33 años siendo los ojos de los costaleros que cada Madrugá sacan a la calle al Señor de la Sentencia de la Hermandad de la Macarena dan para miles de anécdotas y para acumular amigos y afecto. Y ayer, 120 de esos amigos de su ya excapataz Miguel Loreto quisieron rendir un homenaje a quien les enseñó a todos "humanidad bajo el paso".
Fue un homenaje íntimo, alejado de la oficialidad de la hermandad e inesperado para el protagonista, al que un pequeño grupo de costaleros fue a recoger a su puesto en el mercado del Arenal al terminar la jornada para "tomar algo". Cuando las puertas de un local de Pino Montano reservado para la ocasión se abrieron, Miguel Loreto no pudo contener la emoción al ver reunidos a más de un centenar de costaleros que le han acompañado durante 33 Madrugás, desde la primera cuadrilla que se estrenó con él en 1978 hasta la que lloró a su lado la Semana Santa pasada, cuando la lluvia impidió que Loreto dirigiera por última vez antes de su anunciada retirada los pasos del Señor de la Sentencia por las calles de Sevilla. "Hay más costaleros antiguos que nuevos, hemos hablado de las vivencias de las cofradías durante unos pocos de años", contó emocionado el protagonista.
"La idea surgió cuando anunció que se retiraba, pero como estaba muy cerca la Semana Santa, se dilató y un día de julio nos reunimos cuatro y decidimos empezar a organizarlo para noviembre", relató uno de los ideólogos del homenaje, Alfonso Peña Fito, costalero de la Sentencia desde 1997. No sin dificultad, fueron recopilando teléfonos y correos electrónicos hasta hacer una cadena. "Hace unos días me preguntaba que por qué iba yo tanto a la hermandad, que me veía mucho por allí últimamente. Pensaba que yo aspiraba a su puesto y hoy le he dicho por lo que era", bromeó Fito.
La respuesta pudo verse ayer, e incluso limitaron la celebración a los costaleros del Cristo pese a las peticiones de algunos de la Virgen -sí estuvo presente el capataz principal de la hermandad, Antonio Santiago- y hasta armaos que querían participar.
regalo y vídeo. Tras compartir con el homenajeado un "cocido con pringá", llegó el momento más emotivo de la tarde, cuando le entregaron una réplica del llamador del paso de misterio que tantas veces golpeó Loreto tallado en roca con la cartela frontal del paso de misterio. También se proyectó un vídeo con fotos antiguas y actuales del paso de misterio por las calles de la ciudad en las que aparecen el capataz y sus costaleros. Y todos los participantes pudieron hacer sus dedicatorias en un libro de firmas que al final de la jornada se llevó un Miguel Loreto emocionado por ver tantas caras conocidas. "Es un homenaje muy bonito, muy de verdad", reconoció abrumado. Y admitió que "las lágrimas se le saltan a uno. El que no se emociona es que no siente".
Otro de los organizadores, Paco García, quiso destacar el detalle que el resto de los costaleros tuvieron con los cuatro artífices del tributo al regalarles unos jarrillos de lata como los que cada Semana Santa les ofrece el aguador al salir de las trabajaderas, con una frase acuñada por Loreto para su gente:"Ni mejores ni peores, distintos".