Pese al principio de acuerdo alcanzado el pasado viernes, el Gobierno y la oposición de Kenia prosiguieron con las descalificaciones mutuas ayer, en una jornada en la que más de treinta personas perdieron la vida a causa de la violencia política y tribal.
Fuentes policiales informaron de la muerte de siete personas en la localidad occidental de Kapsoit, y de otras 27 en Nyamira, Chepilat, Eldoret y Kisumu en enfrentamientos interétnicos en los que se utilizaron machetes, piedras y flechas envenenadas.
Las fuerzas del orden no especificaron la pertenencia tribal de las víctimas pero sí hicieron hincapié en que las agresiones mortales se produjeron en la parte occidental de Kenia, feudo del Movimiento Democrático Naranja (ODM) del líder opositor, Raila Odinga.
Según la ONU, se eleva a casi mil el número de fallecidos y a 300.000 los desplazados pro la violencia generada desde el anuncio de los resultados de las elecciones generales del pasado 27 de diciembre, que concedieron la victoria al presidente Mwai Kibaki y fueron denunciados por el ODM por las numerosas irregularidades detectadas en el proceso de recuento.