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20 días de desprotección oficial

Los adjudicatarios de las VPO de Sevilla Este han levantado su acampada de protesta ante San Telmo tras 20 días de movilización en un "voto de confianza" a la Junta de Andalucía.

el 18 feb 2013 / 22:31 h.

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A falta de sus viviendas, los afectados acamparon ante San Telmo. Ayer levantaron la protesta, justo antes de la tromba de agua.
En la acera del Palacio de San Telmo, las caras de los acampados ya empezaban a adquirir un tono más bronceado de lo corriente después de 20 días de movilización frente a la sede de la Junta de Andalucía. El sol pega fuerte a mediodía a este lado del río, aunque el enrojecimiento de los rostros también podría ser de irritación: "Nadie ha querido recibirnos todavía, nadie ha venido a hablar con nosotros. El de prensa de la Junta nos recibió, pero sólo para decirnos que se lavaban las manos, que este no era un asunto de su incumbencia. Y sin embargo, ese mismo día llamaron para contarle a los medios de comunicación que hay un contacto permanente", lamentaban estos vecinos la pasada semana. Ayer cambió su situación.

La pesadilla de estas personas queda recogida en tres expedientes, uno por cada fase del proyecto de VPO en la zona, que comenzó en 2008 y tendría que estar concluido en 2010. En versión muy resumida, puede decirse que la mayoría de estos vecinos aún no ha recibido las llaves de sus viviendas; los que sí lo han hecho se enfrentan a problemas estructurales serios que exigen una inversión extra que no todos pueden asumir; y un tercer grupo se enfrenta al papeleo correspondiente a los cambios de las condiciones iniciales y a la asunción por parte de Bankia, como "banco malo", de "unas viviendas que si se hubieran entregado a tiempo serían activos válidos, y que ahora se han convertido en tóxicos", denuncian.

Una decena de tiendas de campaña fijadas al suelo conformaban el campamento que protestaba por el retraso de cinco años en la entrega de 583 viviendas de protección oficial (VPO) junto al Polígono Aeropuerto de Sevilla Este. Ayer levantaron su asentamiento para dar un "voto de confianza" al Gobierno andaluz. Los vecinos han tomado esta decisión después de que el director general de Vivienda de la Junta, Antonio Ibáñez, remitiese el pasado viernes una carta a la presidenta de la Sociedad de Gestión de Activos de Reestructuración Bancaria (Sareb), Belén Romana, solicitándole una reunión que contribuya a "desbloquear a la mayor brevedad" la finalización de estas viviendas, que fueron financiadas por Caja Madrid y que han pasado a constituir uno de los activos tóxicos del banco malo.

Antonio, uno de los acampados que ejerce de portavoz junto a Jaime e Inmaculada, temía hace unos días que la administración esperara a que se aburrieran, y aunque es cansado, dice que esos días allí les han hecho más fuertes. Del campamento guardan buenos recuerdos. En una de las casetas del campamento, dos neveras con chacinas y refrescos prestaban avituallamiento a los adjudicatarios, que no dudaban en traer a sus hijos hasta San Telmo para pasar el mayor tiempo posible. Un compañero que trabaja en la Plaza de Cuba surtía de café al grupo.

En medio del laberinto burocrático se hayan Dolmen Consulting Inmobiliario, la constructora que inició las obras y quebró antes de su fin; la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), que asumió el papel de promotora pero "no paga a los proveedores", el Ayuntamiento de Sevilla, "que cedió el solar" donde levantar las VPO, y la Junta, "que después de subvencionar el proyecto con 1.729.000 euros, no exige responsabilidades y se resiste a hacer cumplir la ley", siempre según los testimonios de los afectados en el caso.
"Aunque estoy desempleada, llevo ya tres semanas sin buscar trabajo, y sin atender a mi madre como me gustaría, por seguir aquí defendiendo lo que es nuestro", afirmaba hace unos días Inmaculada.

"Otros compañeros venían nada más salir del trabajo, renunciando a su tiempo libre. Por otra parte, hemos recibido también mucho apoyo de fuera, desde los periodistas a gente que simpatiza con nosotros. Una señora nos trajo incluso dinero, que como es natural no aceptamos, y por la noche volvió con comida que había preparado para nosotros. Hasta la policía, cuando ha venido a visitarnos, nos anima. No entienden que los de Astilleros vengan a liarla y consigan que los reciban, y nosotros, que nos manifestábamos pacíficamente, no logremos hacernos oír. En todo caso, la solidaridad que nos llegaba era muy grande, y se agradece", agrega.

Hace cinco años, estos vecinos tuvieron el plazo de una semana para hacer el esfuerzo de desembolsar 6.000 euros en concepto de entrada. Tanto tiempo después, la entrega de ese sueño parece demorarse sine die, pero los ánimos no se merman.

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