Economía

27.300 sevillanos se mudaron de provincia para poder trabajar en el primer trimestre

La emigración para poder trabajar creció en la provincia de Sevilla un 37 por ciento en los tres primeros meses de 2014. La salida de personas sostiene la reducción del desempleo, mientras que la inmigración aumentó un 18 por ciento.

el 12 ago 2014 / 10:00 h.

TAGS:

En épocas de bonanza, son pocos los desempleados que están dispuestos a mudarse de provincia para trabajar. Pero cuando la necesidad aprieta, esa movilidad laboral se acrecienta ya sea por convicción –para mejorar, incluso entre las personas con empleo– o urgencia: sin existir otra alternativa cerca de casa, hay que amarrar cualquier contrato aunque implique irse fuera, lejos. Dos hermanas sevillanas caminan por el túnel de embarque en el aeropuerto de San Pablo tras encontrar trabajo fuera. / REUTERS Dos hermanas sevillanas caminan por el túnel de embarque en el aeropuerto de San Pablo tras encontrar trabajo fuera. / REUTERS Seguro que más de cuatro veces se lo pensaron los 27.327 sevillanos que en el primer trimestre de este año salieron de su provincia tras encontrar un puesto en otra. ¿Muchos, pocos? La comparación con idéntico periodo de 2013 habla de un sustancial incremento: 37,18 por ciento. Ese volumen hizo que la tasa de movilidad afectara al 12,30 por ciento de los contratos ofertados. Para que se entienda: 12,30 de cada 100 contratos rubricados exigían mudanza. Son datos recopilados por la agencia de trabajo temporal Randstad sobre la base de las estadísticas oficiales de los Servicios Públicos de Empleo (Sepe). Pero en Sevilla recalaron también trabajadores de otras provincias españolas: 19.587, un 17,83 por ciento más respecto a los tres primeros meses de 2013. El saldo negativo, por tanto, fue superior a los 7.740 profesionales. Dos conclusiones. Primera, la lógica incapacidad de la provincia sevillana para satisfacer las demandas de empleo de sus vecinos. Y segunda, que esa salida sostiene la reducción del paro registrado en el SAE en los meses de arranque de 2014. En efecto, vayamos al SAE. En enero, 258.384 parados, siendo la cifra del cierre de marzo de 258.051. Si no hubiera sido por la movilidad laboral, el desempleo se hubiera visto aumentado, y no rebajado. Randstad, de hecho, detecta que Sevilla es una de las provincias que se posiciona como emisora de fuerza laboral. Es decir, salen más profesionales a trabajar a otras provincias de los que entran en ella. Cádiz, Sevilla, Toledo, Zaragoza y Lérida –todas con una diferencia negativa superior a los 5.000 emigrantes para acceder a un empleo– son las provincias españolas más emisoras. El informe recoge, asimismo, que en el primer trimestre de 2014 se registró en España la tasa de movilidad laboral más alta desde 2010: 12,48 por ciento. En el caso de Sevilla, ese índice, que se obtiene de la relación entre los contratos que implican marcharse a otra provincia y el número total de contratos firmados, se colocó una décima por debajo de la media nacional. Si acudimos al conjunto de Andalucía, esta comunidad está entre las regiones españolas con un saldo positivo migratorio por motivos laborales y es la segunda autonomía, por detrás de Madrid, más receptora de trabajadores, con 7.531 en el primer trimestre del ejercicio en curso. Castilla-La Mancha, Castilla y León y Aragón fueron las comunidades autónomas donde más vecinos tuvieron que emigrar por motivos laborales entre enero y marzo, mientras que Madrid, Andalucía y Murcia fueron las que más población recibieron por esas razones. El saldo migratorio fue positivo en seis comunidades mientras que las otras once eran emisoras de trabajadores. Madrid es la región que más acoge, con un saldo positivo de 37.532 trabajadores, y le siguen Andalucía (7.531), Murcia (4.146), el País Vasco (2.624), Baleares (1.651) y Navarra (1.492). En el lado opuesto se encuentran Castilla La Mancha (16.443), Castilla y León (7.469), Aragón (6.569), Extremadura (5.963), La Rioja (4.298), Galicia (4.186), Cantabria (3.553), Asturias (2.781), Comunidad Valenciana (2.260), Cataluña (1.621) y Canarias (344). Entre las provincias consideradas receptoras de trabajadores, porque entran más asalariados a desarrollar su actividad de los que salen, destacaron Jaén, con un saldo de 16.939 –aquí juega fundamentalmente el efecto arrastre de la campaña olivarera–, y Barcelona (11.935) junto con Madrid, que se situó también por encima de la barrera de los 10.000. El campo La agricultura es el sector económico que más movilidad laboral entraña, y la de Sevilla es, de hecho, una provincia eminentemente agraria, muy condicionada, pues, por sus campañas –las principales: las del melocotón y la nectarina y la de la aceituna de mesa–. Se estima que uno de cada cuatro contratos en el campo implica movilidad, mientras que la industria es la actividad que menos exigencia tiene al respecto. La agencia de trabajo temporal Randstad explica que otros factores que guardan una relación directa con la movilidad laboral son la edad y el sexo. Sus datos para el conjunto del Estado indican que el índice de mudanza es superior entre los hombres (14,8 por ciento) que entre las mujeres (9,4 por ciento) y, las edades donde la movilidad es más elevada se sitúan entre los 25 y 34 años –es lógico, al existir una menor presencia de cargas familiares–, con un 14,1 por ciento y, entre los 35 y los 44, con un 12,8 por ciento.

  • 1