Cuando empezó 2012, el Betis acababa de superar la famosa e histórica crisis del 1 de 30 en diez jornadas y era undécimo con 19 puntos; tenía los puestos de descenso a cuatro y los europeos, a cinco. Cuando comenzó el año que ahora está a punto de irse para no volver, el Betis también estaba en plena negociación con Hacienda, los futbolistas y la Liga, a la caza y captura de sendos convenios que pusieran fin a la fase más crítica de su concurso de acreedores. Antes del 30 de junio, el club verdiblanco debía tener sellado ese pacto y también debía permanecer en Primera, requisito clave para garantizar su viabilidad a corto plazo. Pues bien, llegó junio, y julio, y agosto, y cuatro meses más. Y este año crucial para la historia en Heliópolis se marchará dentro de cinco días con los convenios firmados y en marcha y con el equipo en la quinta plaza y muy buenas perspectivas tanto en la Liga como en la Copa.
El balance objetivo del año en versión verdiblanca no admite más que calificativos elogiosos. La estabilidad económica, imprescindible para su supervivencia después de 105 años, es un hecho desde mayo. La deportiva, también, y además desde el mismo mes, una vez que el conjunto de Pepe Mel confirmó matemáticamente su salvación el mismo fin de semana que, encima, batió al Sevilla con el doblete de Beñat.
El convenio del Betis fue aprobado el 23 de mayo por los acreedores y el 13 de junio por el juez de lo Mercantil. El paso clave se produjo antes. En la mañana del 23 de marzo, José Antonio Bosch acudió a la ciudad deportiva junto a dos dirigentes de la Asociación de Futbolistas Españoles para que los jugadores firmasen su adhesión a la propuesta de convenio del club (quita del 50% que a la mayoría no le afecta y pagos entre 2013 y 2020 si no hay descenso). Ese mismo día, el Betis la presentó en el juzgado con el respaldo del 44,8% de la deuda ordinaria (los futbolistas, la Liga y el Elche). Dos meses después, en la junta de acreedores, el apoyo fue del 62%.
Menos de una semana antes, el Betis también cerró su convenio singular con Hacienda, el acreedor más importante, con una deuda de 30 millones más intereses. El club la abonará sin quita ninguna pero tendrá seis años para hacerlo, hasta diciembre de 2018 si no hay contratiempos deportivos y hasta 2019 si baja a Segunda.
Esa tesitura, la de regresar a la categoría de plata, se antoja bastante lejana a día de hoy. He ahí la otra gran pata del Betis de 2012: el éxito deportivo. El conjunto verdiblanco, de nuevo a las órdenes de Pepe Mel, comenzó el año en plena ascensión después de aquella fatídica racha que casi aniquila el proyecto y de ahí al final del curso 2011-12 se afianzó en la zona media de la tabla. No estuvo entre los tres últimos en una sola jornada y se salvó con un par de encuentros de antelación. Terminó decimotercero.
Los nombres propios del fenomenal 2012 que ha brindado el Betis a los suyos (excepción hecha del 5-1 del último derbi, por supuesto) son muchos porque la fuerza de este equipo es el grupo forjado por Mel. Pero hay protagonistas irrechazables. El primero, el entrenador, que ya va por 110 encuentros oficiales al frente de las trece barras, tres temporadas de objetivos alcanzados y crecimiento sostenido. Otro es Rubén Castro, autor de 20 goles en la Liga en todo el año natural, lo que lo sitúa por detrás sólo de Messi (58), Cristiano (40) y Falcao (32); casi nada. Y lo mejor para el Betis es que en mayo renovó su contrato hasta 2015. El tercero puede ser Beñat, que en 2012 se consolidó como uno de los mejores centrocampistas de la Liga española y debutó con la selección, curiosamente tres días después de que el Betis firmase su convenio de acreedores. Éxito tras éxito.
ASUNTOS PENDIENTES. 2013 se abre para el Betis con varios asuntos pendientes. Uno es primordial: la renovación de Beñat. Hay más compañeros en la misma coyuntura: Pozuelo, Cañas, Adrián... Nono sí firmó hasta 2016 y Vadillo, como él, tendrá ficha del primer equipo en verano. La cantera, en realidad, preocupa más por lo que hace el Betis B, que a costa de surtir al primer equipo se ha devaluado hasta caer en posición de descenso a Tercera. 2013 también será el año de la remodelación de la ciudad deportiva. Las obras terminarán antes que la instrucción del caso Lopera. En 2012 trascendió el segundo informe de los peritos de Hacienda, que en total calculan que el exdirigente perjudicó al Betis en 24,9 millones, pero luego enfermó la jueza Mercedes Alaya y el caso no ha vuelto a moverse. No como el Betis, que sigue creciendo.
