Deportes

20 años ya del Betis como SAD

Se cumplen dos décadas del 30 de junio del 92, el día que Lopera se convirtió en dueño del Betis.

el 29 jun 2012 / 21:23 h.

30-6-1992. Lopera y Galera, entre otros, firman la escritura de la nueva SAD.
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Tal día como hoy hace veinte años, el 30 de junio de 1992, la historia cambió para siempre en Heliópolis. Era la fecha límite impuesta por el Consejo Superior de Deportes para que los clubes de fútbol se convirtiesen en sociedades anónimas deportivas (SAD) y el Betis, en el último minuto y casi de penalti injusto, lo consiguió. Aquel día, Manuel Ruiz de Lopera se convirtió en su máximo accionista después de aportar 780 millones de pesetas, o eso ha asegurado siempre el empresario de El Fontanal. Veinte años más tarde, ese proceso ha llegado a los juzgados sevillanos, fruto de las dudas y sospechas que siempre albergaron muchos béticos, algunos de los cuales incluso participaron en la conversión de la entidad en SAD. Pero eso no cambia el hecho de que aquel martes la historia del Betis diese un giro radical hacia una era que duró 18 años.

El Betis dejó de ser un simple club de fútbol, aunque en realidad nunca ha sido sólo eso, y se transformó en SAD a las 17.28 horas de la tarde. Pero no ocurrió como había planeado el entonces presidente, Hugo Galera. El eminente doctor quería que los 1.175 millones de pesetas que debía cubrir el Betis en capital social no derivasen en la presencia de un máximo accionista y por ello había hablado con las cajas de ahorro y Proinsur, empresa de José María González de Caldas, para que ambas aportasen una buena millonada (333 millones en el caso de la constructora) pero renunciando a sus derechos políticos, de manera que no tuvieran representante en el consejo de administración. Pero no pudo ser. Las cajas no respondieron y Proinsur se quitó de en medio el mismo 30 de junio porque no aceptaba un pagaré del Betis contra el propio Betis. "De haberlo hecho, en vez de recuperar nuestros 300 millones habríamos perdido 600", argumentaba aquella noche el futuro presidente del Sevilla FC.

Lopera, hábil, aguardaba el fracaso de aquella operación para irrumpir en la escena verdiblanca con el papel de estrella protagonista. Los bancos ya habían cerrado y el Betis tenía un porcentaje muy alto de posibilidades de desaparecer. Ideal para él. Y allí surgió el entonces vicepresidente deportivo, exultante, como un salvador, palabra y concepto que tanta antipatía ha acabado generando con el paso de los años. En menos de una hora, según rezan las crónicas de la jornada, reunió 780 millones de pesetas y se dirigió a la notaría de José Luis Ferrero con el famoso talón del Banco Hispano Americano por valor de 1.049.256.193 pesetas, la suma de su propia aportación, la de los aficionados de a pie (300 millones) y la de los notables. El resto, hasta los 1.175 millones, estaba en talones de otros bancos.

El rostro de Galera, como puede apreciarse en el momento de la firma de las escrituras del Real Betis Balompié SAD (foto de arriba), lo decía todo. La felicidad de don Manuel (foto de la izquierda), también. "Quiero que Galera siga de presidente. Me han molestado cuatro cosas suyas, pero en dos mil se ha portado bien conmigo. El Betis es de los béticos, no mío. Nunca he sido un dictador y no lo voy a ser ahora con los béticos. Lo importante es que hemos salvado al Betis", dijo Lopera. Días después, Galera dejó de ser presidente y el Betis dejó de ser de los béticos.

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