Al menos 30 civiles murieron ayer, entre ellos 10 niños, y 39 resultaron heridos por la explosión de una bomba al paso de un autobús en la provincia de Kandahar (Afganistán), según informó el Ministerio afgano de Interior. El vehículo de pasajeros salió de la ciudad oriental de Herat y tenía como destino la capital de Kandahar, con el mismo nombre, tal y como detalló Interior en un comunicado.
El portavoz del gobernador provincial, Zelmai Ayoubi, aseguró a Efe que 12 civiles perdieron la vida y 15 resultaron heridos en el ataque, que achacó a "los enemigos de Afganistán", término con el que las autoridades se refieren a la insurgencia talibán.
La explosión tuvo lugar en el distrito kandaharí de Maiwand, fronterizo con la provincia de Helmand. En las extensas regiones sureñas de Kandahar y Helmand la insurgencia tiene sus principales áreas de influencia y las fuerzas internacionales y afganas protagonizan frecuentes combates con los integristas.
Una de las armas más utilizadas por los talibanes contra las tropas es la colocación de artefactos explosivos en las carreteras, algo que este año ha causado numerosas bajas militares y también ha dejado víctimas civiles. Según un reciente informe de la ONU, 1.500 civiles murieron a causa de la violencia en los ocho primeros meses de 2009, el 68% de ellos en acciones atribuidas a la insurgencia, como ataques con bomba o atentados suicida.
Decisión. El presidente de EEUU, Barack Obama, afirmó ayer que la guerra en Afganistán "no es sólo un asunto de Estados Unidos, sino de toda la OTAN". Obama hizo estas declaraciones al término de una reunión con el secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen, con el que analizó entre otras cosas la situación en Afganistán, el programa nuclear iraní y la defensa antimisiles en Europa.
Los aliados seguirán en Afganistán el tiempo que sea necesario para ganar la guerra, aseguró Rasmussen a Obama, en la Casa Blanca.
El encuentro se produjo cuando Obama y sus asesores deben decidir si se envían nuevos refuerzos, como solicitó el general Stanley McChrystal, comandante en jefe de las fuerzas de la OTAN en el país centroasiático. Hasta ahora, la Casa Blanca insistió en que revisará cuidadosamente su estrategia antes de decidir sobre el envío de tropas adicionales. Rasmussen expresó su convencimiento de que el éxito "se puede lograr y se logrará" en Afganistán.