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29 años después

Seguramente seremos muchos los que hoy escribamos de lo mismo, pero es un día obligado para hablar del 28 F. El de 1980 y el de 2009. Porque hoy, 29 años después de la celebración de aquel referéndum, en el que los andaluces decidimos que queríamos...

el 15 sep 2009 / 23:17 h.

Seguramente seremos muchos los que hoy escribamos de lo mismo, pero es un día obligado para hablar del 28 F. El de 1980 y el de 2009. Porque hoy, 29 años después de la celebración de aquel referéndum, en el que los andaluces decidimos que queríamos una autonomía de primera clase, por la vía rápida del artículo 151 de la Constitución, y no por la lenta del 143.

A estas alturas, muchos de los que rondan la treintena probablemente ni siquiera sean capaces de identificar el motivo por el que el 28 F es el Día de Andalucía. Cuando preguntas, recibes respuestas de lo más variado, desde quién cree que fue por las primeras elecciones autonómicas, o algo así, hasta el que dice que es el cumpleaños de Chaves. Es broma.

Lo cierto es que cuando contemplamos el actual panorama del estado de las autonomías, con algunos estatutos ya reformados, como el nuestro, y otros, de los considerados por aquél entonces, con derecho propio a ser históricos, como Galicia o el País Vasco -aunque esto es otra historia- con la reforma estatutaria pendiente, resulta difícil entender lo que se vivió en aquella época, y lo que para Andalucía supuso el ganar, a base de votos y, pese a una campaña adversa del Gobierno central, su pertenencia a lo que en 1.980 se consideraba la primera división autonómica. Nosotros no podíamos, ni queríamos ser menos que catalanes, vascos o gallegos. Y no lo fuimos.

El gran error histórico de UCD y del gobierno de Adolfo Suárez, intentando, inexplicablemente, que ganase el no en aquél referéndum, con pregunta indescifrable incluida, lo supo aprovechar el PSOE, envolviéndose en una bandera andalucista, que muchos de sus dirigentes habían mirado con recelo hasta ese momento. Lo que pasó entonces, lo que cada uno hizo, o no hizo, explica, al menos en parte, mucho de lo que ha sucedido en Andalucía en los últimos años. Entre otras cosas, el que el PSOE lleve 30 años gobernando. No sabe uno si a esto se le puede llamar memoria histórica, pero seguro que sí son recuerdos influyentes, sobre todo para la generación que lo vivió, lo disfrutó o lo sufrió, según los casos.

Y aquí estamos, celebrando el Día de Andalucía 29 años después. Es ésta una fecha que resulta propicia para hacer balance. Y se harán muchos y variados sobre lo que nuestro desarrollo autonómico ha supuesto para esta tierra. Como siempre, unos verán la botella medio vacía y otros medio llena. Pero lo importante es que la autonomía, nuestra autonomía, ha dejado de ser un problema para nosotros. Por supuesto que todavía nos queda camino por andar, porque el desarrollo del nuevo estatuto, tiene aún mucho recorrido por delante, pero hoy por hoy, tenemos asuntos mucho más urgentes que resolver. Las normas, las leyes, los estatutos son instrumentos, no fines -aunque haya momentos en que algunos los utilicen como tales- y tenemos que servirnos de ellos para avanzar, para progresar, para entendernos. Para eso hay que mirarse a la cara, sin miedos, sin recelos, sin rencores, 29 años después.

Periodista

juan.ojeda@hotmail.es

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