Hasta 197.477 personas fueron evacuadas de las cercanías del Tangjiashan, uno de los 35 lagos formado por el seísmo que el pasado 12 de mayo alcanzó el grado ocho en la escala Ritcher, ante el temor de un desbordamiento próximo.
Según informó la agencia oficial Xinhua, el desplazamiento de la población forma parte del plan de contingencia desplegado por el incremento del nivel de las aguas. De modo que tal cantidad de evacuados se corresponde a que las autoridades prevén que se escape un tercio del volumen de agua. Para desastres mayores, se contempla la posibilidad de trasladar a 1,2 millones de personas si se desborda la mitad del lago, y 1,3 millones si finalmente se rompe el dique de contención.
Según los últimos datos oficiales, 68.977 personas han muerto a consecuencia del terremoto, mientras que otras 17.974 permanecen todavía desaparecidas.
Pero ahora, la mayor preocupación para las autoridades chinas son las lluvias que caen desde hace días en la zona así como las réplicas del terremoto que se están sucediendo y aumentando los riesgos.
Al respecto, la Administración Meteorológica de China anunció que en los próximos diez días las precipitaciones continuarán pero no serán intensas en las zonas más afectadas por el temblor.
La buena noticia es que Yue Xi, subdirector del departamento de Agua y Electricidad del Ejército Popular de Liberación de China, explicó que ya se ha completado la compuerta y la esclusa útil para descargar el agua acumulada entre hoy y el 3 de junio. Asimismo, también ha empezado la evacuación de los equipos militares que trabajan en la zona.
A esto se suma el que cinco delegados de Cruz Roja española viajaran ayer a China para poner en marcha las cinco plantas potabilizadoras que la organización va a enviar a la zona afectada. Con ella, se asistirá a 15.000 familias.
