La empresa municipal de la limpieza, Lipasam, concluirá en septiembre la instalación por toda la ciudad de 300 dispensadores con bolsas de papel y paletas para la recogida de excrementos caninos. Habrá un mantenimiento "permanente" para que nunca falten.
La colocación de los dispensadores forma parte de una primera fase experimental, a cuyo término, a finales de año, se realizará un estudio y valoración del uso dado por los ciudadanos en las diferentes zonas donde se hayan instalado, según explicó a Europa Press el gerente de Lipasam, Rafael Pineda.
Tras explicar que por ahora se ha colocado la mitad de los puntos de recogida de material previstos, unos 150, Pineda recordó que las ordenanzas municipales "obligan al dueño de un perro a recoger el excremento, pero hay muchísima gente que no lo cumple", por lo que "con el fin de no entrar en la dinámica de perseguir y sancionar, que además es complicado, se han colocado dispensadores".
Según Pineda, "ya no hay excusa y sólo es cuestión de que la persona quiera o no recoger el excremento y meterlo en la bolsa", por lo que apeló a la concienciación ciudadana para que se haga un buen uso de estos dispensadores, "pues éstos están abiertos y la bolsa la puede coger el que tenga perro y el que no, lo que constituye una prueba de fuego del civismo de Sevilla".
El gerente de Lipasam incidió en que "se está comprobando el nivel de uso que tienen, pero si al final se observa que no dan servicio y que la ciudad no está preparada para asumir esta responsabilidad desistiremos de llevar a cabo esta idea", ya que la inversión es de "varias decenas de miles de euros".
Así, "se estudiará si ha descendido el número de excrementos y si las bolsas las usan los dueños, y en caso contrario tendremos que decir que el esfuerzo no ha valido la pena".