El juzgado de lo Penal 13 decidirá en octubre si condena a 14 meses de cárcel, como pide la acusación particular, a seis responsables de una obra en la que un pintor falleció al caer de un cuarto piso, cerca de La Palmera. Los trabajos carecían de plan de seguridad y ni siquiera se había instalado una línea de vida a la que engancharse.
La acusación particular ha pedido 14 meses de cárcel y el pago de una indemnización de 240.404 euros a seis personas por la muerte de un pintor que cayó al vacío en una obra que carecía de las necesarias medidas de seguridad y había sido objeto de dos subcontratas.
En el juicio que celebrará el juzgado Penal 13 de Sevilla el próximo octubre, la acusación particular que ejercen la compañera y tres hijos del fallecido imputa un delito contra los derechos de los trabajadores al dueño y encargado de la empresa subcontratista, a dos administradores de la compañía contratista, al arquitecto y a la aparejadora.
El accidente ocurrió a las 14.00 horas del 27 de enero del año 2005 en la calle Sor Gregoria de Santa Teresa de Sevilla, cuando el obrero, que responde a las iniciales M.M.V., preparaba la máquina elevadora para poder pintar la fachada y cayó desde la azotea de la casa, situada en un cuarto piso, a unos 14 metros de altura aproximadamente.
Los trabajos, encargados por la comunidad de propietarios del inmueble en cuestión, "incumplían las normas relativas a prevención de riesgos laborales", pues carecían del Plan de Seguridad y Salud al que estaban legalmente obligados, según el escrito de acusación, al que ha tenido acceso la agencia Efe.
Además, añade el texto, los imputados "no habían adoptado las medidas adecuadas ni necesarias para evitar que situaciones como la que se produjo hubieran acaecido" en lo que se refiere a "la estructura del andamio colocado, la seguridad del mismo y la forma de ubicación".
Los contratistas y subcontratistas -posigue la acusación- obviaron "la colocación y supervisión de la línea de vida, esencial para evitar este tipo de accidentes". De esta forma, el trabajador no tenía con qué atarse a la pared, lo que habría evitado su caída y, por tanto, su muerte.
La acusación también considera que hay que revisar la actuación tanto del arquitecto como de la aparejadora de los trabajos, que fueron responsables del accidente, entienden, por "su permisividad en el inicio de las obras sin la elaboración de los planes de seguridad y salud".
Según el abogado de la familia del fallecido, los propios técnicos imputados han reconocido que no habían llevado a cabo una inspección del andamio antes de su colocación, por lo que desconocían sus "cualidades e idoneidad para su uso".
El obrero falleció de forma inmediata por traumatismo craneoencefálico y su familia reclama una indemnización de 240.404 euros.
