuro. Estos lugares de poder, pues, han tenido en el tiempo una función sagrada, religiosa, espiritual, y han sido centros donde rendir culto a diferentes tradiciones y credos.

El ser humano por la inercia de la propia vida, por supersticiones, por creencias ha siempre buscado algo más que una realidad tangible y palpable. Ha buscado respuestas en el más allá o ha ido más allá de las simples respuestas en una eterna paradoja. Busca respuestas en la geobiología, en las corrientes subterráneas, en las líneas energéticas, en las fuerzas telúricas, en el Feng Shui, y en muchos s casos han encontrados a todas o gran parte de ellas concentradas en esos lugares que llamamos: de poder. Nos decía un amigo: «La geobiología se dedica a estudiar la influencia de nuestra madre tierra sobre los seres vivos, al mismo tiempo, selecciona lugares concretos. Según la geobiología todo cuerpo en el planeta tierra emite vibraciones llamémoslas frecuencias o longitudes de onda». Y esas mismas vibraciones pueden tener un condicionante activo para el ser humano, sólo hay que saber utilizarlas a favor de ese mismo ser humano empeñado en desgastar al planeta Tierra.

Fueron los investigadores Simonetón y Bovis quienes dedicaron gran parte de su tiempo al estudio de las vibraciones que emanan estos lugares de poder. Crearon así el denominado biómetro de Bovis que consiste en un extraño artefacto dotado de una regla graduada con las medidas acertadas para indicarnos cuando nos encontrábamos, o hallábamos, un lugar de poder. Establecieron que al ser humano sano debía tener una medida de entre 7.000 y 8.000 Bovis. Todo lo que estuviera debajo de esa medida nos indicaba algún punto de enfermedad, a más baja medida mayor riesgo de enfermedad y muerte, por debajo de los 1.000 Bovis. Otras curiosas medidas o equivalencias fueron: cuerpo humano físico entre el 0 y 10.000 unidades Bovis. El cuerpo etéreo o cuerpo astral lo ubican entre los 11.000 y los 13.000 U. B. (Unidades Bovis) La medida entre 13.500 y 18.000 U. B., sería el equivalente al plano de la Conciencia y del Espíritu. Lo curioso de todo ello es que todo ser humano que se encuentre en un punto bajo de unidades puede compensarlo cargándose, o regenerándose, en un lugar que esté con unos valores correspondientes a una alta concentración de vibraciones, el efecto es inmediato: satisfacción, mejoría y hasta sanación.

Pudo deberse a la intuición, o atracción imperativa hacia determinados lugares, la aparición en la mente humana de la diferenciación entre lugares comunes en los que no se experimenta nada en particular y aquellos en los que se siente intermediario entre la tierra y el cielo, Lugares donde considera que está en contacto con los dioses y achaca a estos los cambios fisiológicos, psíquicos y espirituales que percibe en sí mismo.

¿Qué buscan los primitivos hombres en estos lugares de poder?

Y el hombre en esa necesidad de ganar espacio al conocimiento y a la naturaleza busca estos lugares para marcarlos y mostrarlos a otros seres humanos necesitados de esa energía vital. Desde la antigüedad los ha marcado elevando dólmenes y menhires en la noche de los tiempos. Avanzada la civilización y el conocimiento esos mismos dólmenes y menhires se convirtieron en centros de culto como lo fueron y son las pirámides o las catedrales, que se inmortalizaron e inmortalizaron a las grandes religiones enmarcadas, y enmascarados, dentro los lugares llamados sagrados.

Pero también podemos encontrar lugares de poder particulares o individuales que serían aquellos que busca un particular mediante las mismas aptitudes son encontrados en su búsqueda de trascendencia, tratando de hallar su propia divinidad, lugares que le permite alcanzar estados alterados de conciencia y plena integración en puntos geográficos Así pues esos lugares de poder individuales o particulares llevarían al buscador al conocimiento, conocimiento igualmente de que un lugar es especial lo intuye, lo vive y lo experimenta un ser humano cuando busca respuestas, cuando busca su «ser completo».

No es tan difícil, todo aquel lugar en el cuándo estamos cómodos, tranquilos, encontramos serenidad, paz espiritual, donde podemos meditar o simplemente disfrutar de la compañía o el paisaje, recrearnos en la grandeza de un momento eterno, podrías ser un lugar de poder pero no lo es, por que éste debe ser aquel que nos muestra otras realidades, que nos transporta a vivir otras realidades físicas, otras leyes.

Así pues es hora de comenzar a buscar esos lugares de poder en nuestra Sevilla eterna, en nuestra Sevilla encantada, en nuestra Sevilla secreta.