El Gobierno japonés ha blindado la provincia de Hokkaido, en el norte del país, donde hoy da comienzo la cumbre de líderes del G8. Las fuertes medidas de seguridad desplegadas en todo Japón pronostican que la próxima semana será tensa tanto en las calles como en los despachos.
El sábado ya hubo una manifestación pacífica de varios miles de personas en la capital de la provincia, Sapporo. El despliegue de 20.000 oficiales de policía en Hokkaido no logró mermar el ánimo de los alrededor de 5.000 manifestantes que recorrieron el sábado las calles de Sapporo, capital de esa provincia nipona, según estimaciones de la agencia Kyodo. Los manifestantes mandaron mensajes y reclamaciones a los dirigentes de las ocho máximas potencias mundiales.
La cumbre, que reunirá a los líderes de EEUU, Canadá, el Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Japón y Rusia, junto con representantes de la UE y de 14 países invitados, tendrá lugar entre mañana y el miércoles. El presidente de EEUU, George Bush, que salió el sábado para Japón, pretende aprovechar la reunión para abordar el programa nuclear norcoreano.
Japón, como EEUU, las dos Coreas, Rusia y China participa en las conversaciones a seis bandas para persuadir a Pyongyang de que renuncie a su programa de armamento atómico a cambio de incentivos económicos y diplomáticos.
Bush mira a Corea desde el G8 . Por su parte, el presidente de EEUU, George W. Bush, dijo el domingo, en la previa de la reunión del G8 en Japón, que la reciente declaración nuclear de Corea del Norte es "un paso positivo" pero no suficiente, ya que son necesarias aún más medidas.
Bush y el primer ministro japonés, Yasuo Fukuda, se reunieron el domingo en el lujoso hotel Windsor, sobre el lago Toya, en vísperas de la cumbre anual del Grupo de los Ocho (G8) que se inaugura aquí hoy lunes. Durante su conversación, analizaron en detalle los próximos pasos a dar en las negociaciones para persuadir a Corea del Norte de que abandone su programa nuclear a cambio de incentivos económicos y diplomáticos, una vez que Pyongyang ha presentado su esperada declaración.
En su rueda de prensa, el presidente de EEUU recordó que Pyongyang "ha entregado su declaración, ha hecho volar la torre de refrigeración de su reactor nuclear en Yongbyon". "Todo ello son pasos positivos, pero son necesarios aún más pasos", reclamó Bush, que aseguró que en este proceso cada paso que se dé, en un sentido u otro, se verá correspondido.
En respuesta a la declaración nuclear norcoreana, EEUU ha anunciado el levantamiento de sanciones comerciales y la retirada de Pyongyang de la lista de países patrocinadores del terrorismo. Eso ha generado temores en Japón de que se vaya a conceder demasiado a Corea del Norte a cambio de demasiado poco. Tokio está preocupada también porque se vaya a dejar de presionar a Pyongyang sobre los japoneses secuestrados en los años setenta por ese régimen y cuyo paradero se desconoce.
Bush trató de calmar los temores japoneses y aseguró que, si Corea del Norte no sigue "moviendo fichas", ese país continuará como uno de los más sancionados del mundo.