El periodista Raimundo de Hita / José Luis Montero.
Ser de un club de fútbol es una de las cosas más integras para un aficionado. Es tal la pasión por devoción por unos colores y un escuado que no se conoce a nadie puede alguno haya que haya decidido cambiar de equipo por alguna razón. Todos los intentos de proselitismo futbolístico son esfuerzos baldíos y por mucho que a uno le digan, seguirá fiel a los colores que le inculcaron desde niño.
A pesar de ellos, el periodista sevillano Raimundo de Hita ha publicado recientemente el libro 100 motivos para ser del Sevilla Fútbol Club (Ediciones Lectio), con el que pretende exponer de forma precisa y detalladas cuáles han sido sus vivencias personales como seguidor activao del club de Nervión al tiempo que hace un extenso repaso de la historia del club que le contaron y vivieron sus mayores. A lo largo de los diferentes capítulos, De Hita va repasando los grandes hitos de la historia del Sevilla que deberían ser de obligada lectura para todo aquel que se precie de ser sevillista y no conozca a fondo la historia del club. Así, repasa quiénes fueron El Gordo Campanal y su sobrino Campanal II; precisa cómo la pareja Ruiz Sosa y Achúcarro ponía de pie las gradas del estadio cuando les daba por abanderar la casta y coraje que canta el himno o cómo y por qué se convirtieron en mitos del sevillismo Scotta y Bertoni. Como leen, la historia del equipo está casi siempre ligadas a parejas de buenos futbolistas. También tiene su correspondiente hueco Ramón y Polster, Luis Fabiano y Kanouté y Javi Navarro o Pablo Alfaro, dos centrales que para el autor «rompieron el molde» y tardarán años en encontrar dos jugadores de su nivel y entrega que sufrieon una «cacería absurda, injusta y sobredimensionada». También hay un espacio para el capítulo «que nunca debió escribirse», el dedicado a los recordados y admirados Pedro Berruezo y Antonio Puerta. También faltan las pçáginas para jugadores de gran talla que, a juicio del autor, merecen un capítulo exclusivamente para ellos. Juan Arza, Jesús Navas, Biri-Biri, Suker o Enrique Montero, al que define sin duda alguna como «la clase en el fútbol», sin más. De forma más subjetiva pero no por ello menos interesante, y desde su particular prisma de sevillista de los que nunca fallan, desglosa decenas de más motivos aunque precisa que «no tienen que ser necesariamente válidos» para el resto de la afición. «Son las mías, seguro que cada sevillista tiene otras muchas. Eso es fruto de la riqueza y grandeza de este club». Las razones de Raimundo de Hita para ser del Sevilla se forjaron desde que era niño y entró al estadio por vez primera de la mano de su padre. A él le dedica el libro, «el capítulo más importante», ya que siente que le acompaña desde el tercer anillo cada vez que entra en el santuario sevillista. Sus razones también se fueron acrecentando cuando a los doce años tuvieron que irse a Badajoz y ya no podía ir al estadio. Fue «una condena» que cuando terminó seis años después le hizo prometerse que siempre que pudiera intentaría estar donde jugara su club. Son sus razones como sevillista. Seguro que usted también tiene las suyas.
