Mensaje más allá de la vida

La historia de Ignacio Sánchez, que murió a los 68 años, en su vivienda en un pueblo de Sevilla, y que años después se apareció a los nuevos moradores de la vivienda

15 sep 2016 / 15:25 h - Actualizado: 15 sep 2016 / 15:43 h.
"La aventura del misterio"
  • A veces cualquier cosa observada difusamente con un adecuado clima creado puede parecer un fantasma. / El Correo
    A veces cualquier cosa observada difusamente con un adecuado clima creado puede parecer un fantasma. / El Correo

A Ignacio Santos le gustaba estar en casa, pasear por su viejo y entrañable pueblecito sevillano y tomar el sol a los pies del Guadalquivir. Ignacio murió en extrañas circunstancias y su muerte aunque aceptada jamás fue aclarada, según muchos de sus vecinos las asistencias tardaron mucho en llegar el fatídico día que falleció. Era un 14 de agosto de 1988 y estando en caso se sintió indispuesto. Un fuerte dolor en el hombro que se extendía hacía la cavidad pulmonar. En poco minutos su situación empeoró y tras hacer una llamada advirtiendo a su hijo de su estado pasó al mundo de los muertos. Como producto de un ataque cardiaco, Ignacio Sánchez murió la los 68 años de edad en una localidad próxima a Sevilla.

Las llamadas casas encantadas reciben tan peculiar y «aterrorizante» nombre ya que, según afirman sus vecinos, en ellos suceden cosas extrañas y raras, cosas difíciles de explicar desde un punto de vista científico o puramente crítico. Estos fenómenos se pueden explicar de muchas y diferentes formas una vez estudiados. Las personas, nuevas moradoras, de las viviendas, creen oír en la soledad y silencio de la noche extraños ruidos, observar luces extrañas o, en casos extremos, apariciones fantasmales. Es el sufrido investigador de estos fenómenos paranormales el que debe de certificar la veracidad o falsedad de tales acontecimientos. Suya será la responsabilidad de recoger todas las piezas de estos extraños rompecabezas que a veces son las denominadas casas encantadas. A veces son sensaciones de frío, olores o simplemente impresiones, luces que se encienden y se apagan u objetos que se desplazan sin motivo aparente. Todo acaba cuando el morador abandona la casa y lo puebla otro con menos sentido del temor o menos sugestionable por comentarios vecinales, a veces muy culpables de todo lo que sucede en torno a una de estas casas supuestamente encantadas. Lo menos habitual en el investigador psíquico es encontrar un determinado lugar donde han sucedido acontecimientos violentos, trágicos o criminales, razón que se podría relacionar con el espíritu conectado al lugar del difunto morador. Pero, aviso, en la mayoría de los casos no dejan de ser investigaciones sobre acontecimientos falsos, sobredimensionados, con exceso de pánico o con una explicación puramente normal. A nuestra cabeza llegan los recuerdos gratos de nuestra investigaciones sobre los fantasmas del Cine Fantasio en Sevilla.

No fue muy difícil dar con la historia de Ignacio. Realmente y a la luz del informe médico poco se podría haber hecho. El ataque cardiaco fue mortal y casi inmediato, poco había que hacer por el fallecido. Pero desde entonces en la casa del protagonista de este relato se han sucedido una serie de acontecimientos que no dejan de llamar la atención del investigador paranormal. Luces que se encienden y se apagan sin responder a un razonamiento normal, objetos que desaparecen de un sitio y aparecen colocados en otro, fuertes olores a plantas aromáticas –Ignacio era muy aficionado a ellas- , olas de frío en la casa y extraños sonidos de lamentos y quejidos. Todo ello hizo un todo que etiquetaron a su morada de “encantada”. Los hechos culminaron cuando sin saber ni cómo ni porque, en un banco del jardín interior de su casa –hasta para esto era peculiar el protagonista- se apareció la silueta de esta señor a los ojos de los nuevos habitantes que se encontraban en el tendedero ubicado en dicho patio. La impresión fue total y la unanimidad del relato absoluta. Allí estaba una extraña forma humana traslúcida. La espectral aparición tardó poco en su manifestación, no más de dos minutos para desvanecerse rápidamente. ¿Qué era aquello? ¿Sugestión colectiva? ¿Miedo? ¿Una aparición real? ¿Qué era aquello? Desde esta aparición, momento culminante de la vida paranormal de esta familia los fenómenos han cesado pero el recuerdo siempre estará vivo y presente en su pensamientos y el miedo vive dentro.

Los investigadores de los fenómenos paranormales encuentran difícil probar la existencia de fantasmas. Si bien es cierto que muchos fenómenos por nosotros estudiados no tienen explicación coherente, normal o científica. A veces se atribuye a ilusiones, sugestión colectiva o cualquier otro efecto del intrincado mental de la raza humana. A veces cualquier cosa observada difusamente con un adecuado clima creado puede parecer un fantasma. Todo es posible para personas sin conocimientos científicos que desconocen la acción y lo que la naturaleza puede provocar, si bien es cierto que la formación ante nuestros ojos de una figura humana no deja de ser un hecho difícil de explicar y quizás solamente explicable desde el ámbito paranormal.