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33 años después

Como cada año, el 20 de noviembre removió sensibilidades. También como cada año, hubo manifestaciones, misas y tensiones. En el Valle de los Caídos, falangistas y agentes de la Guardia Civil protagonizaron ayer por la mañana varios momentos de tensión en la entrada al monumento.

el 15 sep 2009 / 18:39 h.

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Como cada año, el 20 de noviembre removió sensibilidades. También como cada año, hubo manifestaciones, misas y tensiones. En el Valle de los Caídos, falangistas y agentes de la Guardia Civil protagonizaron ayer por la mañana varios momentos de tensión en la entrada al monumento, concretamente mientras examinaban los vehículos y las pertenencias a los asistentes, convocados a una misa por el aniversario de la muerte del dictador Franco y del fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera.

La Guardia Civil, que desplegó en los accesos al monumento a una decena de patrullas, quiso hacer cumplir así el artículo 16 de la Ley de Memoria Histórica, que consagra el Valle de los Caídos como un lugar de culto "no siendo posible en ningún lugar del recinto llevar a cabo actos de naturaleza política ni exaltadores de la Guerra Civil, de sus protagonistas o del franquismo". El jefe nacional de La Falange-FE, Manuel Andrino, que junto a algunas decenas de militantes del partido se desplazó desde la capital en vehículos personales, criticó que los guardias civiles de la entrada al Valle les obligaron a retirar los ramos de flores y les prohibieron entrar con simbología.

Además, estudiantes antifascistas convocaron una marcha que recorrió la Ciudad Universitaria para impedir la presencia de grupos ultraderechistas "en un lugar que debería estar vetado para ellos", indicaron los convocantes. "El 20 de noviembre es una fecha que consideramos especial para homenajear a aquellos que han caído a manos de los fascistas y, lo más importante, para continuar la lucha en un acto de repulsa al fascismo", señalaron los convocantes. Por su parte, la Basílica de la Cruz del Valle de los Caídos acogió una misa en memoria de José Antonio Primo de Rivera y de todos los caídos, "de uno y otro bando, por una España Mejor".

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, mostró su satisfacción por que la mayoría de los españoles ya casi ni se acuerde del día en que murió Franco y por que lo que represente el 20-N sea algo "absolutamente marginal y testimonial". "Ya no queda "prácticamente ninguna añoranza", remató.

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