Más de 1.000 kilos de pescado, fruta y vegetales y casi 3.000 piezas de animales se quedan en el camino al mercado: son retirados por los servicios municipales tras detectarse una irregularidad. Miles de estos kilos son destruidos. El resto, entregado al Banco de Alimentos.
Desde hace dos años, la Delegación de Salud y Consumo tiene entre sus objetivos el control de los productos pesqueros que entran en los mercados de la ciudad gracias a dos acuerdos con el Seprona y con la Consejería de Agricultura y Pesca. Cada dos meses se revisan los productos, los tamaños, su estado, los niveles de congelación... El resultado son miles de kilos que no pueden llegar a los consumidores.
Sólo en los seis primeros meses de 2009 se decomisaron más de 27.000 kilos de pescado tras detectar algún tipo de irregularidad. De éstos, unos 2.000 fueron declarados no aptos para el consumo humano debido a su nivel de descomposición. El resto fueron donados al Banco de Alimentos, para que fueran reutilizados. A estas cifras hay que añadir los 137.500 kilos de fruta que son apartados del mercado, o las más de 30.000 piezas de carne vetadas para su consumo.
Éste es parte del balance elaborado por los servicios de la Delegación de Salud y Consumo del Ayuntamiento, que han iniciado un detallado estudio de los resultados del servicio de la inspección veterinaria en los últimos años.
El Ayuntamiento ha introducido de hecho nuevas prestaciones y ha reforzado los controles de instalaciones como los centros educativos. Desde 2008, Salud inspecciona todos los comedores escolares, incluidos los de los centros privados y concertados que lo soliciten. En el último semestre han sido inspeccionados casi 300. En este año no se ha detectado ninguna toxiinfección alimentaria, situación que sí ocurrió hasta en cuatro ocasiones durante el pasado ejercicio.
Durante el año pasado esta línea de trabajo se completó con la iniciativa de revisar los menús de los más pequeños, con iniciativas como que los inspectores compartan mesa con los niños y comprueben su alimentación. "Todos estos estudios han demostrado un buen nivel en la alimentación escolar", subraya la delegada de Salud y Consumo, Teresa Florido, quien destaca que sólo se están quedando fuera de estos estudios una serie de colegios concertados y privados por voluntad propia.
En el caso de bares y restaurantes sí se han producido este año problemas con infecciones alimentarias. Ha ocurrido en una decena de ocasiones, mientras que en un centenar de casos los inspectores han intervenido y han abierto expedientes a los establecimientos tras detectar algún tipo de irregularidad.
Durante el año pasado la cifra llegó a la veintena de establecimientos que habían provocado algún tipo de intoxicación y se iniciaron más de 300 expedientes después de realizar inspecciones rutinarias o tras denuncias en medio millar de establecimientos.
