El 1 de noviembre de 2005, Ricardo Oliveira disputó su último partido como jugador del Betis. Fue la histórica noche en que los verdiblancos ganaron al Chelsea en la Liga de Campeones. Cuando Dani marcó el gol del triunfo, el brasileño ya tenía la rodilla rota. El delantero se fue luego a su país para curarse allí, jugó cedido en el Sao Paulo y por fin se marchó traspasado al Milan.
Han pasado más de tres años desde aquella noche de Champions y hoy, 1.202 días después, Oliveira vuelve a Heliópolis. En realidad ya lo hizo en septiembre de 2007, pero entonces era del Zaragoza y no jugó ningún minuto. Por cierto, Paco Chaparro habló ayer de su atacante: "El que se fue no tiene nada que ver con el que ha venido. Está comprometido, hace equipo y mejora todo lo que tiene alrededor", dijo.
