Mañana se conocerá la identidad del sexto presidente seglar que regirá los destinos del Consejo de Cofradías durante, al menos, el próximo cuatrienio. Se busca sucesor a la figura de Manuel Román y, por vez primera en la historia de esta institución, tres candidatos concurren a las urnas.
El actual secretario del Consejo, Joaquín de la Peña, el todavía hermano mayor de La Hiniesta, Adolfo Arenas, y el delegado del Viernes Santo, Juan Carlos Heras, componen la terna de aspirantes. Tres nombres dispuestos a ocupar un sillón presidencial cuya notoriedad social en Sevilla es parangonable a la de un rector de universidad, la de un presidente de fútbol o la de un mandatario de una entidad financiera.
Aunque todas ellas legítimas, el orbe cofradiero, por lo general, coincide en que tres candidaturas al Consejo son demasiadas para una masa electoral que apenas roza las 120 hermandades. El primero en presentar sus credenciales, en julio de 2007, fue el abogado Adolfo Arenas, un aspirante externo al Consejo que salió a escena prometiendo aportar aires nuevos a la sede gregoriana.
El hiniestino iniciaba de ese modo una larga y apasionante carrera electoral en la que algún caballo con opciones -el ex hermano mayor de la Estrella, Rafael Medina- desistió finalmente en lo que él mismo calificó como un ejercicio de "responsabilidad" ante el colpaso de aspirantes en los cajones de salida.
Después de demorar varios meses el anuncio, el segundo candidato en deshojar la margarita y dar el paso adelante, en noviembre pasado, fue Joaquín de la Peña. El actual secretario del Consejo, perfecto conocedor del funcionamiento de la institución, cuenta con el apoyo oficialista de Manuel Román, si bien éste ha mantenido en todo momento una exquisita neutralidad.
En enero pasado, a sólo un semestre de las elecciones, saltaba a la palestra el último candidato, el delegado del Viernes Santo, Juan Carlos Heras, a quien durante mucho tiempo se le colgó el cartel de delfín del presidente. Es el que menos tiempo ha tenido para armar su equipo y amarrar apoyos, debiendo superar además el mazazo moral de la muerte repentina de quien estaba llamado a ser la mano derecha de su candidatura, Engelberto Salazar.
A diferencia de anteriores procesos electorales, en éste se ha impuesto la práctica de que los hermanos mayores de cada jornada penitencial sean los que escojan por libre a su delegado en el Consejo, por lo que el futuro presidente podría verse rodeado de un equipo ajeno a su ideario. Por vez primera también en la historia de esta institución, dos de los tres candidatos -De la Peña y Arenas- incorporan mujeres en su organigrama de la junta superior.
Juan Carlos Heras ha anunciado públicamente el compromiso de retirar a su equipo de consejeros si no sale elegido presidente en la votación de mañana. Dos días después, el miércoles, se celebrarán los plenos de las distintas secciones para elegir a sus representantes, ocho en el caso de penitencia, y cuatro, respectivamente, en gloria y hermandades sacramentales.
