Alrededor de 530 mujeres están en riesgo extremo de convertirse en víctimas de la violencia de género en España y, de éstas, sólo 369 tienen activado los dispositivos GPS para localizar a sus agresores. Esto deja a 161 mujeres en peligro, al no poseer esta medida de seguridad, a pesar de que los jueces tienen a su disposición 3.000 pulseras para repartir.
Estos datos fueron revelados ayer por el delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, durante la presentación del balance de la evolución de la violencia machista en el primer semestre del año.
Lorente reconoció que este es un año "especialmente complicado" debido al aumento de asesinatos. De hecho, a día de hoy, han fallecido 42 mujeres, un 26% superior a años anteriores. Asimismo, el balance de este primer semestre aportó cambios en el perfil de los casos de violencia de género respecto a 2009.
Por un lado, ha aumentado la edad de víctimas y agresores. Todos se sitúan por encima de los 30 años. Pero, además, ha aumentado la media de edad de las asesinadas que era en 2009 de 41, y ahora de 42 años y la de los agresores, que han pasado de 46 a 48 años en 2010. El aumento de la edad de las fallecidas se debe, según explicó Lorente, a que son mujeres que han sido maltratadas por su pareja durante un periodo prolongado de tiempo. Lorente aclaró que esto hace que las víctimas minimicen el riesgo real al que están sometidas y no denuncien. Y si lo hacen, en muchos casos se arrepienten y no solicitan medidas de protección.
un dato relevante. Casi el 70% de las víctimas convivía con el agresor, mientras que en 2009 el porcentaje era bastante menor -46%-. También ha aumentado el número de víctimas extranjeras, que ya suman un 37% del total de mujeres asesinadas.
Las denuncias contabilizadas por el Consejo General del Poder Judicial ascienden a 32.492, un número muy similar al del año pasado. La mayoría de estas denuncias las llevaron a cabo las propias víctimas. Asimismo, los datos descartan que la violencia de género se produzca cuando el agresor o la víctima están desempleados, ya que cerca del 52% de los asesinos trabajaba a tiempo completo. En cuanto a las víctimas, el 65% tenía un empleo, a tiempo completo o parcial.
Lorente también se pronunció sobre uno de los aspectos más polémicos en los últimos meses: el efecto imitación. Según el delegado para la Violencia de Género, aunque sin ser determinante, influye a la hora de que el asesinato machista se precipite. Lo demuestran los datos que reflejan que el 27% de los homicidios ocurrieron en los tres días siguientes a otro previo y el 11% tuvo lugar en periodos de cuatro o más días después.
alerta veraniega. Igualmente, Lorente recordó que julio ha sido el mes más trágico desde 2003, con nueve asesinatos. En este sentido, el Ministerio de Igualdad alertó ayer a las víctimas de violencia de género del incremento de asesinatos machistas en los meses de verano, especialmente en agosto. Lorente aseguró que este aumento se debe a que hay más tiempo de convivencia en la pareja. En este sentido, los datos muestran que el 68% de los homicidios cometidos en agosto, desde 2003, se llevaron a cabo en la segunda quincena del mes. Lorente pidió a las víctimas que no minimicen el riesgo y salgan de la espiral del maltrato.
