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18.000 viajeros afectados al salir un único vuelo de San Pablo

Los agentes turísticos temen que las pérdidas económicas puedan ser millonarias y las administraciones se muestran indignadas.

el 04 dic 2010 / 21:50 h.

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La práctica totalidad de los más de 18.000 viajeros que ayer deberían haber salido o llegado al aeropuerto de Sevilla fueron víctimas del caos provocado por las bajas masivas de controladores aéreos, incluso horas después de que éstos se reincorporasen, una cifra que se suma a los 5.000 afectados por los 22 trayectos anulados el viernes. Del aeropuerto de San Pablo salió en todo el día un único vuelo de los 113 programados: un avión hacia Palma de Mallorca que despegó a las 16:41 horas y que fue el primero en Andalucía desde que a las 15.30 horas se reabrió el espacio aéreo. Fuentes de Aena explicaban anoche que, aunque las aerolíneas no habían informado oficialmente de todas las cancelaciones, no se esperaba ningún otro vuelo con pasajeros.

Sí llegaron o salieron por la tarde aviones vacíos, con los que las compañías aéreas trataban de ajustar sus flotas con vistas a que hoy los aeropuertos recuperen la normalidad. En Sevilla, "siempre que los controladores acudieran a sus puestos de trabajo con normalidad", sería posible que la jornada se desarrollara sin grandes problemas, apenas algunos ajustes, según la estimación de Aena. La previsión es que así sea, porque ayer se habían incorporado 30 de los 31 controladores que tenían turno en el Centro de Control Sur.

El rastro que dejará esta huelga salvaje tardará en cuantificarse. El presidente de la patronal de agencias de viajes sevillana, Antonio Távora, aventuraba que las pérdidas serán millonarias y no ahorraba críticas a los controladores, que "van a reventar el país, con la que está cayendo". "Tenemos reservas de hotel pagadas para grupos que no van a llegar porque hay gente tirada en Londres, París, en todos sitios; hay guías esperando para hacer rutas, autobuses contratados para visitas... ¿eso quién lo paga? No sé si lo cubre el seguro", se quejaba Távora, que confirmaba que además de ser tradicionalmente bueno para el turismo, este puente de la Inmaculada "se había vendido muy bien", por lo que se esperaban beneficios que se verán frustrados.

Los hoteleros tampoco están contentos: a mediodía se habían cancelado un 10% de las reservas sobre una ocupación que había alcanzado un 74% de media en el puente, que el fin de semana se elevaba hasta el 94%. Más allá del daño económico, "que será importante porque es uno de los mejores puentes del año", la patronal lamentaba "el daño de imagen que se está haciendo al país, porque hay destinos que están deseando comernos terreno y van a aprovechar para decir a los turistas que no vengan a España, porque aquí cada vez que hay una fecha señalada los controladores ponen los aeropuertos boca abajo", se lamentaba Santiago Padilla, gerente de los hoteleros. Hasta los taxis habían calculado pérdidas: unos 40.000 euros. Renfe, en cambio, reforzó en 1.290 plazas el trayecto Madrid-Sevilla.

Indignada estaba también la concejal de Turismo, Rosamar Prieto-Castro, que consideró "lamentable" la situación. "Es una pena para mucha gente, y para los intereses económicos de muchos profesionales que han preparado con esfuerzo este puente". La concejal señaló que "evidentemente nos va a afectar, ya se verá cuánto", y tendió la mano al sector para buscar soluciones.

El consejero de Turismo, Luciano Alonso, se quejó por la actitud de "un grupo de personas minoritarias y privilegiadas que, por defender unos derechos absolutamente inaceptables, perjudican a la mayoría", y recordó que su consejería había hecho importantes esfuerzos de promoción para estas fechas en el resto de España y en países del entorno.

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