Cristina de Miguel abre cada día a las siete y cuarto de la mañana el puesto de la Once que regenta en el barrio trianero del Tardón. Es un barrio "humilde", de bloques bajos habitados por "gente mayor", pero también por jóvenes "de clase media y baja". "De treinta y tantos" diría Cristina que son dos de los diez trianeros que resultaron agraciados el pasado jueves con un total de 350.000 euros, y a los que el premio les cayó especialmente como agua de mayo. "Los tengo localizados a todos", confirma.
"El resto son personas mayores, pero también las conozco", dice certera Cristina. Pero recalca la difícil situación que atravesaban estos jóvenes: "Se habían quedado en paro hace poco".
La jornada de esta joven de 37 años de edad, deficiente visual de forma parcial, se suele alejar del quiosco en torno a la una del mediodía. "Entonces me hago mi recorrido". La vendedora tiene establecida su particular ruta con la que ofrece cupones a su red de clientes habituales. "A esa hora la gente está ya tomando cervecita en los bares, y ellos ya me conocen". Con esto, no es de extrañar que esté al tanto de adónde fueron a parar los boletos premiados: "Yo me suelo quedar con los números que le gustan a cada persona".
La noche del jueves fue la primera vez que les puso cara a unos premiados de tan elevada cuantía. "Llegué sobre las doce de la noche a casa. Lo miré en el teletexto, y me sonaba mucho ese número".
Y aunque desconoce el destino que dará la mayoría de los premiados -"gente mayor, del barrio"- al premio, Cristina apunta a qué dedicarán los 35.000 euros del sorteo especialmente dos de estos. "Uno estaba de alquiler, y no podía seguir pagando. Le iban a echar del piso". La otra persona agraciada incluso acudía al comedor social, por la difícil situación económica que está atravesando.
"Me da muchísima alegría", dice, y se le nota en la voz. "Llevo 14 años con la venta de cupones, y hasta ahora no había dado un premio tan grande", asegura.
El quiosco de Cristina de Miguel se ubica entre las calles de Alvar Núñez y Arcángel San Gabriel, frente a una cervecería y una panadería. "Ahora se nota más la venta", confiesa, "y mis compañeros también me lo han dicho". Y abre la veda a nuevos rostros todavía desconocidos: "Hoy ha venido gente nueva a comprar al quiosco".
Córdoba y Málaga también han participado en la fiesta del millón de euros que recibió el jueves la Comunidad Andaluza. La misma cantidad que la repartida en Sevilla ha caído en estas dos provincias, también con diez premiados de 35.000 euros cada una.
No es esta precisamente una mala racha en lo que a suerte se refiere para la provincia de Sevilla. También en jueves, la pasada semana se daba a conocer que en Osuna, el vendedor Antonio Bejarano repartió 30 cupones agraciados con 35.000 euros cada uno, un millón de euros de cuantía total. Y al margen del beneficio económico, tampoco en aquella ocasión el vendedor quedó exento de satisfacción: "quería dar el premio antes de jubilarme". Y lo hizo.
