Cultura

20 años sin el pintor de la Giralda

La Fundación Amalio, en la plaza de Doña Elvira, acoge esta tarde un acto musical y poético de homenaje al artista sevillano cuya casa museo se asienta en Santa Cruz.

el 11 feb 2015 / 13:36 h.

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Amalio García del Moral siempre soñó que su casa en la plaza de Doña Elvira iba a ser, con el tiempo, el museo que aglutinara toda su obra. Con no pocas dificultades, la Fundación Amalio es hoy uno de los museos más singulares de Sevilla, dedicado a la creación de un único artista. Del pintor de la Giralda, como le gustó ser conocido, se celebra hoy el 20 aniversario de su muerte. Por eso su casa museo acogerá a las 20.30 horas un acto de recuerdo de entrada libre;un recital de poemas del propio pintor con música del guitarrista Felipe Chaparro y el pianista Juan Jesús Flores. Autorretrato del pintor Amalio García del Moral. / El Correo Autorretrato del pintor Amalio García del Moral. / El Correo Además, hasta el 11 de marzo (en horario de lunes a domingo de 11 a 14 horas, por la tarde, entre semana, de 18 a 21 horas) el centro expone una muestra en la que se han reorganizado los fondos pictóricos de una forma especialmente didáctica para conocer el quehacer de este singular creador. «Para que mi obra perdure y no se disperse», con esa intención, según sus palabras, se erigió la Fundación. Y en ese empeño está todavía hoy su hija, la también pintora y profesora de la Hispalense María José García del Moral, quien lleva adelante la encomienda de su padre sin ninguna ayuda pública. «Amalio es patrimonio del pueblo andaluz, al que amó no sólo por sus orígenes, sino por su universalidad. Ese sentimiento le llevó a poner en un azulejo en la fachada de su estudio, en los idiomas castellano, árabe y hebreo, la dedicatoria a uno de sus símbolos más queridos: ‘Amalio le ha puesto esta casa a la Giralda para hacerla suya’», cuenta García del Moral. Definido por el escritor sevillano José María Requena como un «andaluz total», la obra de Amalio está «llena de símbolos, de historia, de realidad y sobre todo de sensaciones y sentimientos», afirma su hija. Los mismos que despierta la contemplación de obras como Cuajos del alma y El pan encadenado, además de las extensas visiones de la Giralda, desde las más realistas a la abstracción completa. En el año 1973 el artista compró la casa de Doña Elvira con la ilusión puesta en que, algún día, ese hogar fuera «un punto de encuentro creativo». Pero no fue hasta 2013 cuando la Fundación comenzó a despegar gracias al esfuerzo privado. Y lo hizo basándose en el empeño propio de su heredera y del marido de esta, Manuel Caballero. «Con nuestros ahorros hemos restaurado por completo la casa y la hemos reestructurado, también le hemos dado un claro carácter museístico que antes no tenía, con una amplia sala en la planta baja que podrá acoger exposiciones temporales», cuentan los responsables de un espacio que todavía hoy continúa pasando de puntillas, desapercibido para la mayoría de los turistas y, más gravemente, para un gran número de sevillanos. A pesar de todo, iniciativas como la de la pasada Noche en Blanco, en la que la Fundación Amalio adquirió un gran protagonismo, ayudan «poco a poco» a divulgar la obra del pintor. Este espacio con múltiples proyectos de futuro no aspira a ser únicamente el fosilizado contenedor artístico del célebre pintor Amalio, «tal y como él deseó, este sitio es también una mano tendida a los jóvenes creadores». Por eso, en su interior y varias veces en semana, su directora se reúne con estudiantes de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla para la planificación y la elaboración de diversos proyectos artísticos. El convenio con la Hispalense y con másteres específicos también permitirá «mantener un contacto fluido con profesionales que quieran realizar trabajos de investigación aquí o, simplemente, exponer su obra». Primero como pintor figurativo, y luego modernista, aunque sin abrazar nunca las vanguardias, Amalio ha quedado ahí, en algún lugar del tiempo, a contracorriente ante unas y otras maneras. Sus 20 años de ausencia pueden ser un buen punto de partida para conocerle.

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